¿Por qué cambiamos de opinión?
Para la filosofía, la opinión es una proposición donde no se tiene la confianza total sobre la verdad del conocimiento.
Una opinión es una creencia o juicio subjetivo que una persona tiene sobre algo, alguien o situación particular. Se basa en la interpretación personal de la realidad y puede estar influenciada por factores como experiencias pasadas, conocimientos y educación, valores y creencias, emociones y sentimientos, contexto cultural y social.
Se diferencia del concepto de posverdad porque este es una información falsa o distorsionada presentada como verdad que busca manipular la opinión pública y utilizada para influir en decisiones políticas y sociales.
La opinión es un derecho fundamental mientras que la posverdad es una amenaza a la realidad.
Samuel Clemens más conocido por su seudónimo Mark Twain, fue un escritor, orador y humorista estadounidense quien afirmaba lo difícil que resulta cambiar nuestro modo de pensar: “Es más fácil engañar a las personas que convencerlas de que han sido engañadas. Esta frase es la que se hace manifiesta en la contratapa del libro Por qué cambié de opinión (2024, Ediciones Godot) en donde once pensadores reflexionan sobre el tema.
Otro interrogante se hace presente, es decir, la cantidad de veces que opinamos con vehemencia sobre algo y más tarde nos encontramos crédulos sosteniendo un argumento ajeno que nos apropiamos sin más. Nicolás Artusi, Fernando Duclos, Diego Golombek, Liliana Heker, Federico Kukso, Margarita Martínez, Bard Bord Michalsen, Agostina Mileo, Hinde Pomeraniec, Alejandro Tantanian son los once autores invitados de esta edición especial y recomendable donde lo importante no es quién tiene razón sino el hecho de concluir una conversación con la certeza que tenemos un mejor entendimiento sobre algún acontecimiento sin importar si eso es producto de haber adoptado otro punto de vista o simplemente haber fortalecido el propio.
La pregunta que además surge después de su lectura es ¿Quién no cambia de opinión? Y existen varios tipos de personas que pueden ser reacias a cambiar de opinión: los que son dogmáticos, es decir, aquellos que mantienen sus creencias con rigidez y no están dispuestas a considerar otras perspectivas. Los ideólogos, personas que defienden una ideología específica y rechazan cualquier información que la contradiga.
También los fanáticos que tienen una devoción extrema hacia una causa o creencia y no toleran críticas. Los llamados “cerrados de mente” que no están dispuestos a considerar nuevas ideas o perspectivas. Las personas con prejuicios que tienen opiniones basadas en estereotipos o preconceptos. Los que tienen miedo al cambio y que pueden sentirse incómodas con la idea de cambiar de opinión debido a la inseguridad o miedo a lo desconocido.
La lista continúa en las personas que tienen intereses personales o económicos que les llevan a mantener sus opiniones. Los que buscan validar su identidad y sienten que cambiar de opinión la cuestionan. Quienes viven con falta de información o simplemente los que tienen una visión maniquea del mundo y que valoran las cosas en términos de bueno o malo, sin contabilizar la existencia de matices.
Uno de los autores a quien no menciono de modo intencional, para que lo descubran en el texto mismo, dice que es periodista y tuvo la suerte y el privilegio de viajar mucho en su vida (desea continuar haciéndolo). A lo largo de esos recorridos y luego de tantos años en la ruta, cambió su concepción respecto a lo que el movimiento, la quietud, las rutinas y lo imprevisto significaron en su vida. Piensa que en el futuro todo lo que actualmente piensa puede volver a cambiar, porque al cabo, de eso se trata. De continuar creciendo.
Recordemos que cambiar de opinión puede ser un signo de madurez intelectual, apertura mental, disposición a aprender. En cambio mantener una opinión inflexible nos conduce a cerrar oportunidades de crecimiento, perpetuar errores, dificultar relaciones y fundamentalmente, limitar la comprensión del mundo que habitamos.
* Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.