Guillermo Oliveto: claves para agudizar el ingenio y captar al consumidor

La elección frente a dos modelos de país que se enfrentarán en el balotaje del 19 de noviembre no quita el hecho de que más allá del nombre ganador, al menos los primeros seis meses de 2024 serán recesivos y con grandes interrogantes en relación con la inflación. En esta línea, las empresas hoy solo se stockean para las Fiestas al tiempo que deberán agudizar sus estrategias de venta para captar el consumo.

Así lo expresó el analista estratégico de negocios, Guillermo Oliveto, quien disertó en el encuentro “El Futuro del Vino Argentino. Entre la incertidumbre y las oportunidades”, organizado por el Fondo Vitivinícola y la Corporación Vitivinícola. Con relación al humor social en vistas a lo queda del año, el consultor expresó que ven un escenario de mayor tensión entre los deseos y las posibilidades. “Es decir, entre lo que se quiere y se puede”, resumió.

Aunque en un contexto de crisis no se trata de una situación nueva, el consumo no se termina de caer debido a diversos factores. El más importante es la compulsión de los que tienen la opción a sacarse los pesos de encima, así como a adelantar compras que luego saldrán más caras. El segundo tiene que ver con una de las consecuencias de la pandemia atada a la revalorización del disfrute frente a la mayor incertidumbre y miedo de cara al futuro.

“Después de tanto malestar, el bienestar no tiene precio”, precisó Oliveto y ejemplificó que, si antes se ganaban 100 y se ahorraban 20, ahora se gastan 110. De este modo, la sensación de cercanía con la muerte, vivida en 2020, permitió no solo el sostén del consumo sino una suerte de boom en áreas recreativas o lúdicas como recitales, viajes y diversos placeres.

La imaginación al poder

No obstante, el especialista en consumo recordó que el mercado se ha achicado en comparación con diez años atrás, por lo que todos los productos compiten por una torta más pequeña. A esto hay que agregarle que tarde o temprano se comenzarán a sincerar los precios que hoy están contenidos y que la situación general será más compleja de lo que es hoy.

Es que cuando se deban pagar las tarifas, los combustibles y hasta el dólar a un valor que hoy está subsidiado y relativamente acotado, es claro que las personas dispondrán de mucho menos para hacer sus compras. Y que, primeras marcas y productos de segunda necesidad no estarán ni en el horizonte cercano de las personas.

“En un esquema de mayor tensión entre lo que quiero y puedo, las empresas van a tener que ser más atractivas, hablar más fuerte y llamar la atención para que los consumidores las elijan entre lo poco que tendrán para destinar al consumo”, expresó Oliveto.

En este sentido, agregó que lo peor que se puede hacer es quedarse quieto frente a un escenario tan complejo. “No va servir ser conservadores sino que habrá que plantear estrategias novedosas, envases diferentes y propuestas más económicas para que los consumidores no elijan otra propuesta en un contexto recesivo”, sentenció Oliveto.