Por la estatización de Aerolíneas Argentinas, el país paga la primera "factura" ante el CIADI
El caso que ganó el fondo buitre Titan Consortium por la forma en que se estatizó la aerolínea de bandera en 2008, es el primero de una saga de juicios que acumulan más de US$ 20.000 millones.
El Gobierno de Javier Milei está a punto de cerrar uno de los muchos (demasiados) juicios que el país mantenía abiertos en el mundo. En este caso, en los tribunales de Nueva York, por la manera en que se renacionalizó Aerolíneas Argentinas. El país culminó las negociaciones con un puñado de fondos buitre comandados por Titan Consortium, y pagará unos U$S 350 millones más intereses, con lo que se llega a una cifra cercana a los US$ 390 millones.
Este holdout le había comprado el caso al famoso fondo Burford Capital, que a su vez había adquirido la causa en los tribunales de España, donde el grupo Marsans, el antiguo y fallido dueño de la aerolínea de bandera argentina, había llevado el caso.
Se cierra así, además, una causa paralela ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) dependiente del Banco Mundial, donde originalmente se había llevado el caso. Argentina había tenido fallo en contra el 18 de agosto de este año y la causa ya estaba definida a favor de Titan Consortium.
Ésta fue la primera negociación del gobierno de Javier Milei con un fondo buitre propietario de un fallo a su favor, y, obviamente, en contra del país. Quedan otros por más de 20.000 millones de dólares. El más importante es el que Burford Capital ejecuta contra el país por la manera en que se renacionalizó YPF en 2012, por unos 16.000 millones de dólares. Este caso tiene fallo favorable en primera instancia en los tribunales de Loretta Preska y se mantiene abierto en la Cámara de Apelaciones de Nueva York.
La causa Aerolíneas Argentinas, ahora se sabe que Titan le adquirió el caso a Burford Capital el 15 de marzo de 2018, al redefinir su estrategia contra Argentina y concentrarse en la causa por la renacionalización de YPF en 2012. Burford, a su vez, le había adquirido la causa al tribunal español donde se cursaba la causa por la quiebra del grupo español Marsans en unos 17 millones en 2015 (y en consecuencia las acciones que detentaba de la demanda contra Argentina por la renacionalización del 2008), con lo que obtuvo una ganancia de casi 740%. El fondo Titan Consortium, original en las demandas contra la Argentina, obtuvo dividendos por más de 2.270%.
Según la interpretación del especialista de FinGuru, Sebastian Maril, el fallo muestra que "Argentina continúa pagando caro la incorrecta interpretación de las leyes internacionales y el incumplimiento de contratos firmados con empresas que apostaron por invertir en el país mediante concesiones de servicios públicos y similares". Según Maril, "los contribuyentes ya han abonado US$17.000 millones en fallos adversos y en compensación por la expropiación de empresas. Y aún falta".
Burford se despega
La historia del caso Aerolíneas Argentinas es ejemplar sobre lo mal que se puede llevar adelante un caso de nacionalización de una empresa, más allá de la convicción ideológica que se tenga de llevar adelante una cruzada de este tipo. El 15 de marzo de 2018, a tres días de haber ganado el juicio ante el CIADI, Burford Capital anunció a la Bolsa de Comercio de Londres (donde cotiza) que vendía el juicio a "inversores privados" en unos 107 millones de dólares, y que se concentraría en la causa por la renacionalización de YPF.
Burford explicaba en la comunicación que, habiendo ganado suficiente dinero, y ante la necesidad de derivar capitales a esa otra causa que sería más rentable, elegía desprenderse del caso Aerolíneas Argentinas al no tener la certeza sobre los tiempos en que el tribunal del Banco Mundial resolvería la negativa de Argentina a reconocer la derrota judicial.
Esto finalmente ocurrió este miércoles, con lo que Burford perdió dinero al no especular con una solución rápida. Sí fue un meganegocio para los que le compraron el juicio y confiaron (quizá teniendo información privilegiada) en que el CIADI no tardaría tanto en dejar firme el caso.
Burford había sido quien inició la causa ante el tribunal del Banco Mundial en 2009, y había obtenido en julio de 2017 un fallo favorable por unos US$140 millones originales. El litigante le había adquirido en US$13 millones los derechos de litigar contra Argentina por este caso al grupo Marsans, a través de la sociedad Teinver.
Marsans no podía concentrarse en avanzar en el litigio por un detalle particular: Gerardo Díaz Ferrán, dueño del grupo, había sido condenado en septiembre de 2015 a cinco años y medio de prisión y al pago de una multa de 1,2 millón de euros por el vaciamiento de su compañía y lavado de activos.
Dólares y plazos
La estrategia de Burford fue separar los problemas legales de Marsans en España y concentrar la causa en una acción de una nacionalización de un país a una empresa de capitales extranjeros, sin negociar y liquidar una retribución por ese capital expropiado. La estrategia fue exitosa y Burford logró fallo positivo en 2017. Argentina apeló y el tribunal del Banco Mundial definió que la sentencia quedaba firme.
Con el fallo de 2018, Burford había obtenido un récord mundial: una ganancia de casi 980% por haber invertido unos 13 millones de dólares en adquirir el juicio de Marsans. Lograba así superar en porcentaje y tiempo de espera la ganancia que había obtenido Paul Singer y su fondo Elliott contra la Argentina, luego de haber vencido en el "juicio del siglo" en los tribunales de Thomas Griesa.
Si bien Singer cobró US$2.426 millones en abril del año pasado con una ganancia global de 1.180%, lo hizo luego de litigar casi ocho años. Singer, además, tuvo que enfrentar él mismo las altísimas costas de sus abogados, algo que Burford tiene dentro de sus propios honorarios.
Antecedentes del caso
La reestatización de Aerolíneas Argentinas fue reglamentada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner el 17 de diciembre de 2008, luego que la Cámara de Diputados convirtiera en ley el pedido de la jefa de Estado de avanzar en esta operación bajo la figura de tratarse de empresas "de interés público nacional". Abarcaba Aerolíneas Argentinas, Austral Líneas Aéreas, Jet Pack, Optar y Aerohanding.
El 9 de enero de 2009 la por entonces presidenta habilitó al Ministerio de Planificación Federal que conducía Julio De Vido a que inicie la toma de la compañía, en ese entonces en manos del Grupo Marsans. El 5 de febrero de ese año el Gobierno de entonces nombró a Julio Alak como presidente del directorio, dando forma a la renacionalización.
En paralelo, el Grupo Marsans, que había iniciado desde 2008 una notable desinversión en Aerolíneas Argentinas, que la dejaba al borde de la inactividad, comenzaba a mostrar en diciembre de 2009 evidentes problemas de continuidad en España. El 22 de diciembre se le retiraba el permiso para operar a Air Comet, la compañía bajo la cual operaba Aerolíneas, y el 20 de abril de 2010 la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) les retiró la licencia para vender billetes de avión por impagos.
El Grupo Marsans presentó en junio de 2010 su solicitud de concurso de acreedores voluntario para todas sus sociedades y el 25 de junio la Justicia española le habilitó el proceso de quiebra. El 2 de julio la Justicia española comenzó un proceso contra el presidente del grupo, Gerardo Díaz Ferrán, por vaciamiento y lavado de activos, en una investigación que incluía la liquidación de los últimos ejercicios de Aerolíneas Argentinas.
La causa comenzó a progresar, y el 3 de diciembre de 2012 Díaz Ferrán fue detenido, acusado de blanqueo de dinero, declarándose culpable el 2 de julio de 2015 por la causa Marsans. El fallo incluyó cinco años de prisión efectiva, que se cumplirían en 2020. Al estar procesado, no podía comenzar la causa por la manera en que se reestatizó Aerolíneas Argentinas por parte del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, operación por la que no se le pagó un solo dólar.
La situación fue detectada por los abogados de Burford, quienes contactaron a Díaz Ferrán ya en prisión y le compraron los derechos para avanzar con el juicio ante el CIADI.