6 preguntas para entender cómo Trump y los republicanos rebeldes quieren revertir en el Congreso la victoria de Biden (y por qué es casi imposible que lo logren)
Más de dos meses después de las elecciones de EE.UU., el Congreso sesiona este miércoles para certificar la victoria del demócrata Joe Biden. Un grupo de republicanos está determinado a bloquear el proceso, pero sus posibilidades son prácticamente nulas. Te contamos por qué.
Dos meses después de las elecciones, el proceso para confirmar la victoria de Joe Biden en las presidenciales de Estados Unidos llega a su momento culminante.
O al menos eso dicen la tradición y la historia, aunque si algo nos ha demostrado este ciclo electoral es que nada está escrito sobre piedra.
Las dos cámaras del Congreso estadounidense están sesionando este miércoles para certificar los votos emitidos por el Colegio Electoral el pasado 14 de diciembre que proclamaron a Biden presidente electo.
El evento, que suele ser una mera ceremonia, ha generado gran expectación este año, no solo por la negativa del presidente Donald Trump a aceptar su derrota, sino por la determinación de algunos legisladores republicanos a bloquear el proceso.
Sin embargo, sus posibilidades son prácticamente nulas, ya que los demócratas controlan la Cámara de Representantes.
Al mismo tiempo, miles de seguidores de Trump se congregaron en Washington, cerca de la Casa Blanca y del Capitolio, bajo el lema Save America ("Salvemos Estados Unidos"). El presidente de EE.UU. se dirigió a ellos para reiterar que no reconocerá su derrota y lanzar acusaciones infundadas de fraude electoral.
Hasta el momento ha habido incidentes entre la policía y algunos manifestantes que se negaban a dispersarse, obligando a evacuar varias oficinas gubernamentales y a bloquear los accesos al Capitolio, donde se suspendieron temporalmente las sesiones de las dos cámaras.
En BBC Mundo te presentamos algunas claves sobre esta decisiva jornada:
1. ¿Qué pasa este miércoles 6 de enero?
De acuerdo con la ley electoral de Estados Unidos, los estados tienen que enviar los resultados del voto del Colegio Electoral al Congreso para que sean contados y certificados.
El proceso suele ser una formalidad: la ley dictamina que el Congreso tiene que tratar los resultados ya certificados por los estados como "concluyentes".
Todos los estados certificaron los resultados antes de la fecha límite, el 8 de diciembre, y el Colegio Electoral confirmó la victoria de Joe Biden el 14 de ese mes.
Hay que recordar que el Colegio Electoral está formado por 538 electores cuya función es elegir al presidente y vicepresidente según el voto popular en sus respectivos estados.
Un candidato necesita ganar una mayoría de los votos electorales -270 o más- para llegar a la presidencia.
Biden derrotó a Trump por 306-232. Al Congreso le corresponde ahora certificar el resultado del Colegio Electoral.
El vicepresidente Mike Pence presidirá la sesión y será quien declare el ganador.
¿Eso es todo? Este año, no.
2. ¿Se puede detener la certificación en este punto?
La ley de Recuento Electoral de 1887 les permite a los legisladores objetar los resultados electorales de uno o varios estados.
Para que una objeción sea escuchada, debatida y votada tiene que contar al menos con el respaldo de un miembro de la Cámara y un miembro del Senado.
En ese caso, las dos cámaras se separan y tienen dos horas para debatir el tema antes de votar si aceptan o no la objeción. Y así sucesivamente con cada una de las objeciones.
Para que los votos electorales de un estado sean rechazados, la objeción tiene que ser aprobada por una mayoría en ambas cámaras, algo prácticamente imposible teniendo en cuenta que los demócratas controlan la de Representantes.
Hay que destacar que los desafíos a los resultados, sobre todo en la Cámara, son algo común y hay numerosos precedentes: el más reciente ocurrió en las elecciones de 2016, cuando varios congresistas demócratas presentaron sus objeciones a la victoria de Trump.
Curiosamente, en esa ocasión fue el entonces vicepresidente Joe Biden quien les dijo a sus compañeros de filas que no obstaculizaran la certificación.
3. ¿Cuáles son los desafíos concretos?
Se sabe que más de 100 republicanos de la Cámara de Representantes van a presentar objeciones.
Son en su mayoría miembros del llamado caucus de la Libertad liderados por Mo Brooks, un congresista por Alabama que es uno de los mayores aliados de Trump en la Cámara.
La gran pregunta era si conseguirían el apoyo de algún senador para al menos forzar el debate.
El primero que apareció fue Josh Hawley, senador republicano por Misuri que objetará la certificación de los votos "por dudas sobre la integridad de la elección", a pesar de que no hay evidencia de fraude.
Y 13 senadores liderados por Ted Cruz han pedido que la certificación se retrase 10 días para dar tiempo a hacer una auditoría sobre las acusaciones de fraude.
En concreto, los objetores cuestionan los resultados de estos seis estados péndulo: Arizona, Georgia, Michigan, Pensilvania, Wisconsin y Nevada, aunque finalmente puede que solo impugnen los de Arizona, Georgia y Pensilvania.
Alegan que hubo deficiencias en la aplicación de las leyes electorales en esos estados, pero todas las demandas presentadas ante tribunales estatales y federales han sido desestimadas.
Además, investigaciones del Departamento de Justicia y el FBI no han hallado rastros de fraude y los diversos recuentos de votos realizados en algunos estados han confirmado los resultados iniciales.
Varios republicanos han expresado su oposición al bloqueo, entre ellos el líder del Senado, Mitch McConnell, y su número 2, John Thune, así como otros destacados senadores, lo que hace pensar que las objeciones no saldrán adelante.
Es por esto que analistas e incluso algunos legisladores republicanos, como el senador Ben Sasse, leen estas iniciativas como una estrategia de sus impulsores para ganarse el respaldo del electorado fiel a Trump.
Hawley y Cruz se ven como potenciales candidatos para las elecciones de 2024 y sus respectivas tácticas se pueden interpretar como una carrera por demostrar quién es más leal al presidente saliente.
4. ¿Qué papel juega Mike Pence?
Esta pelea ha suscitado también preguntas sobre el papel que jugará el vicepresidente Mike Pence, a quien le corresponde oficiar la sesión conjunta del Congreso.
El foco sobre Pence lo ha puesto sobre todo el propio Trump, que este martes tuiteó: "El vicepresidente tiene el poder de rechazar electores elegidos de forma fraudulenta".
Con sus palabras, el presidente daba credibilidad a una teoría errónea que sugiere que Pence puede dar la vuelta a los resultados de las elecciones durante el recuento de los votos.
Sin embargo, el papel de Pence este miércoles es meramente administrativo.
Los creadores de este proceso eran muy conscientes de que el vicepresidente tendría un gran interés personal en designar un ganador, por eso su función es más simbólica que activa.
Pence debe abrir los sobres de cada estado y decir en voz alta cuántos electores recibe cada candidato.
Los intentos para que Pence tenga una función más decisiva no vienen solo de Trump.
El congresista republicano por Texas Louis Gohmert presentó una demanda en un tribunal federal para ignorar la ley de Recuento Electoral y hacer que Pence tuviera la capacidad legal de elegir el conjunto de electores que quisiera.
Un juez federal de Texas, designado por Trump, desestimó la demanda de inmediato.
En una carta difundida poco antes del comienzo de la sesión conjunta de este mércoles, Pence confirmó que no revertirá lo decidido en las urnas:
"A mi juicio, el juramente de apoyar y defender la Constitución me impide reclamar autoridad unilateral para determinar qué votos electorales deben ser contados y cuáles no".
En cualquier caso, Pence queda en una incómoda posición después de haberse distinguido durante los últimos cuatro años por su inexorable fidelidad a Trump.
Su modo de actuar este miércoles puede determinar su relación futura con el hombre al que ha servido lealmente, incluso en momentos que le podían perjudicar políticamente.
5. ¿Qué dicen los demócratas?
El Partido Demócrata se ha mantenido alejado de la polémica y se ha dedicado a insistir en que Joe Biden y Kamala Harris asumirán el poder el 20 de enero.
La senadora demócrata por Minesota Amy Klobuchar será la encargada de liderar la respuesta a las objeciones republicanas este miércoles, una labor para la que dijo sentirse respaldada por un grupo bipartidario al que calificó de "combatientes contra el golpe".
"El Congreso certificará los resultados de la elección como hace cada cuatro años", señaló por su parte la portavoz de Biden, Jen Psaki.
6. Qué pasa después, ¿hay alguna posibilidad de revertir la victoria de Biden?
En principio, la certificación del Congreso es el último paso en el camino hacia la Casa Blanca, donde Biden se instalará el 20 de enero.
No se puede anticipar cuál será la reacción y estrategia de Trump y sus aliados pasados los sucesos de este 6 de enero.
Como señala el periodista de la BBC Anthony Zurcher, especializado en política estadounidense, es posible que Trump nunca deje de cuestionar la validez de las elecciones presidenciales de 2020, pero el recuento de los votos en el Congreso es el último obstáculo entre Biden y su investidura.
"Es un obstáculo que, con la ayuda de los demócratas y de algunos republicanos, Biden sorteará sin problema", sostiene Zurcher.
"Es también la última ocasión para que los partidarios del presidente en el Congreso demuestren lealtad a su hombre mientras sigue en el cargo. En ese sentido, los eventos del día (y la noche y quizá la mañana siguiente) pueden arrojar luz sobre la extensión del apoyo que todavía tiene el presidente", añade.
En cuanto a las secuelas que este largo proceso de litigios y acusaciones de fraude puede tener en el sistema democrático del país, la profesora de Derecho en la Escuela de Leyes Loyola (Los Ángeles) Jessica Levinson ve varias señales de alarma.
"Me faltan las palabras para describir lo subversivo que es esto para nuestro sistema de gobierno", le dice Levinson a BBC Mundo.
"Me horroriza la idea de que la gente que supuestamente nos tiene que representar esté cayendo en falsedades, teorías de la conspiración, etc, aparentemente porque creen que es políticamente popular.
"No me preocupa tanto que Biden no vaya a ser confirmado, sino lo que nos pase a largo plazo. Al menos 40 millones de votantes se creen mentiras, falsedades, teorías de la conspiración. Tenemos que confrontar el problema de que las personas vivimos en universos informativos paralelos", opina.
"Tenemos que dar un paso atrás y recuperar la democracia".