literatura

Norma, la tenaz impulsora del legado de Draghi Lucero

A quince años de su muerte, el legado de <b>Draghi Lucero</b> permanece firme en Mendoza gracias en buena parte a la tenacidad de su albacea y amiga <b>Norma Acordinaro</b> quien, con grandes esfuerzos y no menos satisfacciones, mantiene en vigencia los ideales del reconocido escritor: la libertad, la justicia social, la valoración del trabajo rural y la cultura popular y el cuidado del agua

domingo, 19 de mayo de 2019 · 11:04 hs

Juan Draghi Lucero fue un incansable defensor de la cultura mendocina. Autor de extraordinarios poemarios, novelas, cancioneros e investigaciones históricas, económicas y sociales, su compromiso con la difusión de las raíces cuyanas y su pasión por el campo y la tierra, como así también dueño de un carácter sencillo y de impronta pedagógica y humilde, lo hicieron valerse de un reconocimiento solamente reservado a las verdaderas plumas grandilocuentes.

A quince años de su muerte, el legado de Draghi Lucero permanece firme en Mendoza gracias en buena parte a la tenacidad de su albacea y amiga Norma Acordinaro quien, con grandes esfuerzos y no menos satisfacciones, mantiene en vigencia los ideales del reconocido escritor: la libertad, la justicia social, la valoración del trabajo rural y la cultura popular y el cuidado del agua.

Acordinaro y Draghi Lucero se conocieron en persona a principios de la década de 1970 y desde entonces mantuvieron una profusa amistad. Por aquella época, Acordinaro trabajaba en la Dirección de Municipalidades (organismo que cumplía la función de los Concejos Deliberantes en los gobiernos de facto) y su labor de investigación llamó la atención del exitoso poeta y cuentista, quien la alentó desde el primer momento. “Con Don Juan nació un afecto muy grande que mantuvimos hasta el final de sus días”, destaca Norma durante una charla con MDZ en su casa de Guaymallén, rodeada de las obras más emblemáticas de su gran amigo y compinche.

Con voz vibrante, memoria prodigiosa y ojos brillantes por la emoción de los recuerdos, Norma comienza su narración a principios del siglo pasado, aquellos momentos en que la infancia de Juan Draghi Lucero se ve trastocada por la repentina muerte de su padre, un ingeniero italiano que prosperaba gracias a una fábrica de máquinas agrícolas y carruajes ubicada en Godoy Cruz: “Cuando fallece el papá, la familia comienza a caer cuesta abajo hacia la pobreza, por lo que venden paulatinamente sus pertenencias y la madre se vincula con un jarillero de la zona rural”. Allí un pequeño Juan se instruye en varias tareas, especialmente en el negocio de la leña, y es durante esas largas veladas nocturnas y estrelladas, templadas por los relatos del leñador que lo acompañaba, donde inició su amor por las historias de esta tierra ancestral.

Revista 'luz y fuerza' editada por el sindicato homónimo en 1930. en este número aparece un artículo de draghi lucero sobre la apicultura.

Obras cuyanas

Las vivencias en el campo, sumado a sus posteriores investigaciones científicas sobre el folclore y la tradición cuyana, quedaron plasmadas en buena parte de sus obras, como Las mil y una noches argentinas (1942), El hachador de Altos Limpios (1966) y su libro quizás más conocido, el Cancionero Popular Cuyano, publicado en 1938. De hecho, estos dos últimos fueron reeditados por la editorial Colihue en 2014, siendo el Cancionero… una selección de textos elegidos por Acordinaro, que además escribió el prólogo. “Siempre hablaba con Don Juan sobre hacer una antología de su Cancionero Popular Cuyano, que sea accesible y pueda ir a las escuelas, porque el original estaba compuesto por tres tomos y nunca volvió a publicarse, salvo en 1992 cuando lo reeditó Ediciones Culturales”, cuenta Norma.

El Cancionero… “no es una acumulación de canciones, sino una reivindicación de las tradiciones cuyanas. Además, al principio, tiene un estudio (sintetizado) geográfico y de usos y costumbres de la región, a los efectos de explicarle a la gente el contexto sociocultural de las canciones que poseen tanta poesía que él llamó a sus autores ‘los poetas iletrados’”, añade.

Acordinaro rememora cómo surgió la posibilidad de reeditar esas obras de Draghi Lucero: “Hace un tiempo atrás estaba descorazonada porque llevaba mucho recorrido en esta lucha, siempre por mi cuenta y con poco apoyo. Durante la Feria del Libro del 2011, la última que se hizo en la Plaza San Martín, disertaba sobre una carpeta de Don Juan titulada ‘Especial para los suplementos culturales de los domingos’, que contiene muchísimos artículos de su autoría que fueron publicados en los diarios donde colaboró; entonces pasa una persona que se para y me mira fijamente. Cuando termina la charla, el hombre se me acerca y me pregunta de quién era ese texto tan interesante, y al responderle ‘de Don Juan Draghi’, me comenta que él había sido la última persona que lo entrevistó antes de su muerte en 1994. Resultó que era el famoso Adolfo Colombres, uno de los dueños de Colihue, un ser maravilloso con el que hoy comparto un gran afecto”.

Norma Acordinaro atesora su colección de libros de draghi lucero. algunos eran del propio escritor, que incluso recibió algunos ejemplares que no pudo conseguir porque estaban agotados.

“Don Juan y su esposa Yolanda creían ciegamente en las fuerzas ocultas favorables al bien, para ellos no había casualidades. Eso demuestra su razón”, acota.

Los relatos son fuente de otros relatos, y Norma, como buena narradora, hila historias que atraviesan fronteras espaciales y temporales, unidas por un denominador común que resulta en Draghi Lucero. En la carpeta que utilizó hace ocho años está guardada una fascinante historia de amor de la época colonial que Don Juan encontró durante sus investigaciones y publicó hace más de cincuenta años en un periódico, bajo el título ‘Romance de un tucumano en el siglo XVIII’. “Se trata de un hombre de sociedad que se enamora de una esclava, por lo que manda un escrito al Cabildo de Tucumán para que los autoricen a casarse y que ella pueda ser libre, pero las autoridades dicen rotundamente que no, porque la mujer tiene dueño. Entonces el hombre les responde que los seres humanos nacen libres y nadie puede ser dueño del otro”.

“Desde ahí se produce un intenso intercambio de notas que incluyen cosas muy tocantes. Volviendo al juicio, el Cabildo los deja casarse, pero con la mujer en condición de esclava, por lo que se ve sometida a los abusos cometidos por su dueño. Finalmente el demandante pide que le pongan precio a la esclava, ante lo cual las autoridades exigen un monto elevadísimo que luego acuerdan bajar, hasta que el hombre enamorado logra comprarla. Esta historia llamó la atención de Don Juan en su vasto interés sobre la esclavitud, y la consideraba una precursora de los derechos humanos”.

Otras obras de Draghi Lucero que Acordinaro destaca son La cabra de plata (1978), su única novela que si bien no es autobiográfica, surge luego de que el autor conoce a un antiguo puestero que vendía guano en el barrio Flores; y su último libro Y los ríos se secaron (1987), ganador del Premio Sudamérica por Artes y Letras del Centro de Estudios Históricos, Antropológicos y Sociales Sudamericanos, “una historia trágica y extraordinaria donde él se imagina al río Mendoza secándose”. También pondera la invaluable recopilación de textos históricos, a cargo de su esposa Yolanda Costabile, titulada Investigaciones históricas (2005), centrada en relatos de índole sanmartiniana que el mendocino fue desarrollando a lo largo de toda su vida.

Además de ser su amigo y escritor favorito, Draghi Lucero es una fuente de inspiración para Norma, quien ha escrito más de una treintena de textos de divulgación, entre libros, suplementos y colaboraciones: “Uno de los temas fuertes de Don Juan era el Camino del Inca, del cual me inspiré para editar en 2010 mi libro Los caminos y sus orígenes, el cual contiene todo un estudio sobre el origen de las rutas y cómo legalmente van perteneciendo al Estado”.

Dentro de esa obra Acordinaro añadió una historia escrita por Draghi para Cuentos mendocinos (1956) y que el escritor usó como base de alegato en una disertación mundial sobre folclore en 1962: “Don Juan representó a la UNCuyo con el tema ‘Los nichos en la vía pública’, en el cual detalla una discusión que tuvo con un hombre rico, hijo de bodegueros mendocinos, quien le asegura que ’mandaría a sacar todos esos nichos hediondos que molestan e interrumpen cuando ando por la ruta’. Draghi le responde que ‘el pobre no tiene para pagar médico o están muy lejos, por eso es que recurren a los milagros’ y le explica el significado de los nichos en la vía pública. Pese a todo, el rico le retruca en forma prepotente y le sostiene que ‘a todos los que andan buscando tradiciones y estupideces los mandaría a la hoguera’”.

'la cabra de plata' fue la única novela publicada de draghi lucero. Pese a lo que muchos creen, acordinaro sostiene que no es autobiográfica.

“Pasan dos meses y el escritor lee en el diario que el rico se mató en una curva. Curioso, dos lunes después va a la famosa vuelta donde se encuentra con dos chicas que llevan velas y flores a una casuchita con la foto del muerto. Les pregunta si el finado es milagroso y ellas le responden: ‘que no ha de serlo, si en quince días que hicimos el nichito le ha conseguido trabajo al flojo de mi cuñado, ha sanado a otros, etcétera’. El cuento termina con la frase ‘quién te ha visto y quién te ve’”.

A los libros y artículos más conocidos de Draghi Lucero se añaden múltiples textos referidos a las actividades económicas de Mendoza, entre ellas la apicultura, de la que el escritor tradicionalista fue un gran promotor al crear la primera escuela de la especialidad. También se destacan sus escritos sobre Miguel Pouget, agrónomo francés que impulsó el malbec en la provincia, y el explorador Manuel Olascoaga; como así también destaca su participación en las fundaciones de la Junta de Estudios Históricos y el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNCuyo. Y es imposible no mencionar su Fuente Americana de la Historia Argentina, una joya en la que volcó su profuso rastreo de las raíces cuyanas, halladas en las profundas cavidades de los archivos y bibliotecas de Chile.

Sabias palabras

Para Norma, conocer a Don Juan “ha sido una bendición, así como tener su amistad y hablar de tantas cosas sobre las que no nos alcanzaba el tiempo”. Ambos estaban enfocados en un mismo objetivo: defender las tradiciones cuyanas. “La diferencia es que cuando yo empezaba había una luz de cambio, mientras que en su caso fue mucho más maltratado”, reflexiona.

“En los últimos años que él ya no salía, me pidió muchas veces que lo representara o entregara libros en su nombre, pero nunca dejó de trabajar en pos de una educación más práctica para la juventud y para el cuidado del agua que nos envía el ‘Padre Ande’”, indica.

Luego de la muerte del escritor, Acordinaro asumió el rol de albacea y mantuvo un estrecho vínculo con la esposa de Draghi Lucero hasta el fallecimiento de la nonagenaria mujer en 2007. Durante esos años, recuerda Norma, “estuve mucho más cerca de ella, porque al decidir no salir más en público me pidió que siguiera representando a Don Juan y que la acompañara cuando iba algún periodista a entrevistarla”.

“Hasta sus 93 años Yolanda estuvo lúcida y seguía siendo una mujer muy culta, era la luz de él. Además le encantaba que le contara cuentos de Don Juan, era algo que le hacía mucha gracia porque yo tengo guardada en mi memoria gran cantidad de relatos y sus detalles. Ella siempre me decía ‘hijita, en usted confío que no va a dejar nunca apagar la voz de mi amado viejito’ y es algo que siempre recuerdo en los libros”, asevera.

'investigaciones históricas' es una recopilación elaborada por la esposa de draghi lucero, yolanda costabile, y publicada en 2005. reúne los textos de divulgación histórica sanmartiniana del escritor.

Un poco (más) sobre Norma

Nacida en Agrelo, tierra de fértiles terruños donde el campo aún hace lo suyo, Acordinaro desarrolló la mayor parte de su carrera profesional en la Legislatura y, desde 1984 hasta su jubilación en el 2000, la Oficina de Coordinación de Municipalidades. Ese contacto permanente con las realidades departamentales, más su vocación por la investigación autodidacta y la recolección de datos, la convirtieron en una de las mayores conocedoras en Derecho municipal y en la historia de cada localidad de la provincia.

Su nombre irrumpió con fuerza en el ambiente editorial en 1986, al publicar su exitoso Mi Tierra Mendocina, un libro de texto escolar para el Nivel Primario editado junto a la docente Lucía Chantire de Aruani y con prólogo de Juan Draghi Lucero, el cual alcanzó a vender más de 16.000 ejemplares en ocho ediciones. “Contenía la geografía, la historia y el perfil jurídico de cada departamento, junto con mapas detallados y un apartado con la historia de Mendoza. Al principio no estaba segura de sacarlo, pero Don Juan me dijo que era una buena oportunidad. Afortunadamente nos fue muy bien y me cambió la vida completamente”.

Apasionada además del Derecho forestal y el uso del agua, temas que estudió por su propia cuenta, Acordinaro editó varios libros de ficción y no ficción: cuentos de Mi abuelo labriego, La Biblioteca San Martín y su relación con la imprenta y el periodismo y su trabajo más reciente Del otro lado del Río (2018), en el que aborda historias de la zona de montaña. Suplementos, artículos en diarios y revistas, folletos y colaboraciones completan (en parte) su extenso currículum literario, a los que se suman las innumerables charlas y disertaciones que ofrece desde hace muchos años.

“Seguiré trabajando incansablemente en mantener viva la memoria de Juan”, subraya Norma al finalizar esta entrevista. Una promesa bien cumplida, sin ninguna duda.

además de ser la albacea de draghi lucero, Norma Acordinaro es una gran conocedora del derecho municipal y forestal.