Ambiente

Cómo impacta el cambio climático en el aumento de insectos amenazantes

Los cambios en los hábitat generados por el aumento de la temperatura han causado que más insectos migren a otras zonas, vivan menos y se reproduzcan más. Trip, mosquitos, arañas, escorpiones y plagas, en la lista de los "peligrosos". El estudio científico que muestra la adaptación hace 21 mil años.

Zulema Usach
Zulema Usach miércoles, 29 de marzo de 2023 · 07:11 hs
Cómo impacta el cambio climático en el aumento de insectos amenazantes

Solo con atender al entorno inmediato alcanza para comprender una realidad global: las consecuencias del cambio climático y el calentamiento del planeta ya no son solo una proyección sacada desde las áreas científicas. Los ecosistemas, en cada rincón de la Tierra están alterados, con variaciones en las condiciones de humedad y temperatura, que en las últimas décadas modificaron hábitats y obligaron a miles de especies a adaptarse a nuevas condiciones ambientales o bien, a abandonar sus nichos ecológicos para no extinguirse. Las consecuencias del impacto humano, ya son un hecho, pues no hay seres vivos que estén exentos de esas alteraciones cada vez más aceleradas.

En una cadena infinita de eventos biológicos, el mundo de los insectos es un universo en sí mismo. Y como un "pacto" milenario con el planeta, conforman la base sobre la cual se sostiene parte del equilibrio ambiental. Lo cierto es que como consecuencia del incremento la temperatura global, los entornos se alteraron provocando la extinción de especies de aves y mamíferos en la actual era. Los registros hablan de un incremento de 0,2 grados centígrados en la última década y esa no ha sido la única consecuencia.

No es una película de ciencia ficción. El efecto dominó de esas afectaciones se activó en los organismos, inclusive a nivel celular. Los especialistas explican en este sentido que hay insectos que se expandieron hacia sitios antes no explorados para garantizar su supervivencia y encontrar alimentos y condiciones necesarias para vivir y reproducirse. También hubo -según especialistas en biología- organismos que modificaron su genética, para por ejemplo, acortar su ciclo de vida y reproducirse en mayor cantidad.

La humanidad así, no solo se enfrenta a escenarios que hablan de exceso de plagas a nivel mundial (que generarán cultivos enfermos), sino que habrá especies de insectos clave para el equilibrio de la Tierra (como las abejas), que bajarán su población, mientras que otros se incrementarán en cantidad y poblarán espacios externos a su hábitat habitual.

Ritmos ecológicos alterados

"Los cambios climáticos de los últimos años se han dado de manera mucho más acelerada a la que el ambiente puede soportar. Si bien, en la historia ecológica del plantea siempre han ocurrido cambios en el clima, esto ha sido a través de millones de años, dando la posibilidad de las especies  de evolucionar y desarrollarse, adaptarse a las condiciones que se modificaron de manera muy paulatina", advierte Mariana Chani Posse, bióloga con orientación en zoología, investigadora del Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (Conicet) y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCuyo.

El mosquito Aedes aegypti es el vector de enfermedades como el dengue. Vive con más de 20 grados centígrados. 

Sus investigaciones han estado focalizadas a estudiar la diversidad de insectos. Chani aclara que como consecuencia del impacto humano esa capacidad de la Tierra de recuperarse cambió. "Los ritmos del plantea han cambiado y esto está afectando a todos los ambientes", destaca la especialista.

Chani Posse explica que las tres cuartas partes de las especies que habitan el planeta son insectos. "El aumento de la temperatura global generó cambios a nivel de paisaje y también impactó en las temperaturas medias estacionales. Toda esa idea de estacionalidad se ve alterada; eso implica que haya una mayor evaporación del agua y mayor carga de humedad en el ambiente, en tanto que las sequías son más frecuentes", indica la investigadora. Y advierte, por ejemplo, que de acuerdo a estudios científicos recientes, la calidad de las plantas de las cuales se alimenta gran parte de los insectos está afectada. El cambio climático así, es analizado como un proceso que involucra a todos los los seres vivos de ese hábitat que se ve modificado.

Mosquitos, plagas y trips

Que inclusive con la estación de otoño iniciada en Argentina aún sea necesario dejar encendidos ventiladores y continuar con el uso de repelentes para ahuyentar a los mosquitos, no es casual. Tampoco lo es la extensión de la época de mayor riesgo de contraer enfermedades con alto impacto en la región (como el dengue, la fiebre chikungunya, el zika y la fiebre amarilla). Ni la intromisión del aedes aegypti  (vector) en provincias del país donde años atrás casi no se veía su presencia. 

La "tropicalización" de espacios donde el cambio climático se hace sentir, también se hizo evidente en la país con la aparición desmedida de los insectos llamados trips, pequeños insectos neópteros que se alimentan de plantas y hongos. Se trata de insectos que son vectores de enfermedades para los cultivos y abundan en zonas tropicales. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que las plagas destruyen cada año hasta un 40% de la producción global de cultivos, mientras que las enfermedades que padecen las plantas cuestan anualmente a la economía mundial más de 220.000 millones de dólares, y los insectos invasores al menos 70.000 millones de dólares.

La invasión de trips en Buenos Aires tiene su correlato en el incremento de factores como la temperatura alta y la humedad. Se trata de una plaga que afecta a los cultivos. 

Explica Chani que los trips, por ejemplo, aumentan su población con el incremento de la temperatura (que hasta findes de marzo presentan máximas superiores a los 25 grados centígrados en gran parte del país) y la humedad. "Ponen huevos, se reproducen más, se les acorta el ciclo de vida por las alteraciones metabólicas determinadas por esos mismos cambios en las condiciones de hábitat", detalla la investigadora.

En biología -destaca Chani- se habla del concepto de nicho ecológico, es decir, todo aquello que necesita cada ser vivo para mantenerse como especie. Dentro de ese nicho hay variables. Si hay un cambio entonces surgirán otras variables. "Entonces ese nicho que estaba limitado por esas variables va a resultar alterado, va a experimentar un corrimiento. Esto hace que en el caso de los insectos, estos se encuentren en lugares donde antes no se los veía", detalla.

La urgencia: adaptarse y tomar medidas sanitarias

Desde el punto de vista de la salud pública, los expertos dan cuenta de la necesidad de tomar medidas desde los Estados para mitigar las consecuencias de los cambios en relación a la mayor presencia de insectos que pudiera afectar a la población, ya sea por la diseminación de plagas o bien, como consecuencia de los riesgos que cada agente en particular, podría generar.

Sergio Saracco, es titular de la cátedra de Toxicología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Mendoza. Sostiene que frente a esos cambios es preciso tomar acciones y aplicar planes adecuados para adaptarse a ellos. Desde su experiencia en el campo médico detalla que en Argentina las especies más amenazantes y que en los últimos años han cambiado sus sitios de residencia, "corriéndose" de sus hábitats habituales, son la araña variedad loxosceles (conocida como araña de los cuadros) y el escorpión Tityus trivittatus, ambos considerados entre las especies de insectos con mayor riesgo de envenenamiento para los seres humanos.

El escorpión Tityus trivittatus es una de las especies que se extendió en Argentina como consecuencia del cambio climático.

En el primer caso, explica Saracco que en la actualidad los accidentes ocasionados como consecuencia de picadura de esta variedad de araña son más frecuentes debido a que con el calor los ejemplares están más activos. "Al haber más días con altas temperaturas la araña sale en busca de comida con más frecuencia y crecen las posibilidades de que haya un accidente por su picadura", explica Saracco. En el caso del escorpión, que recientemente ha generado alerta entre los pasajeros de subte en Buenos Aires, el experto detalla que antes esta especie estaba más presente en las provincias del norte argentino. "Pero hace al menos cuatro años comenzó a estar más presente en el norte de Córdoba y desde allí ha ido descendiendo hasta llegar a Buenos Aires", profundiza el especialista y añade que el efecto de la picadura de este tipo de escorpión es cardiotóxico.

El escarabajo que evitó su extinción hace 21 mil años

Predecir el efecto del cambio climático actual (calentamiento global) en la distribución geográfica de las especies, es el objetivo de un profundo trabajo de investigación que llevan adelante científicos de toda Argentina en colaboración con organismos internacionales. Melisa Olave es doctora en Biología y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales e investigadora del Instituto Nacional de Zonas Áridas (Conicet).

Es además, quien ha llevado adelante parte de los trabajos en los que se busca dilucidar cómo en épocas pasadas de la Tierra hubo insectos que modificaron su estructura genómica para adaptarse a los cambios del clima. Esta investigación, la primera desarrollada por científicos argentinos fue aceptada para su publicación en el journal internacional Bulletin of the Society of Systematic Biologists e involucra la colaboración de investigadores del IADIZA y docentes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCuyo, junto con la Universidad de Konstanz (Alemania). Contó además con el apoyo de la Fundación Alexander von Humboldt.

"Nos enfocamos en estudiar cómo el cambio climático pasado modeló la evolución de escarabajos del género Baripus de la Payunia (Mendoza y Neuquén), cuyas especies se encuentran tanto en alta montaña (más de 3000 metros sobre el nivel del mar) como zonas de baja altura", detalla Olave y destaca que gracias a las investigaciones realizadas fue posible detectar una zona de refugio compartida por diferentes especies de Baripus, al sur de Mendoza (latitud -36), en zonas de baja altitud. 

"La conclusión general es que los escarabajos de alta montaña se vieron obligados a bajar a zonas de menor altitud, dado que el último máximo glacial (21 mil años atrás) cubrió de nieve y hielo las alturas de los Andes y Extrandes. Cuando las condiciones volvieron a ser favorables y la temperatura aumentó, estos insectos volvieron a cambiar su distribución hacia la montaña, donde se alojan hoy", profundiza Olave y alerta que los cambios climáticos bruscos y rápidos en el tiempo, como es el caso del calentamiento global actual, probablemente lleven a la pérdida de variación genética de las poblaciones de animales y plantas. "Una especie que pierde variabilidad genética, se vuelve altamente vulnerable a la extinción", explica.

El Baripus mendozensis pudo adaptarse a los cambios climáticos de hace más de 20 mil años. Dibujo científico: Sergio Roig-Juñent.

En concreto, el equipo de científicos que integra Olave busca adelantarse a los posibles efectos que tendrá el cambio climático sobre los insectos. Hasta ahora, una de las conclusiones indica que dada la rapidez con la que se está produciendo este proceso, "la mayoría de las especies no tiene tiempo para poder adaptarse a estos cambios. Por lo tanto, basándonos en lo que se ha visto en otros organismos de otras partes del mundo, creemos que el aumento de temperatura va a forzar a las especies a cambiar su distribución geográfica hacia zonas más frías donde puedan mantener su óptimo fisiológico", explica Olave.

A modo de aproximación a lo que podría suceder en Argentina, la investigadora detalla que se espera que "especies del norte más caliente, comiencen a bajar en latitud (hacia el sur). También esperamos que las especies de baja altitud comiencen a moverse hacia las montañas". Y aclara que por estos motivos, las poblaciones que ya se encuentran adaptadas a Alta Montaña, son especialmente vulnerables al calentamiento global debido a que ya no tienen zonas de mayor altura a las cuales migrar. Eso, entre una larga lista de desafíos. 

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