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Inclusión: abre una feria con productos elaborados por personas con discapacidad

En Maipú se llevará a cabo la segunda edición de la feria que es organizada por la Fundación Vinculat Busca mostrar que la inclusión es una práctica posible.

Personas con discapacidad y sus familias participan activamente de la feria organizada por Vinculat en Luzuriaga, donde exhiben sus propios productos como parte de un proceso de inclusión laboral y social.

Personas con discapacidad y sus familias participan activamente de la feria organizada por Vinculat en Luzuriaga, donde exhiben sus propios productos como parte de un proceso de inclusión laboral y social.

Vinculat

En Luzuriaga, Maipú, una feria está empezando a redefinir lo que entendemos por inclusión. Organizada por la Fundación Vinculat, esta propuesta, en su segunda edición, no es solo un evento donde se exhiben y venden productos elaborados por personas con discapacidad y sus familias. Es una una forma concreta de demostrar que la autonomía, el trabajo y la integración social son derechos, no favores.

Detrás de esta iniciativa hay una historia potente. Hace ocho años, un grupo de jóvenes profesionales decidió dejar de esperar que el sistema diera respuestas. Salieron a dar acompañamiento terapéutico de manera informal, sintiendo en carne propia los límites que imponía el estigma sobre la salud mental y la discapacidad. Así nació Vinculat, hoy una fundación consolidada y con peso propio en Mendoza.

Una feria de comunidad, inclusión y trabajo

Feria Vinculat

La feria, que realizará su segundo encuentro el próximo 28 de junio en la sede de Luzuriaga de la fundación, no es solo un espacio de venta: es un espacio de validación social. Acá, las familias de los pacientes muestran lo que producen con esfuerzo y creatividad. Desde muebles realizados en MDF y bijouterie tejida, hasta vajilla artesanal y productos reciclados, los stands son una muestra de lo que ocurre cuando se cree en el potencial y no en la carencia.

Pablo Salinas, licenciado en Psicología es uno de los directores generales de la Fundación, en ese rol lo acompañan Matías Rodríguez (acompañante terapéutico), Darío Miranda Gassull (licenciado en Psicología) y el Dr. Sebastián Quiróz, quienes sostienen una mirada integral, comprometida y sin eufemismos para lograr una verdadera inclusión, ya que desde la fundación coinciden en que muchas veces el que termina excluyendo y el que termina discapacitando es el entorno.

Cifras que hablan de impacto

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Detrás de cada producto, hay una historia de esfuerzo, acompañamiento y autonomía

Detrás de cada producto, hay una historia de esfuerzo, acompañamiento y autonomía

Hoy, Vinculat cuenta con 56 profesionales de salud, 348 acompañantes terapéuticos y más de 660 pacientes activos. En lo que va del año, ya superaron las 1800 atenciones, una cifra que habla del crecimiento sostenido, pero también de la demanda social que existe en torno a estos servicios.

El corazón de su trabajo es el acompañamiento terapéutico, esa figura aún poco comprendida fuera del ámbito profesional, pero que resulta vital en la vida cotidiana de muchas personas con discapacidad o con trastornos mentales. Es alguien que está, que escucha, que habilita la autonomía desde lo concreto. Que acompaña en una salida, en una entrevista laboral, en un conflicto familiar.

Transformar desde la práctica

Feria Vinculat 2

La feria es mucho más que una vidriera y se ha consolidado como un acto de ciudadanía.

Además de brindar atención clínica en salud mental y discapacidad con servicios que incluyen psicología, psiquiatría, neuropsicología y programas específicos para TEA o TCA, Vinculat sostiene un modelo social de salud. Uno que no se queda en la patología, sino que trabaja sobre las barreras sociales.

En esa línea, la feria también busca concientizar a la comunidad. “La inclusión no puede ser un discurso. Necesita escenarios reales, tangibles, donde la participación no sea simbólica sino efectiva”, destacaron desde la organización.

Más que una fundación, una red

Vinculat también articula con municipios, empresas y otras organizaciones. En el programa CRISALIDAT, por ejemplo, personas con discapacidad mayores de 18 años reciben formación para la vida autónoma, habilidades laborales y herramientas para el emprendimiento.

La idea, explican, es sencilla y compleja a la vez: dejar de pensar a la discapacidad desde lo asistencial y empezar a construir ciudadanía. La organización busca inspirar otras instituciones a adoptar la inclusión como una práctica transformadora, remarcaron los directores.

Lo que vendrá

La segunda edición de la feria no solo confirma la continuidad del proyecto, sino que evidencia un paso más en una construcción colectiva que no para de crecer. Vinculat no solo acompaña: propone, incomoda, interpela. Y demuestra que la inclusión no es una utopía, sino una realidad que puede, y debe, organizar nuestras ciudades.

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