Contactos clave

Los dos aliados de Wall Street con los que cuenta Massa

El nuevo ministro de Economía puede demostrar que tiene contactos sólidos con dos pesos pesados dentro de los fondos de inversión internacionales. ¿Alcanzará?

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño viernes, 29 de julio de 2022 · 15:02 hs
Los dos aliados de Wall Street con los que cuenta Massa
El nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, viene tejiendo buenos vínculos con inversores y funcionarios de Estados Unidos.

Sergio Massa tiene aliados sólidos en varios frentes. Uno de ellos es Wall Street. Y con una alianza sostenida en el tiempo y confirmada en batallas concretas, donde el ahora ministro de Economía demostró tener el whatsapp de protagonistas importantes. Y poderosos.

Una de esas circunstancias fue en septiembre de 2020, cuando la negociación por la reestructuración de deuda que encaraba Martín Guzmán se empantanaba y se necesitaron nuevos contactos con los bonistas acreedores para reencauzar el diálogo.

Se demostró luego, en la práctica, que esa gestión de Sergio Massa, independiente del entonces titular del Palacio de Hacienda y por iniciativa casi personal, destrabó las discusiones que parecían estrellarse; y, finalmente, derivaron en los lineamientos generales del acuerdo definitivo.

Martín Guzmán y Sergio Massa cultivaron una buena relación, aunque marcada por la impronta del tigrense.

La clave de esa gestión fue la relación probada que el próximo hombre fuerte del gobierno nacional estableció con el tiempo con dos viejos y, en parte, fieles amigos volvieron a trabajar con el país. Los fondos de inversión Gramercy y Fintech, de los pocos con los que Argentina contó para que trabajaran a su favor en los años más duros del "Juicio del Siglo" contra los holdouts; se convirtieron en los últimos días en el nexo con varios de los más importantes tenedores de deuda a reestructurar.

Lobbista privilegiado

La gestión de Massa de aquel tiempo, fue haber negociado directamente (con el aval de Alberto Fernández y no de Guzmán), una contrapropuesta más accesible para la discusión; y que pudiera enfrentarse con peso a la que encabezaba BlackRock, que trababa las discusiones.

Los fondos de inversión Gramercy y Fintech, de los pocos con los que Argentina contó para que trabajaran a su favor en los años más duros del "Juicio del Siglo" contra los holdouts; se convirtieron en los últimos días en el nexo con varios de los más importantes tenedores de deuda a reestructurar.

Gramercy y Fintech acumulaban, junto con otros fondos menores, un 15% del total de la deuda en renegociación, con lo que su apoyo está lejos de garantizar un acuerdo final. Sin embargo fueron a instancias de Massa los principales impulsores de un dialogo fluido y "de buena fe".

En las últimas horas, fueron también los de más llegada a los despachos oficiales, dispuestos por el Gobierno para encontrar vías de comunicación sólidas y, fundamentalmente, secretas y confiables, entre Buenos Aires- Olivos y Wall Street.

Si bien se mantuvieron firmes y unidos con los primos más belicosos de BlackRock, Ashmore, Fidelity y Pimco para rechazar la primera oferta de Martín Guzmán el 8 de mayo pasado, una vez lograda esa primera victoria en las negociaciones, se reconvirtieron en el grupo de acreedores más dispuestos a dialogar mejoras.


Se separaron así de BlackRock y sus aliados, y comenzaron a trabajar en una contrapropuesta que luego de idas y vueltas de consultas entre los propios fondos y alguna que otra llamada clandestina a Buenos Aires, fue enviada formalmente a Economía vía Massa para su estudio y seguro posterior rechazo.

Apuesta clave

Ahora, nuevamente, el massismo confía en reestablecer el aporte que puedan aportar los dos fondos para la etapa que se viene. No por fe o ideología, sino por su pasado de comprobada y ratificada alianza.

Ambos fondos tienen una historia de relación importante con el oficialismo, desde los tiempos del segundo llamado a reestructurar la deuda en default del 2001, organizado por el Ministerio de Economía que manejaba en 2010 Amado Boudou.

Tanto Gramercy como Fintech no habían ingresado en el canje original (el lanzado por Roberto Lavagna como ministro de Néstor Kirchner), amagando como sumarse a los litigantes contra el país que en ese momento reclutaban el Fondo Elliot de Paul Singer y el EM Dart de Kenneth Dart.

La buena relación entre Gramercy y Fintech con el actual oficialismo continuó sólida con los años. Gramercy tuvo participación en las operaciones de compras de los juicios que empresas multinacionales, especialmente de origen norteamericano, mantenían contra la Argentina ante el CIADI, a precios más que bajos.

Sin embargo, hacia comienzos del 2010, se habían reconvertido en los mejores interlocutores que tenía la Argentina en el mercado de bonistas aún en default, y junto al Palacio de Hacienda diseñaron la oferta de reapertura de deuda que llevó la aceptación final al 93%.

Luego, el 7% restante, avanzaría en el Juicio del Siglo contra el país, litigio que Argentina perdería contra los fondos buitre liderados por Singer. En esa causa, tanto Gramercy como Fintech mantuvieron su rol de aliados del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en contra de Singer y el resto de los demandantes; al punto de presentarse como "amigos de la Argentina", declarando públicamente ante el juez Thomas Griesa a favor de la posición local y en contra del reclamo de los fondos buitre.

El extinto juez Thomas Griesa, estuvo a cargo del Segundo Distrito Sur de Nueva York, hoy en cabeza de la jueza Loretta Preska. 

La alianza con el último gobierno kirchnerista fue tan sólida, que llegó hasta una presentación conjunta en diciembre de 2012 ante la Corte Suprema de los Estados Unidos bajo el grupo "non party apellants" (integrado también por la reserva Federal y el gobierno norteamericano), para que la posición de la Argentina sea escuchada en aquellos tramos finales del juicio contra los fondos buitre.

Qué pasó en el Juicio del Siglo

Finalmente, la historia es conocida. El máximo tribunal norteamericano falló en contra del país, se perdió la causa y hubo que esperar hasta abril de 2016, para que con el gobierno de Mauricio Macri recién llegado; el país pudiera llegar a un acuerdo con aquellos acreedores beligerantes; previo pago de unos U$S 9.000 millones.

La buena relación entre Gramercy y Fintech con el actual oficialismo continuó sólida con los años. Gramercy tuvo participación en las operaciones de compras de los juicios que empresas multinacionales, especialmente de origen norteamericano, mantenían contra la Argentina ante el CIADI, a precios más que bajos.

En octubre de 2013 se cerró un acuerdo con el país, por el cual el Ejecutivo se comprometió a cerrar varias de estas causas ante el tribunal internacional, liquidando los procesos abiertos por los casos de Vivendi Universal (Aguas de Aconquija) y Azurix (Agua Potable de la Provincia de Buenos Aires).

Por su parte, Fintech, propiedad del magnate mexicano David Martínez, mantiene una más que sólida relación casi directa con varios de los principales referentes del kirchnerismo, y se convirtió desde la llegada de Alberto Fernández al poder, en uno de los voceros directos e indirectos del mundo financiero internacional (y nacional) con el gobierno. Su principal activo en el país es ser uno de los socios de Telecom (junto con Clarin y el estado argentino a través del FGS de la Anses). 

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