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Viaje al oculto mundo del celular de un adolescente: riesgos, consumos y la nueva parte no biológica del cuerpo

El celular pasó a ser una "parte no biológica" del cuerpo. Internet es el servicio más universal entre los niños y adolescentes. Queriendo o sin querer, acceden a contenido riesgoso. El aburrimiento y las estrategias oficiales para aprovechar esas dinámicas.

La puerta de la habitación se cierra y un hay mundo al alcance de la mano. Un mundo con entretenimiento, comunicación, conocimiento y también daños y riesgos. Todo en el celular. "Si no, me aburro", dice Cachi, un adolescente de 16 años que tiene en su mano una nueva parte "no biológica" de su cuerpo, al pensarse un tiempo sin acceder al teléfono. "A la noche, siempre me quedo un rato y me duermo con el teléfono en el pecho...pero lo uso para todo", dice el joven. La telefonía móvil y el acceso a Internet con el celular es el servicio más universal entre los niños y adolescentes de Mendoza. Hay más acceso al teléfono que al agua potable. Esa comparación absurda es solo una manera de ver la amplitud del alcance, pues el 97% de los niños y adolescentes de la provincia tienen un teléfono celular y el 83% lo tiene todo el tiempo consigo. El acceso se adelanta: la mayoría tuvo su primer teléfono entre los 9 y 11 años. Es decir, en edad de la escuela primaria y cuando aún no terminan su proceso de alfabetización. El problema es que de manera voluntaria o compulsiva, los niños y adolescentes acceden a contenido nocivos como la violencia y adquieren hábitos insalubres, como dormir menos, alimentarse mal o complicar vínculos familiares.

La Dirección General de Escuelas hizo dos encuestas profundas sobre uso del celular, acceso a Internet y consumo de contenidos. Los datos son reveladores y compatibles con el estudio Kids Online Argentina que hizo Unicef. Apuestas online, contenido sensible, conectividad permanente; posibilidades de acceso a conocimiento. Un mundo de descubrimiento que es casi desconocido para los adultos y, sobre todo, una aceleración: hoy los niños tienen teléfono y acceso a Internet con pocos filtros desde los 9 años. Aunque la escuela es el lugar donde se prenden las alertas, el acceso se da sobre todo en el ámbito hogareño y, como explicaron los adolescentes con los que habló MDZ, en la privacidad de su dormitorio. Aunque los niños y adolescentes consumen e interactúan con contenidos que parecen de adultos, siguen siendo adolescentes y, por ejemplo, tienen dificultades para asimilar el riesgo y tener autocontrol. "Los niños y adolescentes creen que tienen control sobre lo que ven en Internet. Pero a esa edad hay un desarrollo del pensamiento crítico que no está consolidado. Por eso, por ejemplo, ellos creen que el primer resultado de una búsqueda es el mejor, algo que no es así", explicó Cora Steinberg, de Unicef. "Vemos chicos con dispositivos usándolos en espacios privados y empoderados al creer que tienen control. Pero a la vez dicen que intentaron sin éxito usarlo menos tiempo", explicó la especialista.

celular adolescentes contenidos riesgosos 1

Me aburro

Los usos más frecuentes tienen que ver con la comunicación a través de WhatsApp y las redes sociales, sobre todo TikTok e Instagram, y el entretenimiento a través de Youtube. En ese universo hay un cambio relevante en la forma de consumo: no solo se descubre lo que se busca, sino lo que se ofrece. Por eso los niños y adolescentes reconocen tener contacto permanente con contenidos que son riesgosos. Según la encuesta realizada por Unicef, 7 de cada 10 niños y adolescentes tuvieron acceso a videos y publicaciones con contenidos sobre "formas para adelgazar, perder peso, ser más flaco/a" y "maneras de ganar plata fácilmente". El 55% reconoció acceder a contenidos con "mensajes discriminatorios contra personas o grupos de personas" y a imágenes sangrientas y violentas. Incluso, hay fácil acceso a experiencias directas negativas, como consumo de alcohol y drogas, formas de lastimarse y maneras de quitarse la vida.

adolescentes con celulares 2
Tik Tok e Instagram son las dos redes más usadas. Los adolescentes acceden, voluntaria o compulsivamente, a contenidos nocivos.

Tik Tok e Instagram son las dos redes más usadas. Los adolescentes acceden, voluntaria o compulsivamente, a contenidos nocivos.

La DGE detectó también cambios de hábitos que se generan como consecuencia del uso excesivo del teléfono. "Los datos relevados muestran una fuerte presencia del teléfono celular en la vida de los adolescentes con usos mayoritariamente no académicos, impactos en la salud psicoemocional y riesgo de prácticas compulsivas o riesgosas", aseguran. De hecho, el 83% de los chicos lleva el teléfono a todos lados. Incluso hay un acto reflejo: mirar el aparato aún cuando no hay notificaciones, alertas o estímulos. La mitad de los niños reconoce que duerme menos por el uso del celular. Una de las encuestas de la DGE incluyó a docentes y a las familias. Allí hubo hallazgos importantes, como las dificultades que hay dentro de cada hogar para convivir con esa nueva realidad. Por eso, por ejemplo, "el 58% refiere que los momentos de convivencia a veces son interrumpidos por uso del celular". "El 53% manifiesta que a veces se interrumpen las responsabilidades de la casa y, un porcentaje similar afirma que a veces el uso del teléfono compite con el estudio. El 51% de las familias respondieron que “a veces” le preocupa la cantidad de tiempo que su hijo/a pasa conectado. Por otro lado, el 56% manifiesta que algunas veces tienen que llamar la atención porque está conectado más tiempo del propuesto o del tiempo autorizado", describe la encuesta.

Los cambios de hábito son notorios. "Entendiendo que la alimentación y el sueño son hábitos que impactan en la salud y que influyen en el funcionamiento en los diferentes ámbitos de desarrollo (académico, social, familiar, etc.), vemos que estos se ven afectados por el uso del celular. El 36% de la muestra refiere usarlo mientras desayuna, almuerza o cena. Con respecto a los problemas con las horas del sueño el 45% manifiesta tener problemas algunas veces, el 7% casi siempre y el 3% siempre, es decir, que el 55% de la muestra reconoce tener dificultades con el sueño debido al uso del celular", concluye el estudio. Lo particular es que casi 7 de cada 10 padres admiten que le permiten a sus hijos usar el celular antes de dormir.

consecuencias uso del celular 1

Tadeo García Zalazar explicó que aunque no sea una responsabilidad directa de la escuela, no pueden obviar el tema. "No es una responsabilidad originaria de la escuela, que un chico tenga teléfono, crédito y acceso no es responsabilidad de la escuela. Pero sí lo abordamos. En el camino de buscar una estrategia colectiva, con evidencia científica para crear ciudadanía digital responsable. Son las problemáticas que terminan en un indicador social preocupante”, dijo el ministro de Educación. La DGE elaboró una guía de consejos para las familias y buscan perfeccionar el abordaje dentro de las escuelas. Pero incluso piensan en otras estrategias, como usar las escuelas para actividades no relacionadas con la educación formal, pero sí con la formación integral. "Si tenemos que abrir las escuelas para que los niños hagan deporte o arte, lo vamos a hacer. Ya lo estamos implementando con bicicleteadas y otras actividades", dijo García Zalazar.

El "aburrimiento" es una de las sensaciones más comunes al vincular a los adolescentes con el uso tan frecuente y la posibilidad de un "apagón". "No tengo nada que hacer. Si no tengo el teléfono, me aburro. Lo que veo me entretiene. También me comunico mucho con mis amigos", dice uno de los jóvenes consultados por MDZ. Esas son justamente la respuesta más frecuente. "He visto, las redes sociales explotan de violencia. Me da mucha bronca, impotencia", dice Antonella, de 18 años, cuando explica sus sensaciones ante los contenidos nocivos que ve en las redes. Allí entra en juego un tema que convive con los adolescentes: la salud mental. "Hay muchos chicos con problemas de ansiedad, tristeza, también cohibidos"; explica un director consultado por MDZ. "Lo que hacemos es tratar de acompañar. No podes ir totalmente contra el uso de las redes porque igual lo hacen, sobre todo en sus casas. Pero hay que acompañar", explica.

Uno de los detonantes de los estudios fue el aumento de las apuestas online entre los niños y adolescentes, que además lo hacen a través de plataformas ilegales. En Mendoza 2 de cada 10 jóvenes menores de edad reconocieron haber apostado alguna vez. Ese es uno de los tipo de consumo problemático de tecnología. "Se apuesta, pero no todos. Hay un compañero que dice que ganó 2 millones. Pero el padre es el que le presta la tarjeta y la plata para apostar", explicaba una adolescente a MDZ. "Llamaron a los padres, pero no le dieron importancia", recordó. El 33.3% de los docentes consultados dicen haber detectado alumnos apostando.

La guía que propone la DGE

guía bienestar digital uso del celular

Algunos hallazgos:

  • Del total de los estudiantes el 95.7% refiere usar teléfono celular. De esos, el 97% tiene un teléfono solo para sí. Solo el 4.3% expresó no usar el celular. Es decir, casi la totalidad de la muestra cuenta con un dispositivo propio WhatsApp (95%), Instagram (84%) y TikTok (80%). Los momentos del día en que el teléfono es más usado son la tarde y la noche (31 y 34%), aunque también es significativo el dato de la respuesta del 31% que dicen que es indistinto, es decir, puede ser en la mañana, en la tarde o en la noche.
  • Hablando de la relación que los chicos tienen con su celular los datos nos indican que el 83% lo lleva consigo a todos lados y el 33% dice que lo tiene encendido las 24 horas. En este punto es para destacar que el 28% refiere utilizarlo de lunes a viernes entre 3 a 5 horas diarias, el 18% entre 5 y 7 horas y el 18% restante 7 horas o más. Si este dato lo relacionamos con la respuesta acerca del uso que hacen los jóvenes durante los fines de semana, vemos que casi la mitad manifestó usarlo más tiempo aún. Vemos entonces que el 68% usa el teléfono al menos 3 horas diarias entre semana, y que el tiempo frente a la pantalla es aún mayor los fines de semana.
  • El 59% de la muestra dijo que suele mirar el teléfono aunque no suene. Este dato es interesante si lo relacionamos con los porcentajes de cada cuánto tiempo se observa el teléfono. El 35% dice que lo mira cada 10 minutos o menos y el 40% cada 15 ó 30 minutos, es decir, en menos de media hora el 75% vuelve a mirar el teléfono. Esto nos da una medida de la afectación de la atención por el uso de los dispositivos.
  • Al indagar sobre la ocurrencia de situaciones de maltrato en línea, pero vinculadas a personas de otros ámbitos (es decir, por fuera de los compañeros de escuela), los resultados muestran que el 17% las ha experimentado y que su incidencia tiende a aumentar con la edad. El género y el nivel socioeconómico, en cambio, no parecen estar asociados. Considerando ambas situaciones (maltrato escolar y extraescolar) es posible afirmar que el 30% de las niñas, niños y adolescentes han padecido ofensas y tratos desagradables online el último año.
  • Otro hallazgo relevante es que el acceso a conectividad no solo es masivo sino que ocurre cada vez a edades más tempranas: el 83% de los chicos de 9 a 11 años declara haber accedido a su primer celular con Internet antes de los 10 años, mientras que solo un 21% de los adolescentes de 15 a 17 años lo hizo; una tendencia que también se verifica en otros países de la región.
  • En relación con las habilidades digitales, al autorreporte de las niñas, niños y adolescentes muestra que algunas destrezas básicas para manejarse en el entorno digital no están consolidadas en la población bajo estudio. En particular, respecto de las habilidades asociadas a la búsqueda de información, el estudio muestra que el 62% afirma tener recursos para reconocer si la información encontrada en Internet es correcta o adecuada, pero al mismo tiempo el 60% confía en que el primer resultado que arrojan los motores de búsqueda es siempre el más adecuado.