La decadencia de Mendoza, reflejada en una lamentable campaña electoral
Hace tiempo que dejamos de ser distintos. Las mismas prácticas que en el pasado se endilgaron a gobiernos "populistas" ya se realizan en Mendoza. Carpetazos, aprietes, campaña sucia y sorteos de casas. Somos testigos silenciosos de la lenta metamorfosis de Mendoza a Formosa.
"Los mendocinos no comen vidrio", dijo la semana pasada Rodolfo Suarez en referencia a la campaña sucia y los anuncios demagógicos de los candidatos de la oposición de eliminar el ítem aula o la RTO. Inmediatamente después dio a conocer que el Gobierno de Mendoza sorteará 2.150 viviendas, tres días antes de la elección de gobernador. Con una urgencia inusitada, luego de 3 años y 8 meses de gobierno, Suarez invitó a los mendocinos a anotarse entre el 11 y el 19 de septiembre para "ganar" una casa que sortearán el día 21 de ese mismo mes.
El 24 de septiembre los mendocinos eligen gobernador y todo anticipa una definición polarizada entre el exgobernador Alfredo Cornejo y el diputado nacional Omar De Marchi. A pesar de que Cornejo aparece primero en los sondeos, el final está abierto y esto ha desatado una disputa visceral en la que, parece, todo vale.

El anuncio a las apuradas del sorteo de 2.150 viviendas es solo un indicador de que aquellas prácticas, que tanto se criticaban a gobernadores "populistas", ya se han naturalizado también en Mendoza. Nadie se escandalizó con la "jugada" del oficialismo. Probablemente si el anuncio lo hubiese hecho Jorge Capitanich, en Chaco, o Gildo Insfrán, en Formosa, las redes sociales se hubiesen inundado de referentes horrorizados con tal atropello a la institucionalidad y las buenas costumbres. Una suerte de indignación selectiva que hemos sabido desarrollar los argentinos en la última década.
Pero más grave aún es la lluvia de carpetazos, denuncias, escraches y aprietes que se han observado en esta campaña electoral. Sumado a maniobras digitales, como libros truchos que buscaban "efecto panfleto", o carteles de vía pública mencionando a candidatos rivales. La política mendocina se sumergió en el barro sin entender que todos saldrán manchados. Una encuesta reciente de Consultores Asociados confirma que "los mendocinos se encuentran inmersos en la desesperanza y el descrédito hacia la actividad política". Los consultados mencionan estar “cansados de las campañas electorales, candidatos que sólo prometen y no cumplen". Ni siquiera hace falta ver encuestas para notarlo. El resultado de las PASO en nacionales con un 45% de votos para Javier Milei es indicador suficiente para evidenciar hasta qué punto ha llegado el nivel de hartazgo.

Y lo que se ha visto durante la campaña es aún peor. Más que propuestas, los frentes electorales se han centrado en marcar los defectos del rival. Desde cartelería de La Unión Mendocina cuestionando la perpetuidad en el poder de Alfredo Cornejo a millones invertidos en campañas publicitarias de un libro falso contra Janina Ortiz y Daniel Orozco escrito por una supuesta periodista que en realidad no existe. Lo triste es que ya nada nos sorprende.
La Unión Mendocina pone el foco en la falta de independencia del Poder Judicial con aprietes a fiscales, operaciones de funcionarios provinciales y cooptación de la Suprema Corte por parte del cornejismo. Desde Cambia Mendoza invierten tiempo y energía en exponer las irregularidades que se investigan en la Municipalidad de Las Heras que conduce el candidato a vicegobernador de De Marchi, Daniel Orozco. Malversación de fondos a través de cooperativas, coacción contra empleados y abusos sexuales por parte de funcionarios son solo algunos de los hechos que se mencionan.
En el peronismo temen que la polarización termine de hundir al Frente Elegí y redoblan sus esfuerzos para que el ciudadano recuerde que Omar De Marchi y Alfredo Cornejo son fundadores del mismo espacio y fueron socios hasta hace pocos meses. Parisi recorre toda la provincia con sus propuestas de vivienda, desarrollo productivo y la bandera de eliminar el ítem aula, pero su desafío real es alejar al fantasma del éxodo de dirigentes hacia la filas del demarchismo.
Uno que ya se animó a dar ese paso es el histórico intendente de Lavalle, Roberto Righi, y después de las elecciones desdobladas el municipio apareció repleto de pintadas con la frase "Righi traidor". Al respecto, el exintendente de San Martín y candidato de La Unión Mendocina, Jorge Omar Giménez, afirmó en MDZ Radio que ese tipo de reacciones son las que vienen expulsando a dirigentes justicialistas. Sobre todo porque el partido no ha sido capaz de encarar un proceso de reconstrucción interna pese a que lleva 10 años consecutivos perdiendo elecciones en Mendoza.
En ese sentido, el kirchnerismo teme que haya peronistas que intenten "matar dos pájaros de un tiro" el domingo 24 de septiembre. Por un lado votando a De Marchi para terminar con la hegemonía de Alfredo Cornejo, pero por el otro sentenciando a La Cámpora por ser los responsables exclusivos del peor resultado de la historia del PJ.
Un juego de intrigas y traiciones que desvela a los dirigentes políticos pero asquea al ciudadano. "Hace no tanto tiempo que el Pilo Bordón se sentaba con el Viti Fayad en un café sin que nadie sospechara de conspiraciones. Se ha perdido eso en Mendoza", remarcó en MDZ Radio Omar De Marchi. La pregunta es si, después del 24 de septiembre, podría sentarse a tomar un café con Alfredo Cornejo para dejar de jugar al gato y el ratón y poner por delante la solución de los problemas que aquejan a la provincia. Gane quien gane, ojalá eso sea posible. Los mendocinos lo necesitan.

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