Plazos fijos: cuáles son las opciones más rentables

Tras la suba de las tasas de interés que decidió el Banco Central (BCRA) del 81% al 91% anual, comenzó la pulseada para deternminar cual es la mejor forma de inversión, aquella que pueda sostener el valor de los ahorros y, de ser posible, hacerlos crecer.

La forma más tradicional de ahorro en la Argentina es el depósito a plazo fijo, que suele estar asociada a la seguridad que ofrece un banco y a una rentabilidad pactada e inamovible. Por supuesto que esta característica en la Argentina ha sido quebrada varias veces a caballo de las sucesivas crisis históricas. No obstante, aún suele ser la más elegida entre los argentinos.

Cuáles son las alternativas que ofrece y cómo aprovecharlas es la pregunta que surge. Para ello hay que entender las condiciones de base que se ofrecen y las variantes que hay en el mercado.

En primer lugar, los depósitos pueder realizarse a diversos plazos. A 30 días, 60 días, 90 días, 180 días e incluso a 1 año (360 días). Hoy la tasa mensual (TEM) está en el orden del 7,58%, resultado de la división por 12 de la tasa anual del 91% (TNA o Tasa Nominal Anual). Pero, en cualquier caso, si el depósito se renueva al vencimiento sin tocar el capital acumulado o se pacta el depósito a un año, la tasa de interés efectivo anual (TEA) llega al 140,5%, un valor superior a la inflación proyectada, con lo que no sólo se sostendría el ahorro, sino que dejaría una ganancia extra.

Si la inflación acumulada, por ejemplo, fuera del 120%, quedaría una rentabilidad real de 20 puntos. Claro que si el Gobierno logra domar a los precios, la ganancias se multiplicará. Si sucede lo contrario, y la inflación se desborda, puede haber problemas.

¿Cuáles son los riesgos? Son diferentes las variables a tener en cuenta. Por un lado, si el plazo elegido es muy largo, puede que la inflación se dispare en una espiral hiperinflacionaria y los depósitos pierdan valor aceleradamente antes de poder recuperarlos para invertir en una opción inmune a la inflación local como el dólar o activos en dólares.

El riesgo al pactar plazos cortos, como los de 30 días, es que bajen las tasas de interés antes de la siguiente renovación y se pierda la oportunidad de ganancias extraordinarias. Aunque, queda claro, que si se da el caso de baja de tasas es porque la inflación comenzó a encontrar una senda de desaceleración.

En tercer lugar, el plazo fijo es una alternativa tendiente a proteger los ahorros más que a generar utilidades. Por lo que es posible que el ahorro se degrade con el tiempo si no se está atento a las variables macroeconómicas de contexto, como la inflación, la solidez del sistema bancario o la economía internacional.

Opciones en plazo fijo

Tradicional: es el más común y se realiza de manera sencilla a través del homebanking. La tasa TEA del 140,5% es lo que en la actualidad atrae, aunque ese número tiene una perspectiva de mediano plazo que en medio de la crisis local es altamente improbable no sufra cambios. Estos depósitos cuentan por ley de una garantía hasta un tope de $ 6 millones.

Plazo Fijo UVA (Unidad de Valor Adquisitivo): es una opción que toma como valor de referencia de la tasa de interés a la inflación del mes anterior que publica el Indec más una tasa adicional anual del 1%. De esta forma, el ahorrista se asegura ganarle por 1 punto porcentual a la inflación anual. Es, claramente, un instrumento para proteger a los ahorros contra la inflación, pero sin posibilidad de ganancias adicionales.

Plazo Fijo UVA Precancelable: es una variante del plazo fijo UVA, pero permite cancelar anticipadamente la inversión. Esta opción tiene como penalidad que la cancelación anticipada no se actualice por UVA, sino que se pague la tasa de interés que publica diariamente el BCRA.

Plazo Fijo Precancelable: se realizan con un mínimo de 180 días. Permite retirar el dinero en cualquier momento después de un plazo mínimo de 30 días desde la fecha de su constitución. No obstante, el retiro del dinero conlleva una penalidad que consiste en pagar una tasa de descuento acordada.