Pablo González: "Me siento cómodo trabajando con Sergio Massa, no como con el otro muchacho"

De andar pausado y metódico en la planificación, como patagónico a Pablo González la Ciudad de Buenos Aires lo abruma. “Hay un ambiente tóxico”, suele repetir tras reconocer que viaja todas las semanas a su ciudad, Rio Gallegos, para poder descansar, dormir y reencontrarse con la familia y los amigos.

Fue seis veces candidato en distintos momentos de su carrera política. Se recibió de abogado y escribano en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Luego hizo una diplomatura en Derecho de Hidrocarburos de la Universidad Austral. En 2011 llegó al Senado Nacional y luego en 2015 fue electo vicegobernador junto a Alicia Kirchner en Santa Cruz.

Tras ser electo diputado nacional en 2019, llegó a YPF dos meses después de asumir la banca. Como viejo conocedor de la política patagónica medita las respuestas, no descarta ser candidato a gobernador “en algún momento”, aunque negó categóricamente cualquier posibilidad de ser candidato a presidente del Frente de Todos. Dijo que lo sorprendió y contó que hasta su mamá lo llamó para preguntarle si era cierto.

Con 54 años, el actual presidente del directorio de YPF desde febrero de 2020 dice que al dejar el cargo en diciembre la empresa tendrá mejores resultados y un mejor balance que el que recibió. “La acción subió 140% el último año y lo seguirá haciendo”, dijo optimista.

Fue implacable frente a la consulta respecto a su relación Sergio Massa, el ministro de Economía con quien se acordó el sendero de alzas mensuales hasta las PASO: “Me siento muy cómodo trabajando con él, no como con el otro muchacho”, en obvia referencia a Martín Guzmán, de quien dijo que le hizo mucho daño al país con la irresponsabilidad en su salida.

En cuanto al escenario actual reconoció muchas dificultades; lo definió como “muy difícil” especialmente “porque no estamos pudiendo con la inflación”. El 7,7% del mes de marzo hizo estragos en el oficialismo y también en las expectativas económicas pese a los dólares aportados por los organismos internacionales y la perspectivas de un dólar agro que apacigüe la sangría de reservas al menos hasta junio.

Los fallos

Respecto a los fallos recientes que tuvieron a la empresa como protagonista, Gonzalez remarca que el acuerdo con Maxus despejó un escenario potencial de conflicto muy alto. “Resolvimos un litigio de 20 años”, sentenció. Al respecto, recordó que el acuerdo que se instrumentará en los próximos 30 días significará un pago de US$287 millones, de los cuales US$200 millones serán fruto de un préstamo de la CAF a 10 años y los otros de la caja de la empresa que ya lo tenía previsionado. “No habrá impacto en las reservas”, dijo tajante.

En cuanto al fallo contrario a la Argentina, aunque favorable a la empresa, por la expropiación de la compañía en 2012, Gonzalez dijo: “Lo voté y volvería a hacerlo. ¿Cuánto vale la compañía después de la expansión que ha tenido estos años con Vaca Muerta, Palermo Aike y las operaciones off shore que se harán seguramente frente a las costas de la provincia de Buenos Aires?”.  El cree que si el juicio, que igualmente está en instancias de apelaciones, es negativo para el país, podrá ser pagado con creces por el Estado con los beneficios que la propia empresa la dará.

“El año pasado ganamos más de US$2200 millones y seguramente habrá resultado parecidos o mejores en el futuro”, dijo. Vale la pena recordar que el fallo de la jueza Loreta Preska eximió de responsabilidad a la compañía. Por eso no sufre ninguna consecuencia patrimonial. Los embargos posibles por venir serán contra el patrimonio del Estado Argentino, no la empresa.

Futuro

En cuanto al futuro de la compañía confirmó que volverá a exportar petróleo a Chile, que había dejado de hacerse en 2007, y que ahora está en un proceso de enorme expansión. “Estamos con la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur, la construcción del gasoducto y el primer gasoducto de los tres que hay que construir para el proyecto de gas natural licuado”, dijo.

Recordó al respecto que “hay que construir tres gasoductos de 36 pulgadas, que van a generar en el pico de la producción de GNL unos 460 barcos anuales. Nosotros tenemos la segunda reserva convencional no comercial del mundo. Esos son reservas para 170 años al nivel de consumo que tenemos hoy en Argentina”.

González destacó especialmente el desarrollo del oleoducto que se denomina Vaca Muerta Sur que va de Vaca Muerta a Punta Colorada en Río Negro y que permitirá transportar unos 360.000 barriles de crudo. “El problema que estamos teniendo en el sector en general es que se está produciendo más petróleo y gas del que se puede transportar, con lo cual en el mes de mayo estamos rehabilitando el oleoducto trasandino que estaba cerrado del año 2007”.

“La empresa mejoró la eficacia en la prestación del servicio y redujo la deuda lo que le ha permitido invertir más”, dijo González. Al respecto dijo que la empresa durante todos estos años “tuvo una curva de aprendizaje que hoy la ubica muy cerca del nivel de profesional de cualquier compañía líder del mundo”.

Precios e ingresos

El presidente de YPF dijo que los precios de la nafta no pueden ser congelados porque de ahí depende la caja de la compañía y toda la cadena de valor. Hoy la empresa representa el 53% del total de la nafta vendida en el país y el 58% del gasoil, algo que se incrementó el año pasado cuando fue la petrolera estatal la que importó el fluido en medio de la escasez. Por entonces el consumo aumentó 15%. De ese total, 70% lo vendió YPF. La participación de mercado subió del 53 al 58%.

“Además hay 100 productos antes que la nafta que generan inflación”, sentenció. Asimismo, dijo tener expectativas (aunque él no es un especialista) en las operaciones off shore frente a las costas de la provincia de Buenos Aires donde profesionales de YPF sostienen que el petróleo que tendría esa cuenca sería de una producción similar a la que hoy se tiene en tenemos Vaca Muerta: 220.000 barriles.

Al final de la entrevista, Gonzalez dijo: “Me gustaría darme vuelta y ver una YPF que funcione como hoy de manera mixta y con la necesidad de inversión privada y socios fuertes como los que tiene: Petronas; Exxon Móvil, Chevron, Total; PAE y otros…”

“Entre todos tenemos que aprovechar esta ventana de oportunidad que tiene Argentina en un mundo que reclama energía. Nosotros tenemos las reservas, la energía de transición que es el gas, debemos generar los consensos y dejarnos de excusas”, repite entusiasmado. Para eso, los incentivos a los acuerdos tienen que estar sobre la mesa. La clase política tiene que aprender a ejecutarlos. Y la sociedad a reclamarlos.