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Axel Kicillof y los gobernadores apretados por La Cámpora y obligados a decidir si aceptan la extorsión

Wado De Pedro advirtió que si el próximo candidato no propone el indulto para Cristina, ellos no estarán ahí. El kirchnerismo cristinista vuelve a amenazar que si las cosas no son como ellos plantean, la unidad no será posible. De ahí que Kicillof y el resto del peronismo deban decidir.

Cristina Fernández de Kirchner y los suyos condicionan los trazos del futuro pan-peronismo en medio de la interna con Axel Kicillof. Foto: NA

Cristina Fernández de Kirchner y los suyos condicionan los trazos del futuro pan-peronismo en medio de la interna con Axel Kicillof. Foto: NA

Axel Kicillof, o quien pretenda gobernar el país en 2027 en reemplazo de Javier Milei, deberá romper su relación con el cristinismo camporista. Esa decisión es dolorosa para el gobernador, pero a su vez inexorable. Desde la aparición de Néstor Kirchner y la continuidad potenciada de Cristina Fernández de Kirchner, la idea que ellos y sus seguidores tienen sobre sí mismos es que las cosas son como ellos quieren y las desean, o no serán.

No hay que remitirse a las infinitas advertencias realizadas en el pasado por el matrimonio presidencial ni por sus herederos, empezando por su hijo Máximo. Ayer nomás, Wado De Pedro, senador, ex ministro del Interior y uno de los que el “círculo rojo” considera el más político de ese sector, lanzó la tajante advertencia que cualquier gobierno futuro deberá tener dos decisiones previas para contar con su apoyo: la de indultar a Cristina Fernández de Kirchner y una revisión completa del Poder Judicial.

La advertencia es inapelable y de cumplimiento obligatorio para cualquiera que pretenda contar con el apoyo del cristinismo camporista, ausente de candidatos de fuste y siempre recostado en un lado único que lo desprende de la mayoría social. De ahí que las ideas de abstención patriótica no hayan sido fruto de un libre pensador como Juan Grabois. Las presiones para que el gobernador bonaerense se “solidarice” con la condenada y de ahí revea sus proyectos políticos recién empezaron.

El kirchnerismo cristinista siempre mostró una única mano y un único sentido y, si las cosas no salían como la familia santacruceña pretendía, la explosión. El propio De Pedro demostró que si un gobierno no transita en la dirección deseada, todo tiene que volar por el aire, tal cual lo hizo cuando Alberto Fernández era presidente de la Nación y encabezó un pedido de renuncias masivas que jamás se oficializó.

La situación en la Provincia con Axel Kicillof

En Provincia de Buenos Aires, desde mediados del año pasado se observa un proceso similar que desencadenó en que Kicillof no pudiera tener un presupuesto ni un endeudamiento vital para la continuidad de su gestión por la negativa de los legisladores cristinistas.

A pesar de la épica y el relato, nunca nadie se planteó por qué motivo, en tres ocasiones consecutivas, para representar a estas ideas de extrema conciencia ideológica, se propusieron como candidatos presidenciales a referentes nítidamente relacionados con la derecha o los centros concentrados del poder a los que, decían, venían a combatir y reemplazar.

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Alberto Fernández y Daniel Scioli, ex presidente, ex candidato presidencial y ministro fugaz del Frente de Todos, dos de los últimos representantes del kirchnerismo camporista a la Presidencia.

Alberto Fernández y Daniel Scioli, ex presidente, ex candidato presidencial y ministro fugaz del Frente de Todos, dos de los últimos representantes del kirchnerismo camporista a la Presidencia.

Los antecedentes

Daniel Scioli, Alberto Fernández y Sergio Massa fueron los candidatos presidenciales del kirchnerismo desde 2015 hasta la fecha. ¿Qué relación tienen con Wado de Pedro, Anabel Alvarez Sagasti, Mayra Mendoza o el propio Kicillof? Nada. Electoral y culturalmente son otra cosa.

Scioli es mileísta, creado por Carlos Menem. Fernández un porteño progresista con la comodidad que le da ser parte del poder estable, y Massa, un audaz dirigente político que se mete en todas las facciones sin necesidad de explicar qué representa. Fernández, además, era el operador de Eduardo Duhalde en su relación con Néstor Kirchner mientras que Massa apareció en el peronismo en la alianza trazada con la UCEDE en 1999 a través del candidato presidencial Palito Ortega. ¿De verdad eso representa al pueblo para la liberación?

Qué pasa hoy

Este extravío ideológico político es el que obliga al kirchnerismo cristinista, para volver a tener centralidad en el futuro, a radicalizar nuevamente sus posturas. Máximo Kirchner se siente más cómodo con la pelea cultural que con la conducción del poder, algo que hoy ve muy lejos. La columna vertebral del peronismo como lo indicó Juan Perón es el movimiento obrero, hoy lejos de San José 1111, al igual que los pocos gobernadores que sobrevivieron al tsunami de Mauricio Macri y Javier Milei.

Por eso Kicillof duda en cuándo romper con el kirchnerismo cristinista: si lo hace ahora, utilizando la salida de su gabinete a los ministros de origen camporista, o el año que viene, cuando haya terminado el temblor y las emociones provocadas por el duelo del encierro hayan decantado. Él termina siendo el único sobreviviente cristinista capaz de llevar hasta la otra orilla lo que queda del peronismo y su estructura, regada de intendentes con poder y votos.

Sin embargo, al gobernador también lo embargan cuestiones ideológicas que lo limitan. Su procedencia afín con la izquierda universitaria lo hace creer en un pasado que ya no volverá. En más de una ocasión ha tomado decisiones imbuidas por la ideología más que por lo que necesitaba el momento.

Quienes participan del Movimiento Derecho al Futuro eligen creer y se aferran a la idea que de ahora en más será más pragmático que dogmático. Pocas personas cambian a medida que la edad les aumenta, aunque la realidad los apremie. “Debe decidirse. O son ellos o somos nosotros. Axel está en un momento de inflexión en su carrera política. "Habrá que ver de qué está hecho”, soltó un miembro del gabinete que sabe que, si acuerda con Máximo y Massa, “en dos meses se lo llevan puesto”.