Política

Mariana Gené: "Los armadores políticos salen a bancar lo indefendible"

En su libro "La rosca política", la socióloga disecciona el funcionamiento del Ministerio del Interior y las estrategias que han puesto en juego sus distintos ocupantes para articular la relación con los gobernadores y al mismo tiempo, generar acuerdos con los interlocutores de la oposición, una instancia que esconde un detrás de escena complejo en el que dirigentes de distinta extracción política pueden entablar lazos más amigables que los ásperos intercambios verbales que se prodigan frente a las cámaras

jueves, 19 de septiembre de 2019 · 10:30 hs

La "rosca política" ha sido percibida lo largo del tiempo como un repertorio de prácticas teñidas por transacciones turbias, pero el abordaje que emprende la socióloga Mariana Gené muestra que la tarea que llevan adelante los armadores políticos es decisiva para impulsar leyes que garanticen la gobernabilidad, sortear crisis económicas y hasta consolidar la vida democrática.

En su libro La rosca política, la socióloga disecciona el funcionamiento del Ministerio del Interior y las estrategias que han puesto en juego sus distintos ocupantes desde 1983 hasta la actualidad para articular la relación con los gobernadores y al mismo tiempo, generar acuerdos con los interlocutores de la oposición, una instancia que esconde un detrás de escena complejo en el que dirigentes de distinta extracción política pueden entablar lazos más amigables que los ásperos intercambios verbales que se prodigan frente a las cámaras.

Y la mejor manera de constatar esa dinámica del juego político en la que oficialismo y oposición no mantienen diferencias irreconciliables es que para concretar sus entrevistas a la mayoría de los políticos que estuvieron al frente de la cartera de Interior desde el regreso de la democracia, Gené logró acceder a muchos de ellos no a través de sus allegados sino de nexos totalmente impensados, como ocurrió cuando intentó contactar al ex ministro radical Enrique Nosiglia y su acercamiento no fue facilitado por ninguno de sus correligionarios sino por acción del operador principal del empresario Francisco de Narváez.

La autora traza una genealogía que se inicia con los radicales Antonio Tróccoli y Enrique "Coti" Nosiglia y llega al ministro Rogelio Frigerio. En el medio, todo un abanico que incluye personajes "pintorescos" como José Luis Manzano o Aníbal Fernández y que encuentra su foco más atractivo en el antagonismo que encarnan dos de los hombres que pasaron por la cartera durante el menemismo: Carlos Corach y Gustavo Béliz, el primero celebrado por sus pares como emblema de eficacia y el segundo impugnado por no haber entendido "la dinámica de la rosca política".

- Es el ministerio más enigmático para la opinión pública pero a partir del libro queda perfilado como un punto neurálgico que expresa y condensa todas las contradicciones y paradojas de la política...

- La utilidad del Ministerio del Interior es bastante misteriosa para gran parte de la sociedad mientras que para los políticos es fundamental y ni hablar para los presidentes, ya que si cuentan con un buen ministro del Interior tienen un gran recurso fundamental para la gobernabilidad. Todos los entrevistados coincidieron en que ser nominados para el Ministerio del Interior es como jugar en primera.

- El sociólogo Max Weber plantea las tensiones entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad ¿La primera siempre queda supeditada a la segunda?

- Para los oficialismos, esta tensión entre la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción es muy fuerte y supone que ciertos medios buenos pueden tener efectos malos o incluso dañinos o catastróficos. Los armadores políticos tienen la difícil tarea de salir a bancar los trapos, lo indefendible o lo que se está cayendo a pedazos: es parte del trabajo que tienen que hacer. Y eso es fundamental porque los proyectos políticos están atravesados por conflictos todo el tiempo, sobre todo en una sociedad como la argentina que es una sociedad difícil de gobernar, movilizada y con actores sociales y económicos que tienen su peso especifico.

- ¿En qué medida el actual gobierno estableció un nuevo paradigma a la hora de hacer política al plantear una sinergia entre la figura del armador político tradicional encarnada por Monzó y la del estratega comunicacional representada por Jaime Durán Barba y Marcos Peña?

- En la campaña política de 2015 funcionó muy bien esa articulación entre el ala política y el área más comunicacional de la construcción del mensaje y la retórica. Por un lado, los equipos de Monzó y Frigerio recorrieron el país buscando candidatos en distintos lugares, armando la alianza con el radicalismo y negociando espacios. Tenían el desafío de nacionalizar un partido que había nacido en la Ciudad de Buenos Aires. Una vez que el equipo político hizo su parte llegó el equipo comunicacional comandado por Marcos Peña, que se dedicó a aportar una línea discursiva. La idea de que hacen faltan varias patas para un proyecto político funcionó muy bien en aquel entonces. Una vez en el gobierno, esas dos patas dejaron de entenderse también y hubo distintas situaciones críticas en las cuales los armadores políticos fueron sacados de la mesa chica, mientras que tiempos de crisis los volvieron a buscar nuevamente.