Desayuno de Coviar

Sin definiciones nacionales, la Coviar bregó por una agenda productiva

En un Desayuno diferente, sin anuncios y con pocos reclamos, los vitivinícolas pidieron para la producción reglas claras que vayan más allá del paquete fiscal.

Diana Chiani
Diana Chiani sábado, 2 de marzo de 2024 · 14:33 hs
Sin definiciones nacionales, la Coviar bregó por una agenda productiva
El presidente de la Coviar fue el primero en hablar en el tradicional Desayuno Foto: COVIAR

A diferencia del año pasado, que era electoral, esta vez el tradicional Desayuno de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) se vivió con un clima más calmo desde distintos puntos de vista. Avisados del retraso debido a que el vuelo de la vicepresidenta, Victoria Villarroel, llegaba a las 10.30, los asistentes aprovecharon para hacer sociales. Mientras los referentes de la industria no llegaron con grandes expectativas, los políticos y funcionarios tuvieron un perfil más bajo.

Esta vez no hubo anuncios como solía haber durante los discursos y aunque nadie los esperaba de manera concreta, sí estaba la esperanza de algún tipo de pronunciamiento final acerca de las retenciones. Aunque fueron quitadas del paquete fiscal, la no aprobación de la Ley Ómnibus deja con dudas a los industriales que –entre otros puntos- reclamaron reglas claras con relación a lo que sucederá con los derechos de exportación. Pese a esto, al ser consultado por el tema, el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Carlos Tizio, expresó que las retenciones quedarían en cero.

González (Coviar), Cornejo, Villarruel y Sadir en el Desayuno de la Coviar.

En el Desayuno del año pasado, Sergio Massa había anunciado su eliminación; algo que se concretó recién en septiembre de 2023. Sin embargo, el proyecto original de la Ley Ómnibus las repuso y las aumentó primero al 15% y luego al 8% (el doble del 4% previo a su desaparición). Aunque la discusión en el Congreso dejó otra vez en cero los derechos de exportación, la incertidumbre sobre el paquete fiscal y las necesidades de caja de la Nación inciden en que el fantasma de las retenciones continúe en el espectro de los vitivinícolas.

La valorización de la actividad

En este marco, el discurso del presidente de la Coviar, Mario González, se centró en la importancia de empezar a construir una agenda productiva más allá de los recortes realizados. Y, como para que el tema quedara claro, destacó que la vitivinicultura es el complejo agroindustrial que más empleo genera por hectárea. Este ha sido uno de los principales argumentos para no pagar derechos de exportación así como el hecho de que es una economía regional que no tiene un precio internacional establecido ni las características de un commodty.

Victoria Viallarroel en el último discurso del Desayuno

Por este motivo, los aplausos no se hicieron esperar cuando González habló sobre la necesidad de evitar la vuelta de las retenciones. “Somos una actividad de mano de obra intensiva que genera valor en todos los puntos de la cadena”, destacó González. Y dio sus números: la industria del vino crea 72 empleos por hectárea y, por esto, no solo es importante una rebaja de la carga impositiva general sino también un cambio en las leyes laborales en particular. “El pedido de no tener retenciones tiene que ver con la posibilidad de crecer y competir en el mundo”, destacó José Zuccardi, referente del sector y miembro del directorio de Coviar.

González también hizo hincapié en la alta presión impositiva que hoy posee el área y que afecta en especial a las pymes. Sin embargo, fue un poco más allá debido a que comentó que las condiciones macro sumadas a la alta inflación no solo atentan contra la competitividad sino también con las posibilidad de financiarse. “Precisamos un financiamiento sustentable de manera urgente con el fin de acompañar los cambios en la matriz energética”, subrayó el presidente de la Corporación Vitivinícola. La suba de tarifas y la escasez hídrica son dos puntos que la industria ya ha comenzado a experimentar con relación a dichas necesidades.

En sus palabras finales, Mario González hizo referencia a una de las características principales de la actividad que tiene que ver con la diversidad y el predominio de empresas chicas y medianas. La no concentración de la riqueza es un punto del que la vitivinicultura se enorgullece debido a la posibilidad que esto brinda de abarcar distintos aspectos del mercado. Sin embargo, allí también se encuentra una de las patas flojas del sector ya que cuando las papas queman, la cadena se corta por lo más pequeño y crecen las desigualdades.

Por este motivo, además de la mejora en la macro que contribuya a una competitividad mayor, González instó a profundizar el avance en el proceso de integración con el objetivo de fortalecer a los productores más chicos. Además, se trata de una posibilidad de hacer crecer en escala, mejorar la oferta y otorgarle sostenibilidad a toda la cadena productiva; uno de los ejes clave de Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) que este año cumplió dos décadas.

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