Ola polar: el frío extremo caló hondo en los barrios de Mendoza
La ola polar se siente y lo sufren más quienes viven en barrios precarios del Gran Mendoza y la zona rural. Hay zonas sin acceso a la red de gas.

Vivir la ola polar en el barrio Flores.
Rodrigo D'Angelo / MDZMendoza enfrenta una cruda ola polar con termómetros bajo cero que golpean especialmente a las familias que viven en los barrios más precarios. Hay realidades diferentes, pero todas duras entre quienes más sufren el frío. Por un lado están los habitantes de los barrios vulnerables con viviendas precarias y por el otro las personas en situación de calle, entre ellas quienes acuden al refugio municipal gestionado en conjunto con la Iglesia y la Fundación Huentala.
El albergue recibió a 33 personas en su primera noche y, por la ola polar, superaron los 40 cupos y tuvieron que ser reubicados en otros refugios tras un trabajo coordinado. Mientras tanto, en el barrio Flores, Humberto describe una batalla cotidiana y relata su lucha contra el frío con garrafas, bolsas de agua caliente y fogones, mientras el nuevo albergue municipal aloja a personas en situación de calle con servicios básicos.
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Resistencia y "bolsas de agua caliente"
El barrio Flores está en el corazón de la Ciudad de Mendoza. Aunque hay algunos servicios, sus habitantes sufren las carencias. Humberto, jubilado y jardinero de 65 años, describe la crudeza invernal en su vivienda de material precario. "Acá de todo el barrio habrá dos o tres familias que tienen gas natural. Yo me calefacciono con garrafa, pero se me termina rápido. Ahora estamos con bolsas de agua caliente para los pies", explicó el hombre.
Ante la falta de gas, ls forma de calefaccionarse pasa por leña o electricidad. El problema es el costo: según los vecinos del Flores la boleta de luz de ha llegado a los $350 mil, por lo que quedan obligados a restringir las estufas eléctricas. "El subsidio estatal limita la garrafa a $7.000 los sábados, frente a los $25.000 de comercios", explicaron.
En Mendoza el 69% de la población tiene acceso a la red de gas. Al menos tiene gas "en la puerta" de su casa, lo que no siempre implica tenerlo activado. Pero hay desigualdad. En el noreste de la provincia solo el 34,6% de la población tiene gas. En el Este, el 47% no tiene gas y en el Valle de Uco 52% no tiene ese servicio. El Gran Mendoza
Muchos de los barrios nuevos o precarios no tienen servicio, aún cuando están en zonas abastecidas. El enorme aumento de la demanda generó otro problema. Muchos hogares no tenían presión de gas para mantener la calefacción.
Con tres nietos pequeños en casa, recurre a métodos riesgosos. "Hago un fueguito afuera, luego paso las brasas adentro para calentar las piezas". Las bolsas de agua caliente son su último recurso: "Es lo único que nos queda para los pies", explicó Humberto.
Su casa, habitada por cinco personas, tiene goteras y ventanas sin cerrar. La instalación de gas natural es una quimera. "La red pasa, pero la obra sale $240 mil sólo la instalación de afuera. No hay plata para eso". El invierno agrava su economía. "Los jardineros nos morimos de hambre. La semana pasada trabajé un solo día", dijo el hombre.
En Las Heras sufren algo similar. En los barrios precarios aledaños al Aeropuerto los vecinos amanecieron con todo helado y con una densa neblina. "Fue muy difícil. Solo podemos usar leña, pero como era domingo no se conseguía", explicó una de las vecinas.
El respiro en el refugio municipal
A 5 km del barrio Flores, el albergue ubicado en calle San Juan 980 que abrió el Gobierno municipal en conjunto con la Iglesia y la empresa hotelera de la Fundación Huentala, tras la muerte por hipotermia de dos personas en situación de calle, ofrece cenas, desayunos y camas abrigadas.
Tres hombres que pernoctan allí desde su apertura el 28 de junio relatan su experiencia: "Por lo menos dormí en una cama, eso es lo más importante", señala uno que llegó "directamente de la calle". Otro agrega: "La verdad es fenomenal. Me enteré por gente que reparte comida que estaba este lugar y vine".
Otro un poco más joven valoró en diálogo con este medio el sentido de comunidad: "Esto es un grupo, es como una familia... nos entendemos y queremos salir a luchar". El espacio incluye duchas calientes y atención médica a través del trabajo conjunto con efector público, aunque su capacidad (40 plazas) ya roza el límite frente a la creciente demanda.
Contexto crítico
Como reportó MDZ, los refugios mendocinos operan al máximo. El nuevo albergue municipal surge como respuesta a esta saturación y tras la muerte de dos personas por hipotermia. Organizaciones sociales advierten sobre la falta de soluciones estructurales para las personas en situación de calle que implica aristas como salud mental, vivienda o empleo. Sin embargo, la situación es compleja también para las miles de familia con viviendas precarias en la provincia.
Mientras el termómetro sigue descendiendo, la ola polar desnuda dos caras de la emergencia: la resiliencia en hogares donde el frío se combate con ingenio y riesgo, y la frágil contención de quienes, temporalmente, encuentran calor entre cuatro paredes.
Frío en zonas rurales
En las zonas rurales de Mendoza el frío se siente más. Por las condiciones climáticas, y también por las carencias. En mednzoa en la zonas ruraqles solo el 24,2% de los hogares tiene acceso a red de gas natural. El resto depende de garrafas u otra forma de calefaccionarse.
Valentina, una adolescente con familia en Corralitos, Guaymallén, relató a MDZ cómo impacta la ola polar en el lugar. Entre otras cosas, la rutina se afectó. "En la casa hay solo una estufa chica que se usa para el comedor. En las piezas se pone una resistencia que genera calor. El comedor se usa como dormitorio porque en las habitaciones hace mucho frío", explicó la joven.