Sustentabilidad y ahorro, las virtudes de la construcción en seco
Nadie puede predecir el futuro, pero todo indica que la construcción en seco, con estructuras de acero, será el estándar que veremos en las próximas décadas.
En contextos inflacionarios y de incertidumbre financiera, encarar la construcción de una vivienda o edificio puede resultar una tarea titánica y estresante. El aumento del costo de los materiales, la falta de precisión en los tiempos de ejecución y los imprevistos que suelen surgir durante el proceso pueden acobardar a quienes deciden invertir en algún tipo de negocio inmobiliario.
La construcción en seco aparece como una oportunidad que protege algunos de esos riesgos que pueden presentarse en los sistemas de construcción tradicionales. La planificación es una de las herramientas principales para optimizar los procesos, controlando tiempos y gastos de manera eficiente.
Un ejemplo práctico es el modelo de steel frame, que utiliza un entramado de perfiles estructurales de chapa de acero galvanizada y montaje en seco para estructuras de viviendas, entrepisos, cerramientos exteriores y edificios. Las características de este proceso que permite planificar la totalidad de la obra ofrecen dos ventajas sumamente apreciadas: sustentabilidad y ahorro.
En primer lugar, el acero utilizado puede ser producto del reciclado de obras anteriores, lo que genera una reducción en las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) en la fabricación. Recordemos que el acero puede reciclarse indefinidamente, característica que lo convierte en uno de los materiales más amigables con el medio ambiente. Además, la huella de carbono de estas construcciones es inferior a las tradicionales.
Por otra parte, las construcciones realizadas con este sistema proporcionan un mejor control de la temperatura interior. Esto redunda en un significativo ahorro de energía, tanto para calefaccionar como para refrigerar la vivienda y genera una importante reducción en la tarifa de los servicios.
El modelo industrializado fabrica sus obras en planta, es decir, en un ambiente controlado que no se ve afectado por las inclemencias del tiempo. Esto asegura el cumplimiento de los plazos, dado que no hay factores externos que puedan afectar la producción. Además de reducir tiempos y gastos de obra, genera menos residuos y escombros, disminuyendo el desperdicio. Las estimaciones indican que una vivienda construida en seco requiere un tiempo de ejecución un 40% inferior a las construcciones húmedas.
En resumen, el éxito del sistema de construcción en seco, con el acero incluido como aporte sustentable, se basa en varias ventajas, principalmente ofreciendo la seguridad que el constructor necesita al momento de comenzar una obra. Es un ahorro económico, se aceleran los tiempos, se disminuye el impacto ambiental, hay un consumo menor de energía y una construcción más limpia.
De hecho, con este sistema es posible seguir habitando la casa mientras se realiza una ampliación. Las nuevas generaciones se han inclinado por este tipo de construcción dada su versatilidad que también permite combinar el método en seco con el tradicional.
Frente a escenarios económicamente inciertos, con la preocupación acerca del impacto ambiental de la actividad humana y el aumento de los servicios, asoma con fuerza un modelo disruptivo.
* Carlos Vaccaro. Director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero (CAA).