Grandes artistas

Alberto María Rossi, el jolgorio del color

En la búsqueda de las raíces de nuestro arte, recordamos hoy a Alberto María Rossi. Al igual que Fernando Fader, Cesáreo B. de Quirós y Justo Lynch, Alberto María Rossi fue miembro del grupo Nexus. Su pintura está marcada por un toque de humor y trasmite una sana alegría.

Carlos María Pinasco sábado, 11 de diciembre de 2021 · 07:23 hs
Alberto María Rossi, el jolgorio del color
“Boulangerie”, por Alberto María Rossi (óleo sobre cartón de 46 x 66 cm)

Alberto María Rossi nació en Bologna, Italia en 1879. Su padre, Dionisio Rossi, trasladó la familia a Buenos Aires cuando Alberto María tenía 3 años. Era pintor y vino contratado para decorar residencias particulares de la ciudad, fue él quien inició a su hijo en el camino del arte.

Por entonces, funcionaba en Buenos Aires la Sociedad de Estímulo de Bellas Artes, una institución privada creada por Eduardo Schiaffino, Eduardo Sívori y otros artistas que, en su mayoría, eran de origen italiano. Allí recaló Rossi, para estudiar con el propio Sívori y con Ernesto de la Cárcova.

En 1899 adopta la nacionalidad argentina. Con el inicio del siglo XX vuelve a Europa. Se instala en su Bologna natal, ingresa en la Academia de Bellas Artes y estudia con Domenico Ferri (1857-1940), destacado muralista. Viaja luego a Venecia donde pasa una temporada pintando.

"Bailarines", de Alberto María Rossi 
(óleo sobre cartón de 60 x 50 cm)

En 1907 Rossi está de regreso en Buenos Aires. Estímulo abre la Academia de Bellas Artes bajo la dirección de Reinaldo Giudici y nuestro artista asume la titularidad de la cátedra de Dibujo. Al año siguiente viaja a Montevideo con Pío Collivadino para pintar los frescos de la Catedral.

Dos años después su obra “El Veterano” recibe una medalla en el Salón del Centenario. En 1912 su óleo “Buenos Aires” merece el Premio Adquisición y en 1919 obtiene el Gran Premio de Honor del Salón Nacional con “En Pleno Trabajo”. De la misma época su “Fin de Faena” forma parte hoy de la colección del MNBA.

En 1915 se casa con una alumna Ana Weiss (1892-1953). Su autorretrato -propiedad de nuestro museo mayor- la muestra como una bella mujer de ojos azules, mirada transparente y austero aire germánico. Por añadidura está estupendamente pintado. Ana fue una eximia pintora. Juntos volvieron a Europa (España, Bélgica, Holanda y Paris) en tres oportunidades (1923-24, 1929-30 y en 1953).

“Corso de Carnaval”, de Alberto María Rossi
(óleo sobre lienzo de 50 x 70 cm)

Alberto María Rossi fue también violinista, escultor y actor. Cuando tenía 52 años publicó una novela “La Camisa de once varas”, donde, con una pluma ágil y entretenida rememora sus años de bohemia y las luchas de los artistas en el Buenos Aires de principios del siglo pasado. Siguió pintando y exponiendo con regularidad. Falleció en 1965.

Su temática fue amplia: originalmente pintó temas históricos, paisajes portuarios, asuntos gauchescos y vistas ciudadanas. Más tarde su obra adquiere un tono alegre con toques burlescos. Escenas de la vida nocturna elegante y bohemia de la que solía tomar parte, temas circenses, payasos, músicos y bailarines. Es ahí donde Rossi adquiere su plenitud. Su pintura brilla en un jolgorio de color y su arte inunda de alegría el corazón de quien contempla sus obras.

Falleció en Buenos Aires en 1965 y hoy lo recordamos en la búsqueda de algo de alegría en este fin de año triste que nos ha tocado transitar.

“El trasbordador de La Boca”, de Alberto María Rossi
(óleo sobre cartón de 53 x 65 cm)

*Carlos María Pinasco es consultor de arte

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