Mundo Villa: periodismo para transformar la realidad
El medio de comunicación nació en 2008 y desde ese entonces propone contar historias y noticias de las villas desde el punto de vista de sus protagonistas.
Mundo Villa funciona en los barrios 21-21, 31, Fuerte Apache y Villa Soldati. Foto: gentileza Joaquín Ramos.
Cuando tenía 21 años, Mario Canaviri, oriundo de Bolivia, escuchó, por casualidad y a través de Radio sin fronteras, que se iban a dictar talleres de periodismo en su barrio, Villa Soldati. Para ese entonces, Mario trabajaba en el taller textil de sus padres y pensaba que su vida iba a ser solamente la máquina de costura.
Aún así, recuerda que, cuando era chico y a modo de distraerse del taller, jugaba con el papel de la revista Caras a marcar palabras, a leer noticias, a ver los personajes de las entrevistas. "Jamás vi la comunicación como una carrera. Siempre dije que, si terminaba estudiando, iba a hacer abogacía o medicina, una carrera más tradicional y con mayor salida laboral", cuenta.
Te Podría Interesar
Sin embargo, el anuncio de la radio le llamó lo suficiente la atención. "Escuché 'talleres para jóvenes' y bueno, eso me sonó como una forma de escapar de la costura", cuenta. Así, sin saber nada de la comunicación, se sumó a las actividades de Mundo Villa. Hoy, Mario tiene 34 años y es Licenciado en Comunicación. "Mundo Villa me sacó de esa caverna textil y me dio el valor de poder expresar mi opinión", asegura.
Solo en la sección de policiales
En el 2008, "si se hablaba de las villas, era en la sección de policiales", recuerda Joaquín Ramos, director de Mundo Villa. "No se sabía qué eran, no se podía entrar, eran guetos. No había proyectos de urbanización y los medios de comunicación tenían su agenda de noticias mucho más cerrada que hoy", continúa recordando.
Para ese entonces, Ramos se había unido a la producción de la película La 21, Barracas, que mostraba las condiciones cotidianas que se vivían en la villa. "Junto a un grupo de periodistas nos empezamos a vincular a los barrios desde el compromiso social directo. No se trataba de hacer la nota y después desprenderse de esa realidad, sino más bien tener una vinculación con qué es lo que pasa realmente", explica.
"Planteamos, entonces, como idea loca, armar un periódico que cuente las noticias de las villas y que los protagonistas sean las personas que viven ahí", cuenta Ramos. Así nació, en ese año y en ese contexto, la ONG Mundo Villa, un medio de comunicación "que educa, informa y transforma las realidades de los barrios más humildes".
Historias en primera persona
En un principio, los referentes de los distintos barrios informaban los sucesos que ocurrían y Joaquín y el resto de los fundadores del diario se encargaban de redactar y publicar las notas. Sin embargo, la idea era otra: que los periodistas fueran los de los barrios. De esa manera surgieron los talleres de periodismo, todos los sábados a las 11 hs.
"Lo que buscábamos es no solo que aprendan la técnica del periodismo, sino también que tengan una mirada crítica de su realidad para que, a raíz de eso, se transforme", aclara Joaquín. "En la práctica, los talleres terminan siendo muy útiles, porque los chicos hacen programas de radio, informes de alguna actividad que haya en el barrio, entrevistan a algún vecino. Ellos aprenden el periodismo haciendo periodismo. A esto también se le suman clases teóricas de qué es la entrevista, qué son las fuentes, cómo es el armado de tapas, las fake news", explica.
Los talleres son dictados por los mismos chicos de los barrios que siguieron estudiando la profesión. Si bien arrancaron en la Villa 21-24 (Barracas), luego se expandieron a la 31 (Retiro), Fuerte Apache (Ciudadela) y Villa Soldati. "Hacer los talleres en distintas villas y al simultáneo nos permitía armar cada dos meses una actividad intertaller. Ahí había como un enlazamiento de miradas, como para que los pibes pudiesen decir 'acá la lucha es la misma, las problemáticas son las mismas'", dice Ramos.
Transformar vidas a través de la noticia
"Cuando comencé el taller, me costó dos años empezar a hablar, dar mi opinión", recuerda Mario. "Yo era una persona muy introvertida, que apenas decía 'hola' y que se sentaba solamente a tomar apuntes y a agachar la cabeza por miedo. Fue un proceso muy importante el poder decir 'soy Mario Canaviri y quiero dar punto de vista'. A veces me cuesta, no es que lo tengo todo resuelto, pero hoy sí que no tengo miedo a exponerme, y eso fue gracias a Mundo Villa", asegura.
El primer hecho que le tocó cubrir a Mario fue cuando, a raíz de una tormenta, se cayó la antena de Radio sin fronteras, la misma que le había comunicado la existencia de los talleres un tiempo antes. "Eso impedía que mucha gente se pudiese comunicar. Gente que buscaba trabajo, que buscaba ayuda social. Entonces, al faltar la radio, faltaba una parte importante para el barrio", explica.
"Yo lo conté desde un lado más emotivo, y yo veía que la gente lo leía y le interpelaba. Entonces ahí dije, 'bueno, es por acá'. Me di cuenta que yo podía transformarme a mi, y también transformar la vida de otros, a través de la noticia", cuenta Mario.
"Tenemos espacios para poder expresarnos como queremos"
En 2024, Mario participó de Más Miradas, un curso del Foro de Periodismo Argentino (Fopea). A través de este, hizo una pasantía en elDiarioAr donde publicó su primera nota en un diario tradicional sobre Tres Ombúes, una comunidad indígena de La Matanza que debe lidiar con el avance de las construcciones de viviendas en el barrio.
Para este entonces, ya colaboraba con Bolivia al aire TV. "Mis intereses van más por el lado de los migrantes, de las diversidades, de los pueblos originarios", explica. "Abordar esos temas también me permite acercarme a mi identidad originaria", asegura.
Su vínculo con Fopea, sin embargo, no se cortó cuando terminó su pasantía. Este año, la asociación abrió una convocatoria para chicos que quieran ser capacitadores sobre Inteligencia Artificial y fake news dentro de los barrios. "Ahí me convocaron por mis publicaciones en Mundo Villay Bolivia al aire y me preguntaron si me animaba a dar las capacitaciones", cuenta, emocionado.
Si bien Mario continúa especializándose, principalmente en producción audiovisual, que es lo que más le gusta, le es difícil conseguir un trabajo estable como periodista. "No veo espacio en los medios para una persona originaria, capaz es un prejuicio", teoriza. "Pero por suerte yo creo que tenemos ciertos espacios como para poder expresarnos como queramos. O sea, poder trabajar de esto capaz no podamos. Pero sí podremos decir el día de mañana que logramos contar historias en el barrio", afirma.