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Javier Milei prepara dos vetos y Martín Menem busca el número en Diputados para defenderlos

El Gobierno se prepara para vetar leyes votadas por amplia mayoría en el Congreso y busca asegurar 87 votos en Diputados para sostener su decisión.

Se espera que el veto presidencial se publique el lunes, pero en el Congreso ya empezó la negociación.

Se espera que el veto presidencial se publique el lunes, pero en el Congreso ya empezó la negociación.

Juan Mateo Aberastain / MDZ

“Cobran los gobernadores o los jubilados, es muy sencillo”, sintetizó uno de los diputados que se considera dialoguista frente al Gobierno de Javier Milei, durante las negociaciones de las ya sancionadas leyes de aumento a los jubilados, moratoria previsional y declaración de emergencia en Discapacidad. El presidente Javier Milei vetará cada una de ellas y en la Cámara de Diputados, Martín Menem y Guillermo Francos trabajan para defender el veto.

A más tardar el lunes se conocerá la decisión del Poder Ejecutivo de vetar cada una de las leyes que el Senado sancionó por unanimidad el pasado 10 de julio. El Gobierno buscó demorar lo más posible el veto, con la idea de ganar tiempo en las cámaras y esperar que pasara el cierre de listas en la provincia de Buenos Aires. Con los tiempos al límite (si el presidente no promulga o veta una ley sancionada dentro de los 10 días hábiles, automáticamente la normativa entra en vigencia), el Gobierno reactiva las conversaciones para retener a los 87 diputados que puedan defender el veto.

La moratoria previsional difícilmente reúna los dos tercios para insistir con la ley sancionada. Sin embargo, los otros proyectos —el que eleva todas las jubilaciones un 7,2% y lleva el bono a $110.000 y establece una actualización mensual de las jubilaciones por inflación— y la declaración de emergencia en Discapacidad, que eleva el monto de las pensiones no contributivas por invalidez, recibieron un amplio apoyo en la Cámara baja. El primero de estos recibió 142 votos afirmativos, 67 negativos y 19 abstenciones, y el segundo 148 a favor, 71 en contra y tres abstenciones.

En este escenario, la oposición queda muy cerca de retener los dos tercios para insistir con las leyes sancionadas. Pero el Gobierno confía que, al calor de los acuerdos políticos con los sectores del PRO que eligieron la abstención en aquella votación y en negociaciones con los gobiernos provinciales, podrá rechazar estas leyes. Para eso necesita tener el número mágico de 87, ya sea para que voten en contra, se ausenten o se abstengan, porque se cuenta como total a la cantidad de diputados presentes en el momento de la votación.

La primera señal a la Casa Rosada la dio Martín Menem esta semana al oficializar la creación del interbloque La Libertad Avanza con el bloque La Liga del Interior, compuesto por los radicales que justamente oficializaron el año pasado su acercamiento al Gobierno con la defensa al veto de la ley de Financiamiento Universitario y de aumento a los jubilados. Si bien se trata de una formalidad, el riojano muestra una base sólida de 45 diputados dispuestos a defender el veto.

En paralelo, empiezan las conversaciones con el MID de Oscar Zago, de tres diputados, y que ninguno votó a favor de ninguno de los dos proyectos; se da por descontado que Paula Omodeo, la tucumana del monobloque Creo, votará también en defensa del veto. Así llegan a 49.

El PRO espera las definiciones electorales para confirmar su apoyo al Gobierno

A la hora de hurgar en los socios del PRO, el terreno parece más complejo, atravesado por los cierres de listas en las provincias. Si bien ya cuentan con una veintena de diputados que acompañarán el veto, entre ellos, bullrichistas y bonaerenses alineados con Karina Milei, aún falta saber qué pasará, por ejemplo, con los nueve que se abstuvieron de votar el aumento a las jubilaciones.

En ese puñado no menor para las cuentas del Gobierno están los diputados por Santa Fe Luciano Laspina y Germana Figueroa Casas, a la espera de definiciones políticas en su provincia. Algo parecido le ocurre a Sofía Brambilla, de Corrientes, donde La Libertad Avanza ya decidió presentar lista propia, sin acuerdo con el gobernador radical Gustavo Valdés, y se espera la definición para la nacional. También ocurre lo mismo con el pampeano Martín Ardohaín, María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato, que esperan indicaciones del Gobierno porteño, que quiere ir con La Libertad Avanza en las elecciones nacionales, pero por ahora parece no tener mucho lugar.

Los gobernadores piensan su propia jugada

El Gobierno, además, deberá retomar las conversaciones con los gobiernos provinciales de Salta y Río Negro, que en las últimas sesiones de Diputados y del Senado jugaron con la oposición más dura. No fue así el caso de Misiones: el líder del oficialismo misionero, Carlos Rovira, mantiene en buenos términos su sociedad con la Casa Rosada y los diputados misioneros irán a fondo en la defensa del Gobierno de Milei. Algo parecido ocurre con Osvaldo Jaldo, que cuenta con tres diputados del bloque Independencia, que jugarán con La Libertad Avanza.

Otra amenaza que el Gobierno deberá tomar nota es la del frente electoral que los gobernadores Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy), Martín Llaryora (Córdoba), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe) quieren construir. Para eso, la posición que tomen en el Congreso frente a los vetos de Javier Milei será clave para definir la identidad política de este nuevo espacio. En total, hay una decena de diputados que responden de forma directa a estos cinco gobernadores.

Sin embargo, es probable que si estos gobernadores comienzan a recibir los fondos que hace meses vienen reclamándole a la Casa Rosada, bajen su tono crítico y acompañen los vetos del Gobierno.