Juliana Awada de paseo y sin Mauricio Macri: ¿con quién se tomó un descanso?

"Soy Juliana. Mamá de Valentina y Antonia. Mujer de Mauricio. Diseñadora. Visualmente inquieta", es la forma en que se describe la ex primera dama argentina en su sitio de Instagram. Quizás esa última parte de su presentación es la que explica la pasión por la fotografía que demuestra en su espacio personal de la mencionada red social.

Lo cierto es que, desde hace un par de días, Juliana descansa en Mendoza pero sin su marido. Declarada amante de la naturaleza, llegó a nuestra provincia con un grupo de amigas.

En clave de relax absoluto el grupo de cuatro mujeres llegado de Buenos Aires disfruta del sol y los paisajes rodeados de arroyitos y viñedos. Ayer, miércoles 28 de abril, pasó por bodega Caelum a comprar pistachos, visitaron el espacio y se quedaron charlando con el personal.

"Súper sencilla y muy simpática, Juliana se interesó por lo que hacemos aquí en Caelum", contaron desde la bodega, que está rodeada de viñedos propios (Malbec, Cabernet Sauvignon, Torrontés, Chardonnay, Fiano, Pinot Noir y algunas hileras de Montepulciano y Petit Syrah), y que tiene a la cordillera de los Andes como telón de fondo.

Se supo además que las mujeres se alojaron en un exclusivo hotel híper premium de la zona, galardonado con importantes premios internacionales de hotelería, que se caracteriza por ubicar a sus huéspedes en bellísimos lodges entre viñedos.

Los vinos de Caelum, que es una bodega boutique y absolutamente familiar, se elaboran con uvas propias de la finca, ubicada en la Ruta nacional Nº7 en Agrelo, Lujan de Cuyo.

De hecho, las visitantes quedaron encantadas con el producto, tanto que intercambiaron tarjetas con gente del staff, pues comentaron que querían comprar pistachos ya estando en Buenos Aires, y por eso la idea era tener un contacto más directo.

Caelum está a solamente 30 minutos de la ciudad de Mendoza. 

La producción anual aproximada de la bodega que visitó Juliana es de 70.000 botellas, y justamente desde siempre el objetivo que demostraron fue el de hacer vinos con pasión y persiguiendo la más alta calidad, respetando el medioambiente.

Awada también estuvo cosechando membrillos, y se deleitó con almuerzos frugales y preparados con productos frescos y absolutamente regionales.