Así es el negocio secundario de las bodegas: los productos alternativos al vino

En tiempos donde el consumo de vino en Argentina y el mundo va en franco descenso, ya sea por darle un nuevo sentido a sus productos o simplemente con la intención de diversificar la oferta de sus marcas, cada vez son más las bodegas del país que apuestan por un “negocio secundario”, incorporando a sus portfolios vermuts y destilados. 

Aunque no se trata de una apuesta nueva, incluso desde hace años las bodegas son proveedoras de importantes marcas de vermut o de destilerías, lo cierto es que en el último lustro las empresas vitivinícolas han encontrado en estos productos una unidad de negocio que va más allá del vino y los han sacado al mercado bajo su marca propia. 

La última en debutar podríamos decir que es Bodegas Bianchi que, en el marco de la presentación de sus innovaciones y nuevas añadas y ediciones limitadas de sus vinos, lanzó un vermut y un gin bajo los nombres de Fasano Vermut Malbec y Goat Gin, respectivamente. 

“El gin y el vermut lo hicimos en función del público joven, su apetito, la forma en la que consumen también el vino. Generalmente en un rango de edad antes de los 30 antes de ingresar al mundo del vino empiezan con el gin”, comenzó diciendo a MDZ Pablo Glöggler, CEO de Bodegas Bianchi. 

Para el empresario, el objetivo con estos lanzamientos es que la marca pueda atravesar la experiencia de consumo de una persona. “Me imagino una situación de un asado, donde recibís a tus amigos con nuestro gin. Después haces una entrada con un María Carmen Rosé, después tomás un IV Generación y la ensalada la preparás con nuestro aceto y aceite de oliva”, describió Glöggler.

Además, como lo explicó el CEO de la bodega nacida en San Rafael que casi ya tiene 100 años de existencia, este negocio secundario presenta un buen rendimiento económico. “Tiene tan buen margen que nos permite dejar margen para vinotecas. Cuando vos vendés como productor, le tenés que dejar un margen muy importante al vinotequero o a la gastronomía para que lo puedan vender. Y nosotros tenemos el margen que nos habilita”, aseguró.

En el caso de Fasano Vermut Malbec, es una edición limitada elaborado en La Cumbre, Córdoba. Combina vino Malbec con Moscatel de Mendoza y una selección de ocho botánicos locales, que incluyen ajenjo, quina, piel de naranja, cardamomo y clavo, resaltando los aromas y sabores de las sierras cordobesas. Su precio de venta es de $16.500.

Por su parte, el gin también es elaborado en La Cumbre y en edición limitada, numerada. Este destilado combina 12 botánicos, entre los que se incluyen enebro patagónico, coriandro, cardamomo, clavo de olor, lemongrass, regaliz, pimienta de Jamaica, jengibre, manzana roja, piel de limón y pomelo. Su precio de venta es de $18.000. 

Y la apuesta de Bodegas Bianchi no termina allí. El próximo lanzamiento será un whisky que estará viendo la luz en el mes de marzo de 2025. “Va a venir un whisky de Irlanda que pasó los últimos siete años en barricas nuestras de Enzo Bianchi Gran Malbec. Mandamos en 2018 un container lleno de barricas y ellos estaban en la tercera fase del añejamiento de este whisky de 18 años. Los últimos siete los pasó adentro de nuestras barricas”, completó Glöggler. 

El rescate de una receta del Siglo XX

Otra de las que hace solo unas semanas desembarcó con un vermut propio es Bodegas Crotta que presentó Vermouth Crotta Rosso, un producto inspirado en su propia historia y elaborado con una receta original del año 1951 desarrollada por José Eduardo Crotta, fundador de la bodega.

En la búsqueda de de un producto innovador, pero con respeto a las tradiciones y con una carga generacional, desde la icónica bodega del Este de Mendoza trabajaron durante un año y medio sobre una receta original hasta llegar a este vermut tipo Torino elaborado con uvas propias, macerado con hierbas y estacionado en barricas de roble francés.

Quien lideró el lanzamiento fue Carlos Crotta, actualmente a cargo de la bodega familiar creada en 1933, y los varietales utilizados fueron Moscatel y Pedro Giménez, provenientes de fincas propias del Valle Central de Mendoza, cosechados en el mes de abril. Su precio es de $11.000 en vinerías.

Apuesta por el segmento orgánico

Así como sucede con el vino, el negocio secundario de las bodegas también ha penetrado en el segmento orgánico. En este sentido, Bodega Alpamanta presentó hace algunos meses Astral, el primer vermut orgánico inspirado en la biodinámica del país, un producto en línea con su compromiso con el medio ambiente y que revela su expertise en el segmento. 

Victoria Brond, gerente de Enología y Operaciones de la bodega emplazada en Ugarteche, Luján de Cuyo, fue la responsable del desarrollo de este producto que fue elaborado con doce botánicos proveniente de la propia finca de Alpamanta. 

Está elaborado a partir de un vino base de chardonnay y sauvignon blanc, encabezado con un brandy a 65º de elaboración propia. Ese vino base es sometido a una maceración junto con los botánicos especialmente seleccionados por sus propiedades organolépticas. Para endulzar se utiliza mosto orgánico certificado, lo cual resulta en un vermut con 17º de alcohol y 80 g/l de azúcar.

Así como sus vinos, este producto tienen certificación orgánica y técnicas biodinámicas, lo cual garantiza que en su elaboración se cuidó la preservación del equilibrio natural del ecosistema sin usar fertilizantes ni pesticidas. Su precio de comercialización ronda los $19.000.