10 años del Ni Una Menos y Mendoza sigue entre las provincias con más femicidios
Una década después del primer Ni Una Menos en Mendoza los femicidios y la violencia de género van en aumento, justicia es ineficaz y el Estado retrocede.
Este 3 de junio se cumplen diez años de la primera marcha de Ni Una Menos, el histórico reclamo colectivo que transformó la lucha contra la violencia machista en Argentina. En Mendoza, donde la movilización reunió a miles de personas en 2015, el análisis de datos oficiales y testimonios clave revela un escenario complejo: aunque se lograron avances legislativos y culturales, los femicidios persisten y las políticas públicas muestran retrocesos preocupantes.
El origen: de caso emblemático a movimiento masivo
El femicidio de Chiara Páez, la adolescente de 14 años que estaba embarazada y fue asesinada por su novio, con la complicidad de su familia, en Santa Fe en mayo de 2015, fue la gota que rebalsó el vaso de la indignación social acumulada. En Mendoza, la convocatoria encontró terreno fértil: organizaciones feministas venían al frente de peleas enormes como los casos de Johana Chacón y Soledad Olivera, desaparecidas en Lavalle en 2012 y 2010 respectivamente, que evidenciaron no sólo las fallas del sistema judicial sino un problema profundo: el odio hacia las mujeres que penetra hasta la desaparición.
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Es por eso que surge de la pregunta ¿dónde están? Y una tal vez peor: ¿están vivas?. Como respuesta a estos interrogantes se materializa una de las consignas más relevantes del movimiento: "Ni Una Menos, vivas y libres nos queremos".
La primera marcha del 3 de junio reunió en la provincia a más de 20.000 personas, con una columna que extendió desde el kilómetro cero hasta Plaza Independencia. Fue una de las movilizaciones más grandes de la historia local, comparable con las protestas en defensa de la Ley del agua (7722) en 2019. Como decíamos, no vino de la nada. Como antesala la pelea por la aparición con vida de Johana y Soledad, con las docentes de Lavalle al frente y el despertar político de decenas de jóvenes que comenzaban a organizar la bronca y la impotencia de no saber si un día no vuelven a casa.
Datos que preocupan: la violencia en números
Los registros oficiales de la última década muestran una realidad alarmante:
- A nivel nacional: Argentina registró 2.810 femicidios entre 2015 y 2023 (Observatorio "Ahora Que Sí Nos Ven"). En 2024, la tasa se mantiene en 1 femicidio cada 26 horas (Observatorio "Adriana Marisel Zambrano").
- Mendoza:
- Ocupa el 4° lugar en femicidios a nivel nacional (Oficina de la Mujer, Corte Suprema 2024)
- El 80% de los agresores eran parejas o ex parejas (MPF, 2024)
- Sólo el 12% de las causas por violencia de género llega a sentencia (Poder Judicial, 2023)
El movimiento logró cambios significativos como la eliminación del término "crimen pasional" en medios, pero sobre todo la tipificación del femicidio entendiendo que el particular motor del asesinato es la violencia hacia las mujeres, el odio y la fantasía de pertenencia. Se logró poner en pie la Ley Micaela y el IVE. Sin embargo se trata de conquistas que son permanentemente amenazadas.
A pesar de los avances, la violencia hacia las mujeres se expresa con algunos datos muy concretos:
- Precarización laboral: 70% de mujeres en viñedos sin registración (UCT, 2023)
- Brecha salarial: 27% menos que varones en mismo sector
- Acoso callejero: 78% de mujeres lo sufrió, pero solo 12% lo denuncia (INDEC, 2022)
Algunas voces de la vanguardia del 2015
Si hablamos de vanguardia tenemos que empezar por ella: Silvia Minoli. Directora de la escuela Virgen del Rosario en la localidad de 3 de Mayo, Lavalle. Johana iba a esa escuela. Las docentes y su compañeras y compañeros se preocuparon ante la ausencia de la niña de 12 años. La empezaron a buscar y descubrieron que faltaban más mujeres: Soledad Olivera, mamá de dos chicos de la misma escuela estaba desaparecida desde hacía dos años. ¿Su expediente?: cajoneado. Silvia recuerda: "Fueron años de lucha contra un sistema que naturalizaba la violencia. Hoy seguimos exigiendo justicia para todas".
También hablamos con una tocaya de Minoli: Silvia Fernández, una de las fundadoras de Ni Una Menos en Mendoza. "El femicidio de Chiara Páez fue el disparador para que un grupo de periodistas dijera ‘Basta’ y convocara al 3J", recordó Fernández, militante feminista mendocina. Destacó cómo la iniciativa, surgida en Buenos Aires a través de redes sociales, se expandió al país con el hashtag #NiUnaMenos.
En Mendoza, "aquella primera convocatoria la hicieron las compañeras del PTS que tenían una banca en Diputados. Me llamaron y de ahí llamamos a una serie de compañeras de distintos espacios políticos y sociales. Nos reunimos en el anexo de Diputados de la legislatura y desde ahí empezamos a gestar lo que iba a ser que no imaginábamos en ese momento: esa gran marcha que sucedió en la provincia de Mendoza".
Para Silvia Fernández el mayor logro "fue instalar el tema en agenda", aunque aseguró que "hoy vemos con preocupación el desmantelamiento de políticas públicas esenciales". Silvia Minoli también expresó: "En estos 10 años de lucha hubo cientos de mujeres desaparecidas y/o asesinadas por hombres de su entorno, amparados por este sistema patriarcal".
Ambas llamaron a marchar este martes 3 de junio, en lo que se conoce como 3J en las calles mendocinas. A las 18hs será la concentración en el histórico punto de encuentro: el km0. En este sentido Fernández remarcó algo clave: en BsAs la convocatoria es el miércoles 4 para coincidir con las jubiladas que se convocan todos los miércoles en el Congreso Nacional porque "hay que unir las luchas".
Minoli señaló además la responsabilidad del Estado y destacó: "Por todas y cada una de las que no están es que seguimos organizadas y en las calles".
Diez años después del primer 'Ni Una Menos', las calles mendocinas vuelven a ser el termómetro de una deuda pendiente: la violencia machista no cedió, pero la resistencia tampoco. Las cifras siguen gritando lo que el Estado no resuelve. Cada número en los registros tiene nombre, cada ausencia exige memoria, y porque —como enseñó esta década— sólo en las calles se convierte el duelo y la bronca en organización y conquistas.