Un combo que no cierra

Se dispara la conflictividad laboral: inflación, salarios atrasados y paritarias desfasadas

El Índice que elabora la Universidad Torcuato Di Tella registró un crecimiento interanual del 39%. La puja en las negociaciones salariales, las posturas de empresas y empleados y las estrategias de las compañías para que el sueldo rinda más en un contexto de angustia generalizada.

Diana Chiani
Diana Chiani viernes, 26 de mayo de 2023 · 14:00 hs
Se dispara la conflictividad laboral: inflación, salarios atrasados y paritarias desfasadas
Las negociaciones salariales se complejizan por la inflación pero cada vez hay más "perdedores". Foto: Maximiliano Ríos/MDZ

Jefes, gerentes o encargados son los primeros en percibir el malestar de sus colaboradores a cargo. Algo que rápidamente suele llegar al área de Recursos Humanos y puede crecer de manera impensada por una “chispita”. El Índice de Conflictividad Laboral que elabora la Universidad Torcuato Di Tella creció entre marzo y abril un 39% con relación al mismo período del año anterior y se encuentra en niveles previos a la pandemia.

Aunque este Índice hace foco en las negociaciones salariales que suelen darse en los primeros meses del año, también destacó que la aceleración de la inflación ha sido la principal causante de esta conflictividad. Es casi inevitable que lo que sucede en el marco de las paritarias se traslade a los espacios laborales, en especial cuando el salario parece escurrirse entre los dedos.

Existen diferencias entre los acuerdos de los distintos sectores de la economía y hay quienes tienen sueldos más altos o van más cerca de la inflación. El resto acomoda como puede y, perdiendo por goleada, está el trabajo informal. El economista José Vargas, de la consultora Evaluecon, expresó que cuando uno observa el anualizado, la mayoría de los acuerdos quedan muy por debajo de la inflación.

El profesional aclaró, no obstante, que hay que tener en cuenta los sectores y también si se pertenece al ámbito público o privado. En el primer caso, el retraso estaría por debajo del 30% y en el segundo en torno al 20%. Es que más allá de bonos, reaperturas y acuerdos intermedios casi nadie da abasto con el aumento del costo de vida.

Paritarias, convenios y rispideces

“El alza de la aceleración inflacionaria, la caída del salario real registrado y el clima político de comienzos de 2023 explican este aumento de la conflictividad interanual en 2023”, destacó el estudio de la Universidad Di Tella. Al análisis abarca los sectores principales como transporte, construcción, industrias manufactureras y comercio (con hoteles y restaurantes).

El análisis se pregunta si se trata de un fenómeno que llegó para quedarse o de algo pasajero al tiempo que, en su resumen ejecutivo, observó que “los resultados indican que el conflicto laboral tiene un efecto positivo a corto plazo sobre el salario real medio en cuatro sectores económicos centrales de Argentina”.

Desde el sector empresario y de Recursos Humanos observan un incremento en la conflictividad laboral, así como en que las negociaciones se han vuelto “más ásperas”. En este contexto, un reconocido empresario del rubro comercial expresó que no desconocen la situación de los trabajadores con la suba del costo de vida. “Si alguien cobra de bolsillo $200.000, yo debo pagar $400.000 y no hay manera de que así pueda seguir el ritmo de la inflación”, sentenció.

Sumó que hace tiempo el sector empresario pide una reforma que permita que parte de lo que se paga quede en el bolsillo del empleado y no en las arcas del Estado. En un contexto de reaperturas de paritarias y reclamos, el comerciante concedió que la conflictividad crece y afecta a toda la estructura que, desde ambos lados, vive una suerte de tensión continua.

Por su parte, sindicalistas y representantes gremiales observaron que si las empresas suben los precios en función de la inflación, lo mismo pueden hacer con el valor del sueldo. En medio de las negociaciones, parte de los conflictos surgen cuando hay compañías que se desentienden de los convenios colectivos, con el consiguiente impacto negativo entre el personal.

“Hubo acuerdo en el sector, pero como esta empresa directamente no va ni firma lo pactado en el Ministerio de Trabajo, hay mucho enojo en la gente”, contó el delegado gremial de una firma de servicios. Agregó que este tipo de situaciones impactan no solo en el clima laboral, sino también en el compromiso de las personas y, por consecuencia, en el rendimiento.

Estrategias, beneficios y fuera de convenio

Es al área de Recursos Humanos a la que le toca equilibrar este tipo de situaciones y, en general, las referentes consultadas coinciden en que la adecuación del salario a la inflación suele ser motivo de posible conflicto, debido a que no hay manera de que los aumentos “no queden desfasados”.

En el medio, no solo hay diversas situaciones sino que -también a causa de la suba de precios- se produce una mayor dispersión que puede impactar en el conflicto, tanto positiva como negativamente. María José Gómez Piovano, psicóloga especializada en Recursos Humanos, explicó que las empresas implementan diversas estrategias de compensación pero que, al fin de cuentas, “la mayoría prioriza lo que le queda en el bolsillo”.

Desde su punto de vista, algo que ha complejizado la situación es la dificultad para establecer un salario medio para muchas posiciones. “Se ve una desregulación muy amplia en las remuneraciones y es difícil establecer valores”, observó Gómez Piovano. Cada vez más, como una manera de atraer personal y darle un marco a puestos que no están tipificados en los convenios colectivos, las empresas proponen una suerte de “fuera de convenio”.

Se trata de una mejor remuneración en comparación con los que están bajo el marco colectivo que da ventajas, pero puede volverse en contra. En parte, porque en la mayor cantidad de negociaciones debido a la inflación impacta a los que están bajo el paraguas sindical, pero no necesariamente en los que no lo están.

Además, según expresó Marisa Benítez, licenciada en Recursos Humanos y gerenta de una importante firma, el fuera de convenio no tiene horario y hay que ser muy preciso para que la diferencia a favor no se vuelva en contra. “La gente está muy angustiada y las empresas luchan para ser sustentables en este contexto”, observó la profesional.

Desde su punto de vista, y tal vez por la dispersión salarial mencionada, Benítez percibe una menor tolerancia de las personas con preparación, para quienes el mercado laboral estaría abierto en un contexto de escasez de talentos. No obstante, opinó que las personas valoran los beneficios paralelos que se ofrecen desde las empresas, con la posibilidad de tener prepaga en el puesto número uno.

Canasta de alimentos, órdenes de compra, remuneraciones a cuenta de futuros aumentos sin el aporte impositivo, aporte de ropa, guardería, transporte y bonos especiales son algunas de  estrategias que las compañías ponen en marcha. El objetivo es que el sueldo rinda más aunque no se aumente al ritmo deseado, que los trabajadores resten de sus gastos diarios para, al fin de cuentas, mantener un clima laboral que repercuta positivamente en la productividad.

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