Cuál es la historia detrás de la icónica foto del papa Francisco en el subte de Buenos Aires que se hizo viral
Una foto de archivo del ahora fallecido pontífice argentino tomó relevancia tras su muerte a los 88 años.
El lunes 21 de abril murió el papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia de la Iglesia católica. Su fallecimiento ocurrió tras un largo período de internación y enfermedades que debilitaron progresivamente su estado de salud. Al conocerse la noticia, el mundo quedó en shock, pero, con el correr de las horas, los fieles al “Padre de todos” recordaron su incansable labor en la institución más poderosa del mundo, su humildad y su cercanía con los marginados.
En ese contexto es que volvió a circular una imagen del antes arzobispo de Buenos Aires en una escena inusual: viajando en subte como un ciudadano más. La foto viral fue tomada en 2008 por Pablo Leguizamón, fotógrafo freelance que entonces tenía 28 años.
Según contó el propio fotoperiodista, la histórica foto fue tomada el día de la celebración del Corpus Christi en Plaza Miserere, en el barrio porteño de Balvanera. Leguizamón se encontraba cubriendo el evento, al que asistieron varios medios. Según relató al medio Río Negro, las imágenes capturadas en la plaza eran similares a las que todos lograron, pero decidió seguir a Bergoglio una vez terminada la ceremonia.

El entonces arzobispo, en lugar de retirarse en un vehículo oficial, caminó algunas cuadras y descendió a la estación del subte. Fue entonces que Bergoglio se subió a la línea A, una de las más antiguas de la red porteña, reconocida por tener, en ese momento, los vagones de madera y su iluminación tenue.
Leguizamón lo siguió instintivamente, superando obstáculos en el ingreso al subte y logrando posicionarse frente a él para tomar una serie de fotos. Con un equipo limitado y aún en formación como reportero gráfico, capturó una imagen que hoy es considerada emblemática: Jorge Bergoglio sentado, con una mano en el pecho y la mirada elevada, sin ser reconocido por los demás pasajeros.
En ese momento, la imagen no generó interés en los medios. Le indicaron que lo noticioso era la ceremonia religiosa, no la escena en el subterráneo. Por ese motivo, la fotografía quedó archivada. Sin embargo, cinco años después, cuando el arzobispo fue nombrado como Papa en 2013, la imagen cobró relevancia internacional.
Tras escuchar el famoso “Hamebus Papa”, un amigo de Leguizamón lo animó a difundir la foto nuevamente puesto que el fotógrafo atravesaba una crisis económica y profesional. Finalmente, la imagen fue publicada en medios como The New York Times, La Nación, El País y un especial de National Geographic, donde fue la única fotografía latinoamericana incluida y Leguizamón la vendió a una agencia internacional de fotografía.
En sus palabras, esa foto retrata un momento que describe con claridad la austeridad del futuro pontífice. A pesar de haber tenido limitaciones técnicas al momento de tomar la foto, con el tiempo se transformó en un documento que hoy adquirió un nuevo significado.

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