Apuntes de siembra

Escuchame con los ojos

Arrancó marzo y nuestra lista de pendientes lejos de acabarse, se vuelve cada vez más interminable. Reorganizar nuevamente la logística familiar es todo un desafío, y en medio de toda esta corrida, aparecen nuestros hijos a querer compartirnos sus vivencias y pretenden que les demos atención plena.

Lic Magdalena Clariá y Mercedes Gontán domingo, 6 de marzo de 2022 · 20:10 hs
Escuchame con los ojos
Foto: Pexels

Marina salió corriendo del trabajo, escapando prácticamente de una reunión, porque tenía que llegar a la puerta del colegio a buscar a su hija Camila, que empezó hace unos días primer grado. Estos días fueron complicados porque los horarios aún no son completos y se hace difícil compatibilizar las adaptaciones escolares con la jornada laboral.

Cuando se sientan a compartir el almuerzo, Cami -muy verborrágica- le relata a su mamá anécdotas de sus nuevas amigas, mientras le recita los nombres de todas las maestras. En medio de la charla, Marina se acuerda de que tiene que programar la entrega del pedido del supermercado, así que mientras sigue comiendo, agarra su celular y con una mano gestiona el delivery. “Mamá, escúchame”, le pide Camila. “Si, te estoy escuchando mi amor”, le contesta la mamá. “Pero, escúchame con los ojos”, insiste la pequeñita. 

El multitasking es una gran tentación y, en miras de ser más eficientes, los padres solemos creernos pulpos que podemos hacer 100 cosas al mismo tiempo. Las posibilidades que nos brinda la tecnología, han potenciado este gran recurso, que a veces puede transformarse en nuestro enemigo. 

Sabemos que el tiempo es tirano, y que sentimos que las horas del día no nos alcanzan, pero cuando logramos pararnos a reflexionar, advertimos que necesitamos tomarnos las cosas con más calma. Como decía el viejo refrán: “Vístete despacio si estás apurado”, y ya que estamos con frases, que lo urgente no nos haga olvidar de lo importante. 

Los más chiquitos están viviendo estos días un nuevo comienzo escolar, que se inicia después de dos años muy difíciles para todos. Esa es la coyuntura actual, pero siempre a lo largo de la vida de nuestros hijos, habrá momentos “especiales” para compartir, lindos y no tanto, importantes o cotidianos. Un dibujo que me hizo una nueva amiga, una pelea, una actividad que hicimos con la maestra, un profundo conflicto adolescente, la ansiedad por un programa especial, la frustración de no haber metido ningún gol, el estreno de la nueva temporada de su serie favorita, y tantos otros ejemplos. 

Como padres, somos sus primeros referentes, y es esperable que ellos quieran compartirnos lo que les pasa. Paradógicamente con los más chiquitos nos gustaría poder acelerar sus relatos como lo hacemos con los audios de whatsapp mientras que con los más grandes nos desesperan sus silencios

Cada momento con nuestros hijos es único, somos testigos privilegiados al poder verlos crecer. Hagamos una pausa y tratemos de conectar con ellos, escuchando, mirando a los ojos. 

En medio de las ocupaciones cotidianas, a veces se hace difícil, pero regalémonos y regalémosles estos ratitos especiales. Si estamos ocupados digámoselos con sinceridad, pero siempre transmitiéndoles que nos parece muy importante lo que quieren compartirnos. Y esto no es una manera de decir, para nosotros es realmente importante porque para ellos lo es. Aunque no entendamos nada de fútbol, de dinosaurios, del último video clip de su cantante favorita. Estas cosas son su mundo, y ellos son nuestro mundo. 

Para los padres esta época del año tiene como nota característica, esa sensación de que nos la pasamos corriendo, que siempre nos falta algún ítem o mapa de la lista sábana de útiles, que sentimos una imperiosa necesidad de planificar nuestros horarios de todo el año, y que esto se define en estas semanas si o sí. Como si en abril se acabara el mundo. Del mismo modo que en diciembre corremos para hacer todo “antes de fin de año”, pareciera que “antes de fin de marzo” tenemos que resolver por completo nuestro año. 

Es cierto que algunas actividades requieren planificación, pero intentemos tomarlo con calma, sin dejar que estas corridas consuman toda nuestra energía. 

Los chicos crecen y nosotros cada día tenemos la posibilidad de compartir con ellos, de escucharlos, con los oídos y con los ojos. Vivamos cada momento. Carpe Diem. 

 *Magdalena Clariá es Licenciada en Psicología y Mercedes Gontán, abogada, Mediadora y Orientadora Familiar. Juntas hacen Apuntes de siembra.

 

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