Dragonfly: la misión de la NASA que buscará señales de vida en Titán

La misión Dragonfly realizará múltiples viajes para explorar y examinar sitios alrededor de la luna helada de Saturno. Al encontrarse tan distante al Sol, su temperatura es extremadamente baja, exactamente 180 grados bajo cero. Es así como los gases existen en forma líquida, creando por ejemplo mares de metano. Al igual que el agua cuando se congela, los gases se condensan con el frío.
Te Podría Interesar
“Dentro de las lunas que conocemos, es la única que tiene una atmósfera que se asemeja a la de la Tierra” explica el mendocino Gabriel Caballero, director de The Mars Society Argentina (TMSA), organización sin fines de lucro que busca atraer al público al mundo de la astronomía y la exploración espacial.
Titan posee químicos prebióticos, elementos que se producen tanto por seres vivos como por procesos geológicos, lo que lleva a la disyuntiva de si existirá alguna forma de vida habitando la luna. “No sabemos si hay alguna forma de vida que los están creando y dejando rastros que detectan las naves. La idea es tomar muestras, recolectar y medir su superficie antes de que la nave se destruya, ya que el entorno es tan extremo que es difícil crear un equipo que sobreviva mucho tiempo” aclara el experto.
La atmosfera de Titán no es igual a la de la Tierra, por lo que se proponen formas de vida distintas. “No se ha encontrado agua en su superficie, y toda la vida que existe en la Tierra depende del agua”, explica el director. “Plantas, microrganismos, animales, todos dependen del este elemento, pero quizás existan otras formas de vida que dependan de otros compuestos químicos” plantea Caballero.
Titán tiene este misterio y es que se parece a una época primitiva de la Tierra, hace millones de años. Por un lado, nos ayudaría a entender cómo se formó la vida en nuestro planeta, cuáles fueron los procesos geológicos, no solo en la Tierra sino en el universo.
“Titán podría convertirse en un lugar donde los humanos logren habitar en el futuro. Cuenta con una atmosfera densa y la gravedad suficiente como para desplazarse por su superficie. Si aprendemos cómo es la atmósfera y cómo adaptarnos, podríamos llegar a construir hábitats. A veces es difícil no entrar en la ciencia ficción, hace 50 años se imaginaban cosas que hoy están pasando, como estaciones espaciales y viajes al espacio” cuenta el mendocino.
“Esto nos enseña lo valioso que es nuestro planeta al ver lo difícil encontrar un ambiente similar, pero es inevitable que la humanidad en algún momento se expanda y quiera estar en otros puntos de la galaxia, y Titán podría ser perfectamente uno de estos puntos, junto con Marte y otras lunas de Júpiter que poseen agua” explica.
Gracias a la misión Mars 2020, que llevaba un dron y un róver, se demostró que se puede volar en otros planetas y que no necesariamente son necesarios vínculos con ruedas, sino voladores. Dragonfly aprovecha estos conocimientos y llevará un laboratorio volador, que estará en la superficie la mayor parte del tiempo, tomará muestras, sacará fotos y utilizará hélices para desplazarse. La baja gravedad de Titán hará que sea fácil levantar elementos, y su densa atmósfera favorece el vuelo.
Este concepto de misión fue recientemente aprobado por la NASA y cuentan con las inversiones necesarias para proyectar un lanzamiento en 2026 y un aterrizaje en 2034.
“Cuando se trata de la exploración espacial, si bien muchas veces solo se conoce cuántos fueron los gastos, no le dan atención a cuánto fue el retorno, que es de por lo menos un dólar y medio por casa dólar invertido. Además, es tas investigaciones son de tan alta tecnología, que muchas veces terminan diseñando elementos como telas especiales para que la nave pueda estar expuesta a temperaturas muy bajas y luego las patentan y venden para crear camperas supe térmicas que puedan utilizarse en la Antártida. Económicamente es eficiente, además de los beneficios científicos, sociales e históricos” explica Caballero.
“Me entusiasma encontrar vida, es algo que siempre me ha llamado la atención. Para mí es un rotundo sí, pero todavía falta descubrirla. Es tan grande el universo que me divierte la idea de averiguar qué tan especiales somos o no. El hecho de conocer lugares tan extremos donde sería imposible vivir me da otra perspectiva de lo único que es nuestro planeta y de querer cuidarlo y mantenerlo. Por ahora es nuestro único hogar” cuenta el experto.