Psicologia

Inteligencia artificial y psicoanálisis

¿El hombre va a poder con la tecnología o la tecnología se adueñe de nosotros? Hemos creado a la inteligencia artificial, y ¿pensamos que no vamos a poder dominarla?

Carlos Gustavo Motta
Carlos Gustavo Motta domingo, 28 de julio de 2024 · 00:30 hs
Inteligencia artificial y psicoanálisis
¿Cómo impacta la IA en el ámbito de la salud mental en general y al psicoanálisis en particular? Foto: Efe.

La llaman la cuarta revolución industrial y la ola que viene. También shock digital, dentro de cientos de adjetivos calificativos que hacen referencia constante en todos los medios de comunicación al impacto de la instalación de la inteligencia artificial, concepto plagado de contradicciones y/o teorías conspirativas puesto que puede ser una bendición para la humanidad toda o una completa amenaza que llegaría a erradicar la vida sobre el planeta Tierra tal como la conocemos.

La huella de nuestros miedos actuales comienzan a partir del año 2000. El cambio de siglo fue acompañada de profecías que iban desde Malaquías a Nostradamus sin contar viajeros en el tiempo que venían desde el futuro a advertirnos que un peligro extraterrestre ponía fin a lo conocido. Sin embargo, un 11 de septiembre de 2001 modificó para siempre lo que pensábamos como amenaza. Había no sólo surgido desde lo extranjero sino que la incertidumbre comenzó a apoderarse de nosotros. Pandemias y recalentamiento del planeta sumó tensiones imaginarias oscuras.

La huella de nuestros miedos actuales comienzan a partir del año 2000.

Recordemos el mito de la caverna de Platón donde se valora el eidos,  las ideas puras, un más allá del mundo real que se percibe bajo la ilusión, sueño, simulacro como reflejo. Hombres encadenados que sólo ven sombras inquietantes del mundo exterior.

¿Acaso no son las siluetas de lo inquietante de lo que se nos antoja actual?

El concepto de inteligencia artificial se convirtió en ominoso a partir de Karel Capek quien acuño el término. Alan Turing formuló que llegaremos a tener una máquina verdaderamente inteligente el día que podamos mantener una conversación simultáneamente con una computadora y con una persona, sin que las veamos, y dudemos de cuál es cada una de ellas. En el cine y en el año 1968 Stanley Kubrick jugó con estas cuestiones temidas en 2001 Odisea en el espacio donde el villano era nada más y nada menos que un super ordenador con capacidad de pensamiento propio llamado Hall 9000.  Luego Kubrick redobló la apuesta en su film Inteligencia Artificial (2001) finalizado por Steven Spielberg.

Stanley Kubrick

¿Cómo impacta la IA en el ámbito de la salud mental en general y al psicoanálisis en particular?

Hace poco una figura mediática de la comunicación había creado una aplicación de salud mental que provocó una gran polémica en el mundo psi. En realidad era una clase de asistencia psicológica más parecido a un antiguo juego que se llamaba el Cerebro Mágico. Absolutamente rudimentario pero con el peligro que significa una “consulta” generalizada y que por una suma de dinero insignificante comenzó con una cuestionada propuesta de poder contar nuestro secreto para luego que eso mismo derivase francamente en cualquier cosa. Poco serio.

Stephen Hawking en una entrevista para la BBC (2014) afirmó que la IA podría significar el fin de la raza humana: “Los humanos que están limitados por una evolución biológica lenta, no podrían competir y serían superados”. Bill Gates en cambio señaló que a pesar de ser herramientas de carácter sofisticado, modelos como el Chat GPT no resultan más que loros estocásticos. Es decir, aunque parezcan inteligentes, sólo replican información basada en datos que fueron programados, sin comprensión real y sobre todo, sin conciencia propia.

Una IA superinteligente será capaz de alcanzar sus objetivos y si esos objetivos no están alineados con los nuestros podemos tener problemas. Es que debemos asegurarnos una IA amigable y para ello, muchos investigadores señalan que la IA entienda, adopte y conserve nuestros objetivos. Como verán, estos argumentos comienzan a tener un corpus de trabajo de pensamiento que nos llevará muchos años por delante. La sociedad culta se encuentra bajo una permanente amenaza de disolución, tal como lo expresa Sigmund Freud en su ensayo El malestar en la cultura (1930).

Sigmund Freud. Foto: MDZ.

Para Freud los progresos técnicos tienen un valor nulo para nuestra felicidad. Se podría mencionar una larga lista de beneficios pero se hace oir la voz crítica e incluso pesimista. Nos brinda un ejemplo sencillo: uno procura su satisfacción cuando en una helada noche de invierno saca una pierna desnuda fuera de las frazadas y luego la recoge. Lo mismo ocurre con el ferrocarril o el avión que vence distancias, pero un hijo jamás habría abandonado la ciudad paterna. De que vale una larga vida, si ella es vacía de alegrías y tan afligente que podemos ni siquiera recordar nuestros proyectos.

Uno de los modos efectivos de mejorar el futuro de la vida es mejorar el mañana

¿Queremos ser dueños de la tecnología o que la tecnología se adueñe de nosotros? Realmente nuestro futuro no puede depender de la IA porque somos nosotros mismos que lo creamos, a la IA y sobre todo, a nuestro futuro.

Carlos Gustavo Motta.

* Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.

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