Qué volcanes de Mendoza están bajo vigilancia y podrían despertar en cualquier momento

El reciente incremento de actividad sísmica en el volcán Tupungatito, ubicado en la frontera entre Mendoza y Chile, generó preocupación en la comunidad local. Puntualmente, este domingo por la noche y el lunes por la madrugada, el volcán tuvo una actividad que duró aproximadamente seis horas, con los dos eventos más significativos a las 23 y las 4.
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En general, cuando los eventos son de una magnitud local por encima de 3.0 son eventos que podrían llegar a ser sentidos por la población porque son eventos de una magnitud considerable. Es por esto que el Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) mantiene una alerta técnica verde, indicando que, aunque el volcán está activo, no hay señales inmediatas de una erupción.
Sebastián García, director del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) del SEGEMAR y Licenciado en Ciencias Geológicas, dialogó con MDZ y despejó dudas sobre esta reciente actividad de El Tupungatito: "¿Esto significa que el volcán va a entrar en erupción? No, desde luego que no, la actividad ha decrecido, pero lo que indica es que el Tupungatito es un volcán que está activo y que por eso la importancia de su monitoreo y de poder ir controlando cómo va evolucionando su actividad".
El Tupungatito está en el puesto 6 dentro del ranking de riesgo volcánico para la República Argentina, elaborado por el SEGEMAR, con lo cual es un volcán de muy alto riesgo para nuestro país. Con una historia de 19 erupciones registradas, la última en 1987. Su actividad reciente incluye emisiones fumarólicas y la presencia de un lago ácido en uno de sus cráteres. Aunque la actividad sísmica ha disminuido, estos eventos subrayan la importancia de un monitoreo constante. En palabras del licenciado García: "Es un volcán que tranquilamente podría generar principalmente afectación por caída de ceniza volcánica".
Volcanes activos en Mendoza
La clasificación de un volcán como activo se basa en registros de actividad en los últimos 10.000 años. En Mendoza, el OAVV, en colaboración con instituciones chilenas, monitorea estos volcanes para detectar cambios que puedan indicar una posible erupción. Este monitoreo incluye la instalación de sismógrafos, cámaras y equipos de medición de gases y deformaciones.
Mendoza alberga varios volcanes activos que requieren atención. Entre ellos se encuentran el volcán San José, el volcán Maipo, el complejo volcánico Planchón-Peteroa, que es el último volcán que ha hecho erupción en nuestro país, y el complejo volcánico Laguna del Maule. Este último ha mostrado actividad significativa, con deformaciones del suelo que indican la presencia de magma en profundidad, aunque actualmente se mantiene en alerta verde.
¿Cómo se instrumenta un volcán para tener los datos precisos sobre su actividad?
El director del OAVV del SEGEMAR explicó que es necesario instalar un gran cantidad de equipamiento en las inmediaciones del volcán, tecnología de última generación muy costosa como sismógrafos que permiten medir con mucha precisión la actividad sísmica cada vez que el magma quiere ascender. Además, se instalan cámaras que están constantemente viendo la actividad superficial del volcán, equipos de medición de gases remoto y también GPS de muy alta precisión para poder medir la deformación, esto es decir, si el volcán está inflando o no.
A la hora de comprender si existen diferencias entre los sismos "normales" y los que se generan dentro de los volcanes, García explica que "son eventos diferentes en su génesis, los movimientos de los sismos tectónicos están producidos por la acumulación de energía a lo largo de fallas tectónicas y en el caso de la actividad volcánica los movimientos sísmicos se dan de diversos procesos como la presión del magma o producto del movimiento del fluido, ya sea agua caliente o gases que es lo que uno puede ver en los sectores donde hay termas, que generan algún tipo de señal sísmica que nosotros la podemos interpretar como el movimiento de estos fluidos al interior del volcán, entonces las señales sísmicas volcánicas son mucho más complejas de lo que pueden ser los eventos tectónicos en general".
Alertas
Es fundamental que la población siga las indicaciones de las autoridades de protección civil y se mantenga informada a través de canales oficiales. La preparación y el conocimiento sobre los riesgos volcánicos son esenciales para garantizar la seguridad de las comunidades cercanas a estos volcanes.
Sebastián García explicó cómo funcionan las alertas y los procedimientos de monitoreo de la actividad volcánica: "En los observatorios volcanológicos tenemos un semáforo de cuatro niveles de alerta técnica, que va de verde, amarillo, naranja o rojo".
A pesar de la información de los centros de monitoreo de los volcanes, las alertas técnicas están relacionadas con la actividad del volcán, no sobre el quehacer de la población, por lo que García recomienda que la población debe remitirse a la información oficial de la protección civil, "porque un volcán puede estar en alerta técnica amarilla al presentar actividad anómala, pero no necesariamente puede significar un riesgo para la población, porque puede estar en una zona muy alejada o porque aún no muestra ningún indicio de que pudiera generar algún tipo de impacto o afectación", ejemplificó García.