Tasas altas

El lado B del crédito no bancario: ¿quiénes se financian en este mercado?

El sector público es una verdadera aspiradora de la escaza oferta de crédito bancario. De ahí que gran parte de los demandantes privados tengan que recurrir al “otro” mercado, el no bancario. ¿Cómo son los tomadores, qué tasas pagan, qué morosidad hay? A continuación una resumida radiografía de este negocio.

Jorge Herrera
Jorge Herrera jueves, 22 de septiembre de 2022 · 07:09 hs
El lado B del crédito no bancario: ¿quiénes se financian en este mercado?
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

El crédito al sector privado viene cayendo. En agosto, según datos del Banco Central BCRA), los préstamos en pesos al sector privado registraron una contracción por segundo mes consecutivo, con una caída generalizada a nivel de las distintas líneas de financiamiento. La baja registrada en agosto habría sido de 2,4% mensual, siendo la más marcada desde noviembre del año pasado. De este modo, en los últimos doce meses habrían acumulado una disminución de 0,4% en términos reales. El ratio de préstamos en pesos al sector privado versus el PIB se habría ubicado en torno a 6,8%, manteniéndose sin grandes variaciones respecto del registrado en el último año.

La oferta de financiamiento se reduce mes a mes ante el avance de la demanda del sector público. Por lo tanto, al resto de los mortales, sobre todo aquellos que no consiguen crédito en el sistema bancario, deben recurrir al mercado no financiero. Este sector compuesto por cooperativas, mutuales, fintech, casas de electrodomésticos, tarjetas no bancarias, leasing y factoring, y otros proveedores no financieros de crédito operaron a fin del año pasado un negocio de más de $700.000 millones. Ahora bien, ¿quiénes son estos demandantes de crédito no bancario y cuáles son las principales características de este mercado?

Las estadísticas oficiales dan cuenta que el número de personas que obtuvieron este tipo de financiamiento creció un 22% en 2021 alcanzando los 8,8 millones, es el valor más alto desde enero de 2018. Si bien el número de hombres aumentó un 20% anual, fueron las mujeres quienes tuvieron el mayor desempeño positivo, un 25% anual.

Al analizar los rangos etarios, las personas de entre 30 y 64 años son las que tienen la mayor participación (68% del total), mientras que el rango etario de menores de 29 años fue el que tuvo el incremento interanual más importante (+138%). Respecto a los subgrupos, las Fintech explicaron el comportamiento del 2021, siendo en su mayoría (61%) personas de entre 30 y 64 años, seguido por el de menores de 29 años (34%).

Los deudores exclusivos de estos proveedores no financieros de crédito (PNFC), es decir aquellos que no registran deuda en entidades financieras, volvieron a crecer superando los 4,5 millones de personas (son el 52% del total). Y si se considera la cantidad de deudores asistidos por los PNFC pero sin deuda por asistencias de tarjeta de crédito, la misma superó los 3,8 millones de personas, un 80% más respecto a diciembre del 2020.

Un dato no menor proviene de la situación de la cartera de crédito de los PNFC, y es que la irregularidad en los pagos continuó descendiendo a niveles del 13%, lo que implica 7 puntos porcentuales menos que en diciembre de 2020. “Esto puede explicarse por un contexto económico que fue gradualmente recuperándose de la crisis sufrida por la pandemia del covid-19, con indicadores favorables de la actividad económica, el empleo y el consumo privado”, según el BCRA. Al respecto cabe señalar que el volumen de créditos otorgados en base al cual se calcula la irregularidad creció notablemente en el segundo semestre del 2021. 

En este contexto, las financiaciones por tarjetas de crédito evidencian los valores más bajos de irregularidad, siendo el resto de las financiaciones, como por ejemplo, préstamos personales, las que registran los ratios más elevados en todo el período. “El ratio de irregularidad persistentemente más bajo para los préstamos con tarjetas respecto al del resto de las financiaciones podría explicarse por la característica de ser créditos rotatorios (“revolving”), estos se caracterizan por la autorización al prestatario de realizar giros y cancelaciones dentro de límites convenidos en la línea de crédito (son líneas que se renuevan automáticamente con el cumplimiento del pago y, mientras no son utilizadas, no generan pago de intereses)”, señala el BCRA. De esta manera, tienden a originar relaciones de largo plazo entre los emisores y sus clientes e implican mayores incentivos al cumplimiento de las obligaciones (debido a las consecuencias que produciría para el usuario el corte de la línea de financiamiento).

En algunos casos, como la venta de electrodomésticos y otras cadenas de comercios, la reducción de la irregularidad fue acompañada por una caída en el valor nominal de la deuda en situación irregular al mismo tiempo que creció la originación de nuevo financiamiento. En otros, como en los casos de Fintech y el Resto, la reducción de la irregularidad fue producto de un aumento en la originación dado que el monto nominal de la cartera irregular aumentó.

En términos de niveles, Fintech y Venta de electrodomésticos continúan mostrando ratios de irregularidad superiores al total, 23% y 22%, respectivamente. El resto de los subgrupos cerraron el 2021 con valores inferiores al 16%.

Con relación a las tasas que se pagan, la nominal anual (TNA) promedio se ubicó en 114% a fines de 2021, unos 4 puntos porcentuales más que en diciembre de 2020 (la mediana estuvo en torno al 92% en promedio). Con relación a los subgrupos se observa que las Fintech continúan exhibiendo las TNA más elevadas, donde el 78% registran tasas superiores a 100% (el 126% de TNA ponderada total) mientras que las Cooperativas y mutuales son las únicas que registran tasas inferiores a 100% desde marzo de 2020. Se observó también una reducción en las tasas de interés de Fintech y Venta de electrodomésticos que fue compensada principalmente por la suba de Cooperativas y mutuales.

Por su parte, las tasas por financiaciones con tarjetas de crédito muestran una contracción aguda a partir del primer trimestre de 2020, asociada a la regulación de la tasa máxima aplicable por intereses compensatorios de tarjetas de crédito bancarias.

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