Enrique Shaw: su revolucionaria visión de las empresas al servicio de la comunidad

Desde el año pasado cada 27 de agosto se celebra en nuestro país, por ley del Congreso Nacional, el día de la Comunidad Empresarial en conmemoración del aniversario del fallecimiento del fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), el empresario Enrique Shaw (1924-1962). Se trata de un argentino que -con abnegación y compromiso por el bien común- trabajó para multiplicar la actividad privada, generar y preservar nuevas fuentes de trabajo y contribuir al desarrollo económico del país, erradicando de esta manera la pobreza.
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ACDE hace propio el espíritu de los legisladores que han querido recordar a toda la sociedad que las empresas son organizaciones económicas que generan riqueza, cumpliendo a su vez una función social clave al crear oportunidades de encuentro, de colaboración, de desarrollo de las personas que trabajan en ellas, en un ambiente de fraternidad y solidaridad con las comunidades en las que se desenvuelven.
Como lo ha dicho el Papa Francisco, "la actividad empresarial es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos".
En este sentido, favorecer un clima de inversión que multiplique la creación de empresas privadas y genere nuevas fuentes legitimas de trabajo será el mayor aporte que las políticas públicas podrán realizar para que Argentina recupere la senda del crecimiento y termine con años de pobreza, miseria y decadencia.
Silvia Bulla, actual presidente de ACDE declaró, "En ACDE somos hombres, mujeres y jóvenes de empresa de todo el país que nos une una misma fe. Rezamos y trabajamos todos los días para que las ideas de nuestro fundador, Enrique Shaw, puedan inspirar una sociedad más justa, inclusiva y pujante".
María Elena Critto, nieta de Enrique Shaw. dijo: "La vida de Enrique Shaw nos muestra que ser santo no es una meta inalcanzable, sino un llamado que podemos responder en nuestro día a día. Su testimonio es un faro de esperanza, demostrando que es posible vivir nuestra fe en plenitud y seguir a Cristo en todas las circunstancias que uno este, en el trabajo, en la familia, en las dificultades diarias. Su ejemplo nos inspira a buscar la santidad en cada uno de nuestros actos, recordándonos que este camino está abierto para todos"