¿Miedo? ¿Angustia?: cómo vive un argentino el primer día de ser emigrante

Son cientos, miles. Algún día se sabrá cuántos argentinos, de verdad, están dejando el país en estos tiempos difíciles en busca de un futuro mejor.

En cada una de estas historias, siempre hay un inicio, el momento en que se despiden de familiares y amigos, con un último abrazo, se suben a un avión y empiezan a transitar una nueva vida, la que comienza con el primer día de ser emigrante.

Es el caso de Alejandro y Maia. El jueves a la tarde partieron de Ezeiza con rumbo a España y, poco antes del mediodía del viernes, ya estaban en Barcelona.

Antes de embarcar en Buenos Aires, Alejandro dejó un mensaje de despedida en sus redes sociales: “Llenos de ilusión y cagados de miedo. ¡Qué empiece una nueva vida!”. Toda una definición.

¿Qué se siente en esos momentos en que se cierra una etapa y se abre la puerta hacia un camino incierto?

A la distancia, pocas horas después de haber llegado a su destino, Alejandro contó a MDZ esas primeras impresiones.

Todo se inició dos años atrás, cuando Alejandro y Maia comenzaron a planear su partida, en el departamento de Coghlan que alquilaban.

“La decisión la tomamos para poder seguir dándonos cierto gustos. No te digo nada exagerado. Poder viajar, salir a comer, lo normal. Con la inflación que hay en la Argentina se hace todo muy difícil. Nos costaba mucho mantener el nivel de vida que nos gusta. Los dos teníamos un trabajo fijo y, a su vez, hacíamos cosas free lance, pero nos sentíamos muy limitados. Estábamos pendientes del trabajo. Sobrecargado. Queríamos tener más oportunidades”, explicó Alejandro, con sus 28 años.

Él es redactor publicitario y Maia diseñadora gráfica. Ella había vivido un año en Australia y esa experiencia fue la semilla que hizo crecer la idea de emigrar juntos.

“Todo fue muy emocionante. Desde unos días antes de la partida, cuando te vas despidiendo de la gente o cuando empezás a vender un montón de cosas que compramos juntos. Como lo planeamos desde hacía bastante tiempo fue menos fuerte porque estábamos convencidos de lo que queremos. El miedo es por la situación mundial, por la pandemia. El tener que pararse en otro lugar y empezar desde cero. Es el miedo que puede tener todo el mundo. Con miedo pero lleno de ilusión” repite desde la capital catalana.

“El viaje lo llevamos bien. No fue un sufrimiento porque todos los pasos que dimos fueron para estar en ese avión, en ese momento, que decidimos que era el indicado para darle para adelante. Fue con mucho orgullo”, agrega.

- ¿Con lágrimas?

- No, para nada. Quizás en los momentos previos de más nerviosismo, pero siempre tuvimos el apoyo moral de nuestras familias.

Una hermana que ya vivió esa experiencia, años atrás, los recibió en su departamento de Barcelona, donde deberán hacer 10 días de cuarentena, con un huésped extra: una perra que “emigró” junto a la pareja.

“Vinimos sin nada fijo, sólo con ahorros, la idea es conseguir trabajo de lo que sea. Una vez que nos establezcamos, mi idea es empezar a estudiar cocina. Es un viaje que también va a dar un giro en mi vida para hacer algo que me gusta”, comentó.

Como Alejandro tiene pasaporte europeo y están casados, no tuvieron inconvenientes para entrar a España, aunque no tuvieran las vacunas que exige la Unión Europea. Cuando terminen la cuarentena se irán a vacunar con las dosis que les indiquen.

Un dato que aportó Alejandro y que revela el momento que vive el país: “En Ezeiza, la empleada de migraciones, nos dijo que más de la mitad de la gente que pasa por el aeropuerto, está yéndose a vivir al exterior.”

¿Se van con bronca con la Argentina?

La verdad, no. Me da bronca la clase política y a lo que ha llegado el país que, casi obligatoriamente, la gente de nuestra edad, se tiene que ir para tener oportunidades. Pero Argentina es mi Patria y pienso llevar al país a donde vaya.