Cuchi Corral, un paraíso que convoca a pilotos de parapente de todo el mundo
Destino elegido por pilotos de parapente nacionales e internacionales, Cuchi Corral cautiva por su paisaje, su historia y su magia.

A pocos kilómetros de La Cumbre, en la provincia de Córdoba, se encuentra Cuchi Corral, uno de los sitios más emblemáticos para la práctica del parapente en Argentina.
“Este lugar fue y sigue siendo cuna de grandes pilotos”, señaló Jaraba, mencionando a figuras como Hernán Pitoco.
Cuchi Corral no atrae únicamente a los amantes del deporte.
Con su mirador de más de 400 metros de desnivel, historia jesuítica y un paisaje imponente, Cuchi Corral se consolidó como destino turístico y deportivo de alcance internacional.
Con su mezcla de historia, naturaleza y adrenalina, Cuchi Corral se mantiene como uno de los destinos imperdibles de Córdoba.
A pocos kilómetros de La Cumbre, en la provincia de Córdoba, se encuentra Cuchi Corral, uno de los sitios más emblemáticos para la práctica del parapente en Argentina. Con su mirador de más de 400 metros de desnivel, historia jesuítica y un paisaje imponente, este paraje se consolidó como destino turístico y deportivo de alcance internacional.
El instructor de parapente Pablo Jaraba, profundo conocedor del lugar, explicó que Cuchi Corral no solo se destaca por ser una de las rampas naturales más utilizadas para el parapente y el ala delta, sino también por su enorme riqueza histórica.
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Jaraba contó que antiguamente allí funcionó una estancia jesuítica que formaba parte del sistema de abastecimiento del Camino Real, vinculada con la iglesia de La Candelaria. Por esa razón, en 1940 fue declarado patrimonio histórico nacional.
Paisaje e historia
Jaraba describió a Cuchi Corral como un cordón montañoso llamado Sierra de Cuniputo que nace en la Pampa de Olén, cerca del dique La Falda, y se extiende hasta la zona de San Marcos Sierras, marcando el límite entre los departamentos Punilla y Cruz del Eje. Ese paisaje, remarcó, ofrece un hábitat único para fauna autóctona como pecaríes, cabras del monte, pumas y aves majestuosas como cóndores y águilas moras.
En el plano deportivo, el instructor recordó que fue a comienzos de los años 80 cuando empezaron a realizarse vuelos de ala delta en la zona, y poco después el parapente encontró en este sitio condiciones ideales gracias a su geología particular.
Los bosques nativos, las zonas pedregosas y las vertientes generan corrientes térmicas muy aprovechables, lo que convirtió a Cuchi Corral en sede de competencias nacionales e internacionales.
“Este lugar fue y sigue siendo cuna de grandes pilotos”, señaló Jaraba de @parapentecuchicorral, mencionando a figuras como Hernán Pitoco y Michel Guillemot, quienes se formaron en la zona y llevaron el nombre de Córdoba a lo más alto del parapentismo mundial.
Múltiples experiencia
Sobre la experiencia de los turistas que buscan animarse a un vuelo de bautismo, el instructor aclaró que lo primero es establecer contacto con un prestador habilitado. A partir de allí se define la fecha según las condiciones meteorológicas, ya que no todos los días son aptos para volar: se necesita viento del norte y que no supere los 30 kilómetros por hora.
Pero Cuchi Corral no atrae únicamente a los amantes del deporte. Jaraba resaltó que el lugar tiene “una magia muy especial” que convoca también a grupos esotéricos, aficionados a la fotografía y a la observación de aves. Desde ceremonias espirituales hasta largas sesiones de avistamiento de cóndores, el paraje serrano ofrece múltiples experiencias.
Con su mezcla de historia, naturaleza y adrenalina, Cuchi Corral se mantiene como uno de los destinos imperdibles de Córdoba. Un espacio donde, como dicen los propios pilotos, no solo vuela el parapente: también vuela el alma.