Emprendimiento

No tenían un lugar para crecer, se organizaron y revolucionaron el mundo del vino

Son 23 mujeres que, al no encontrar su lugar en la industria vitivinícola, decidieron unirse para emprender juntas.

Felicitas Oyhenart
Felicitas Oyhenart domingo, 22 de mayo de 2022 · 07:03 hs
No tenían un lugar para crecer, se organizaron y revolucionaron el mundo del vino
Alicia, Federica, Viviana, Natalia y Mariela en La Consulta. Foto: Alf Ponce Mercado /MDZ Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

“El sector siempre ha sido masculinizado”, afirma la coordinadora de la Asociación Mujeres de la Viña, un grupo de 23 mujeres que producen juntas y lanzaron su propia línea de vinos: Apasionadas. Un negocio que les cambió la vida a todas.

“En todas las reuniones que asistíamos de Cambio Rural de la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina) notábamos que eran todos hombres y solo una mujer. Por eso, surge la idea de conformar un grupo de mujeres donde cada una se sintiera más cómoda, pudiese aprender, preguntar y crecer en este rubro”, cuenta Alicia Caraballo, presidenta de la Asociación Mujeres de la Viña.

El programa asociativo de las Mujeres de la Viña se trabajó y financió desde los Centros de Desarrollo Vitícola que COVIAR financia junto con el INTA. Dieron sus primeros pasos como asociación en agosto de 2018, “coincidió con una crisis muy importante que atravesamos los pequeños productores, las bodegas no nos recibían la uva, esto disparó el sueño de elaborar nuestro propio vino”, recuerda la mujer.

Alicia, Federica, Viviana, Natalia y Mariela, parte de la asociación. Foto: Alf Ponce Mercado /MDZ

La mayoría de estas mujeres se han criado entre viñedos, con el imponente Cordón del Plata de fondo, escuchando y observando como sus familias dedicaban gran parte de su vida a la producción de uva y en muchos casos a la elaboración del vino. Ellas supieron aprovechar todo ese conocimiento y pasión heredado y se animaron a ocupar un lugar que quizás nunca antes imaginaron. 

“En mi familia lo lógico era que el hijo varón heredara la tierra y la trabajara. Mi padre fue muy reticente a aceptar que yo me encargara de la producción, cuando comenzaron a ver todos en la familia el trabajo que hacíamos fueron acompañando y confiando en el proyecto”, confiesa Alicia.

“La mayoría somos hijas de productores, este es un grupo muy heterogéneo en edades, en conocimientos y en haceres”, cuenta la presidenta de Mujeres de la Viña y agrega: “fuimos compartiendo todo lo que sabíamos de la viña, nos fuimos nutriendo sobre cada paso de la producción y elaboración del vino”.

Natalia Martín es otra de las productoras que se sumó a este proyecto y una de las que más experiencia tiene en la viña, “desde los 20 años me dedico a la producción de uva”. Si bien al comienzo no tuvo muchas opciones y tuvo que hacerse cargo de la empresa familiar, comenzó a apasionarse por las tareas y ahora afirma que le encanta trabajar en la finca.

Natalia, Alicia y el resto de las pequeñas productoras elaboran sus vinos en una pequeña bodega que armaron en un galpón del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) ubicado en La Consulta, departamento de San Carlos. Allí cada una “lleva sus tachos con uva, muelen esa uva, queda en fermentación durante 15 días aproximadamente, hacemos el pisoneado y el aireado, prensamos los orujos, realizamos la fermentación maloláctica en los tanques y barricas, realizamos el embotellado y etiquetado”, enumera Viviana Lencina.

Apasionadas se elabora en una pequeña bodega en un galón de INTA. Foto: Alf Ponce/MDZ

La asociación comenzó con la elaboración de sus vinos en el 2019, fueron 100 botellas destinadas para consumo familiar. Actualmente, elaboran como vino escuela 2000 botellas y 6000 para la comercialización. La venta de las mismas es a través de sus redes sociales, entre conocidos. “Soñamos con tener nuestra bodeguita. Que nuestras botellas estén en cada mesa de Mendoza y por qué no, del país”, cuenta Alicia Caraballo.

Ha sido un gran logro el que han alcanzado, pero confiesan que el espacio que han ganado no hubiese sido posible si no se hubiesen nucleado para empujar todas juntas. “Es muy compleja la situación, en el mundo de la producción, elaboración y comercialización del vino. Es muy difícil para la mujer insertarse”, aseguran. 

“El sector siempre ha sido masculinizado. Estas mujeres han venido a romper con eso, entre ellas se destacan dos valores fundamentales: sororidad y perseverancia. Ellas son madres, empresarias, obreras, comerciantes, llevan una lucha incansable para crecer en esto”, sostiene Federica Agüero, coordinadora de la asociación.

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Una pasión que trasciende los viñedos

A raíz de la difusión del proyecto a nivel nacional, las Mujeres de la Viña pudieron inspirar a otras mujeres del país que también se encontraban en situación similares. Un grupo de mujeres de Tucumán que se dedica a la elaboración de vino y otras de Misiones que producen té y vinagre conocieron la historia de las mendocinas y decidieron contactarlas para pedirles asesoría para encarar sus proyectos.

“El grupo de mujeres de Tucumán se llama ‘Nosotras También’. Son mujeres obreras de una viña que ahora tienen un oficio, ellas pudieron elaborar su propio vino y sus dulces”, cuenta Federica Agüero con orgullo. 

La coordinadora del grupo recuerda también el viaje que hicieron a Misiones. “Allá hay dos grupos de mujeres que asesoramos, les brindamos charlas, las acompañamos y les mostramos cómo, a pesar de los obstáculos, pueden salir adelante”.

"Apasionadas" es el nombre de su vino. Foto: Alf Ponce/MDZ

Gracias a Mujeres de la Viña estas 23 pequeñas productoras mendocinas obtuvieron su lugar en la industria del vino, pero no solo eso han ganado. “Gracias a este proyecto también han podido sanar heridas”, afirma Agüero al contar que cada problema profesional o personal que han tenido se ha podido canalizar también en este espacio.

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