Opinión

Historia de una inflación acumulada de más de 6 mil billones de pesos

El 1 de enero de 1970 nacieron los "Pesos" creados por la Ley 18.188”. Qué eran y cómo impactaron en los argentinos.

Gustavo Capone martes, 2 de enero de 2024 · 12:27 hs
Historia de una inflación acumulada de más de 6 mil billones de pesos
Historia de una inflación acumulada de más de 6 mil billones de pesos. Foto: Walter Moreno/MDZ. Fotografía con Moto G32

El 1 de enero de 1970 el país empezaba a transitar un nuevo año con una nueva moneda. No era novedad. Argentina ya había sufrido varios cambios monetarios a lo largo de su historia. Además, en este caso puntual, el anuncio se venía promoviendo desde varios meses antes. Y así como una especie de entrenamiento nos fueron preparando para sacarle dos ceros a la moneda.

El 15 de abril de 1969 el gobierno del general Juan Carlos Onganía, había promulgado la "Ley 18.188". La norma establecía que nuestra renovada unidad monetaria sería un nuevo peso que equivaldría a 100 pesos moneda nacional.

Para que el público se fuese acostumbrando a la conversión, se dispuso que mientras se confeccionaban los nuevos billetes con el renovado diseño, se continuarán emitiendo los valores existentes, pero resellados con los nuevos valores. Hasta en los quioscos se vendían sellos de goma que sostenían la leyenda "Pesos Ley 18.188". Así, los billetes de 100, 500, 1.000, 5.000 y 10.000 (m$n) fueron convertidos a 1, 5, 10, 50 y 100 "Pesos Ley", como pasaron a denominarse vulgarmente.

Mientras tanto, la inflación, la pérdida del valor adquisitivo y la devaluación iban haciendo de la suyas. "Los salarios van por la escalera y los precios por el ascensor", diría otro general: Juan Perón.

¿Éramos pobres o millonarios?

Hasta la década del '50, un millonario era lo que había sido siempre, tal como lo sugiere la palabra: alguien cuyo patrimonio reunía un millón de pesos o más. Aun en cualquier país normal del mundo sigue siendo así.

Pero en menos de 20 años; desde esos '50 hasta los referenciados 1970, la definición de "millonario" había dejado de ser válida para Argentina. Como decía el tango: "veinte años no es nada", y así cualquier hijo de vecino podría haberse considerado millonario, ya que cualquier cosa medianamente importante valía muchísimo más que un millón.

Por ejemplo, en 1969 (sobre propagandas de concesionarias de autos promovidas en revista "Parabrisas Corsa") un Renault Gordini valía 1.100.000$ y un “Fiat 1.500”: 1.600.000$. El histórico "Fitito 600”, valía un millón.

Lo cierto es que a la hora de sacar cuentas por finales de los ‘60, las máquinas de sumar de escritorios de esos momentos no daban abasto para llevar adelante la contabilidad de una empresa, un banco o una corporación. Por eso también se dispuso sacarle ceros a la moneda y pasar al peso Ley 18.188.

Hasta la década del 50, un millonario era lo que había sido siempre, alguien cuyo patrimonio reunía un millón de pesos o más.

Pero vaya como referencia algunos datos ilustrativos de diciembre de 1969, a días de ese 1 de enero de 1970. Un televisor costaba $35.000. Podía comprarse en varias cuotas y era una inversión importantísima para la familia. Un rango familiar distintivo era que el hogar tuviera un televisor.

En paralelo, por ese momento la desocupación oscilaba el 3%. La inflación ese año 1969 fue del 7,6 % (alta para esa década). La deuda externa en 1969 era de 3.231 millones de dólares y el dólar costaba en el ‘69: $3,50.

Los Reyes Magos nos trajeron un televisor

Ironía mediante, haremos un ejercicio fantasioso que hoy podría ser un consuelo. Es un juego que parecerá un chiste. ¿Cuánto valdría hoy ese televisor?

Recordemos que hemos retirado dos ceros a nuestra moneda en 1970. Pero desde esa Ley 18.188 del 1 de enero de 1970 hasta la fecha, nuestra moneda perdió 13 ceros. Entonces podríamos simplificar: Ese televisor, que costaba $35.000, actualmente valdría $350.000.000.000.000.000. O sea, TRESCIENTOS CINCUENTA MIL BILLONES DE PESOS, si consideramos que desde el 1 de enero 1970 hasta la fecha nuestra moneda perdió 13 ceros.

ERROR GRAVE. Ese precio del TV sería una “ganga”, pues no cuenta todavía la suma total, con la inflación acumulada entre 1970 y 2024 que deberíamos agregarle.

Haciendo una estimación muy benevolente, esa inflación acumulada en los últimos 54 años sería de 6.200.346.671.387.810% (o sea, más de seis mil doscientos billones de inflación), según el cotejo de datos de INDEC y consultoras privadas, y sin considerar los años donde INDEC no brindaba información consistente o fidedigna (2006 – 2015).

En 1969, el Gobierno del general Juan Carlos Onganía promulgó la "Ley 18.188".

En síntesis, ese televisor (blanco y negro) que nos trajeron los Reyes Magos en 1970 costaría: $350.000.000.000.000.000 (trescientos cincuenta mil billones de pesos), multiplicado por la inflación acumulada de 54 años: 6.200.346.671.387.810%.

O sea, algo así como: 2.170.121.300.000.000.000 de pesos. Qué son más de 2 millones de billones de pesos. Se podría pagar en cuotas, con documentos, en cheques. Ya que “ponerle la tarjeta”, será un “deporte” de las próximas décadas.

Aguas que bajan turbias

Juan Carlos Onganía (1914 – 1995) había llegado a la presidencia con la autodenominada "Revolución Argentina" el 29 de junio de 1966. Fue el líder del bando "azul", uno de los dos sectores en que se dividieron las Fuerzas Armadas luego del golpe de 1955 que derrocó al peronismo.

"La morsa" Onganía, como se lo conocía en la jerga castrense, tenía un plan de perpetuidad bajo la forma de "estado burocrático - autoritario" (concepto de Guillermo O'Donnell) consistente en anular todos aquellos mecanismos políticos y democráticos con el fin de restablecer un determinado orden social y económico.

"Nos quedaremos lo que debamos quedarnos. Esto es un proceso largo. No se puede reestructurar la sociedad en 10 o 20 años. Si es preciso debemos modificar la constitución. Pensemos, y tomemos, el ejemplo del período transcurrido entre la Revolución de Mayo y la sanción de la Constitución Argentina de 1853. Fueron más de 40 años. A eso debemos apuntar". Son palabras de Onganía ante los altos mandos de las Fuerzas Armadas.

Retorcida imaginación de "la morsa". El '69; año también del "mayo francés", había contagiado a todos. Hasta a Onganía y su "imaginación al poder".

Un peso argentino.

Pero la dura coyuntura determinará otra cosa. En junio de 1969 su gabinete renunciará en pleno. Mientras tanto, el nuevo ministro de economía, José Danigno Pastore, convocó a paritarias para descomprimir la presión laboral, pero las aguas bajaban turbias. Conflictos gremiales, paros activos, secuestros, asesinatos y puebladas en todo el país habían sentenciado el tiempo del "onganiato".

Al cambio de "los pesos ley" por las devaluaciones, pérdida de poder adquisitivo e inflación, se sumaba, en lo laboral, la "ley de arbitraje obligatorio", condicionando la posibilidad de hacer huelgas. Y vaya paradoja, quien asumió con el acompañamiento del sindicalismo (sindicatos que festejaron la caída de Illia y hasta fueron a la asunción de Onganía) ahora también se ponían en contra.

Una larga lista de protestas y sucesos de enorme relevancia social y política, comenzarán con la escalofriante "noche de los bastones largos" (julio de 1966) y el atroz atropello a la universidad pública. Y si bien el hecho se cristalizó puntualmente en cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ocupadas por estudiantes, profesores y graduados, en oposición a la decisión del gobierno de facto de intervenir las universidades y anular el régimen de gobierno autónomo de las facultades argentinas, marcó un hito que afectó gravemente a toda la ejemplar y reconocida educación del país en el mundo entero.

La previa y el final

La censura a artistas, "el rosariazo", "el cordobazo", el asesinato de Vandor, el surgimiento de guerrillas urbanas como FAR, FAP, ERP y Montoneros, el secuestro y asesinato de Aramburu, fueron las notas contundentes que terminaron “volteando” a Onganía en junio de 1970. Lo sucederá otro militar: Roberto Marcelo Levingston.

Todavía faltará vivir a los argentinos una noche muchísimo más oscura. Dictaduras, la vuelta de Perón, Isabel, la anomia, “el proceso”, la democracia. En tanto, nuestra moneda seguirá perdiendo ceros, la inflación seguirá creciendo y pedir un televisor a Gaspar, Melchor y Baltasar se convertirá en una aventura o en una utopía.

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