Psicología

De médico y de loco (y de sabios) todos tenemos un poco

Frases populares: de tal palo, tal astilla; vos querés la chancha y los veinte y la máquina de hacer chorizos; más vale pájaro en mano que cien volando; a caballo regalado, no se le miran los dientes.

Carlos Gustavo Motta
Carlos Gustavo Motta sábado, 28 de enero de 2023 · 11:00 hs
De médico y de loco (y de sabios) todos tenemos un poco

Refranes que encierran la llamada sabiduría popular, aquella que imaginariza al anciano o anciana plena de conocimiento y quien
imparte lecciones a través de metáforas susceptibles de infinitas interpretaciones. Es la sabiduría que demuestra sentido práctico al enfrentar situaciones cotidianas problemáticas y que nuestro presente, sin generalizar (obviamente) ha perdido en las generaciones actuales. A veces sintetizándolo en un “más vale…” o “que es lo que???” “arreh” o “esquere”.

En la Biblia se habla de Salomón quien habría elegido la sabiduría entre los dones que le fueron ofrecidos por Dios. Es conocido el relato de dos mujeres que recurrieron a él, alegando ambas la maternidad de un mismo niño. Apelando a su sabiduría, Salomón propuso cortar al niño en dos para satisfacer a ambas. De este modo, identificó a la verdadera madre quien desistió del reclamo cediendo el niño a su rival para salvarle la vida.

El historiador Georges Didí-Huberman cuestiona el problema saber/conocimiento de ignorancia/desconocimiento y formula un
interrogante: “Cómo impartir conocimiento en alguien que se niega a conocer? Cómo abrir los ojos?...cómo desarmar las políticas de avestruz de quien no quiere saber? Propone un método poco ortodoxo: elevar el pensamiento hasta el nivel del propio enojo o hartazgo hasta el nivel de un acto. De una acción que consiste en cuestionar puesto que esas preguntas permiten abrir los ojos a las imágenes del mundo que inscriben hoy una particular historia cotidiana a partir de las redes sociales y a la sensación de respuestas improvisadas que incluso, en la esfera política, aparecen como recursos pseudopopulares que subestiman a los
oyentes a partir de frases poco felices alejadas de la sabiduría.

Ejemplo es el del propio Confucio cuando un ministro de un reino lo consulta preguntándole: Eres un sabio? Confucio responde que no se atreva a afirmar que lo es. Solo es alguien que ha estudiado mucho y leyó ampliamente. Sin embargo el ministro continúa
preguntando. Los tres Reyes Magos eran sabios? Confucio responde: “Los tres Reyes Magos sabían cómo servirse de su valor y de su inteligencia. Pero si eran o no sabios no lo sé”. El ministro se impacienta y le dice quien piensa que es un sabio.

Confucio no se apresuró a responder. Aguardó a que el ministro se calmara y así le dijo: “Tal vez, muy lejos, en dirección a occidente, hay personas que no hablan del arte del gobierno, pero su país está en orden y en paz. Rara vez hablan de promesas, pero todo el mundo puede llegar a confiar. No utilizan la fuerza, así que todo marcha con suavidad. Sus corazones pueden estar abiertos y por eso sus acciones son espontáneas. Su pueblo ni siquiera sabe cómo llamarlos. Sospecho que son sabios, pero ignoro si lo son de verdad” Importa realmente que alguien sea o no reconocido como un sabio?

Necesitamos que otros reconozcan las virtudes para hacernos sentir virtuosos? Sabiduría no significa ser competente en una cualidad o en muchas. Es la capacidad de reconocer los puntos fuertes y las debilidades en nosotros mismos y en los demás.
Así, alguien que puede llamarse sabio, conoce que aunque pueda no superar a determinados discípulos en cualidades y capacidades concretas, puede ofrecerles lo que necesitan para convertirse al menos, en mejores personas. Poseer flexibilidad que facilita discernir objetivos y medios a diferencia de lo que ocurre con personas que se “cierran” en sus argumentos y que muestran
una tendencia a confundir sus objetivos.

Estas personalidades “cerradas” se caracterizan por su falta de inventiva y se resguardan con verdades prefabricadas, supuestamente indiscutibles. Abrirse a nuevos conocimientos, a la noción contemporánea de sabiduría donde la capacidad creativa individual suministre invenciones que permitan acercarse a soluciones frente a los problemas complejos que enfrenta el mundo. Sin duda, podemos sostener una frase que Einstein pronunciaba. Afirmaba que la imaginación es más importante que la inteligencia. Mantener la mente abierta que garantiza un crecimiento emocional e intelectual saludable.

* Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.

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