La “entrevista” a Larreta, la fricción del FdT y las peleas liberales

Los vínculos al interior del bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña siguen de mal en peor. Tras el intento de quitarle la presidencia de la bancada al albertista Claudio Ferreño, ahora las tres figuras que manejan a los diputados porteños están un compás de espera y tienen escaso diálogo.

Se trata del propio Ferreño, amigo del presidente Alberto Fernández, la legisladora Claudia Neira – vinculada al asesor presidencial Juan Manuel Olmos y con gran experiencia en las temáticas porteñas – y Javier Andrade, de La Cámpora y quien comandó la ofensiva para quitarle a Ferreño la titularidad del bloque.

La mala sintonía se pudo observar la semana pasada cuando apareció la primera foto en clave electoral del kirchnerismo en la Ciudad con Matías Lammens, el ministro de Turismo, el diputado Leandro Santoro y la propia Neira para diagramar un armado político a futuro. La Cámpora estuvo ausente. Un síntoma de lo que venía pasando en la Legislatura porteña, donde todavía duran los resquemores tras el pedido de los camporistas para desplazar a Ferreño de su silla, episodio que terminó con la intromisión de funcionarios nacionales y los jerarcas de la organización de Máximo Kirchner para frenar la ofensiva.

Con todo, en los pasillos legislativos se observa nítidamente la división, según comentan a MDZ en Perú 160.

Pero el FdT no es el único espacio que sufre los coletazos de las peleas nacionales: en el Frente de Izquierda, los tres legisladores se ven cruzados por la interna nacional entre el diputado Gabriel Solano, precandidato a presidente, del Partido Obrero, y Myriam Bregman, legisladora nacional.

Por su puesto, en Juntos por el Cambio, este reflejo nacional se ve con claridad en las divisiones internas, incluso no solo en el interbloque sino hacia el interior de las bancadas. Larretistas, bullrichistas, vidalistas, radicales y hasta los liberales de JxC están en tensión, por lo que ocurre a nivel nacional.

Una de esas peleas se vio el fin de semana pasado cuando la legisladora Marina Kienast, quien comparte Republicanos Unidos con Roberto García Moritán, decidió ir a un asado en la casa de “Lacha” Lázzari al que no concurrió el marido de Pampita. Si bien, por ahora, la bancada no se rompería, la tensión entre ambos quedó al descubierto públicamente, aunque de manera privada ya se veía en el trabajo parlamentario entre ambos equipos.

El macrista-neovidalista Darío Nieto también ha logrado distancia del larretismo. En Uspallata tomaron nota ya de las feroces críticas que divulga Nieto al jefe de Gobierno y su campaña nacional. En un comienzo pensaron que eran dardos del expresidente. Ahora, directamente aluden que es Nieto quien trabaja para quebrar el vínculo Vidal-Larreta, algo que descarta la propia diputada nacional.

La tensión se ve en el bloque radical ante los nulos avances de Martín Lousteau para intentar que Larreta sea neutral en la pelea porteña. El otro problema: si el jefe comunal no desdobla las elecciones, Lousteau debería terminar con los candidatos radicales, Gerardo Morales o Facundo Manes, que miden mucho menos que los del PRO.

Si, además, como todo indica, termina habiendo un solo candidato “amarillo” le será más complejo aún poder atesorar para los vecinos todo el gasto corriente de Uspallata.

De esto se habló esta semana en la reunión de gabinete ampliado en la Usina del Arte, donde la inefable funcionaria, Paula Uhalde se probó el traje de “periodista” con una entrevista a Larreta.

En su autopromoción, Uhalde le consultaba al jefe de Gobierno sobre sus motivaciones para llegar a la Casa Rosada y la comparación con su experiencia en la Ciudad de 16 años, primero como jefe de Gabinete de Macri y luego él como conductor.

“La convicción para transformar la Ciudad es la misma que tenemos hoy para transformar el país”, planteó allí Larreta. Uhalde hizo todo lo que estaba a su alcance para estirar la entrevista y sostener sus momentos de gloria. Pero hubo funcionarios que estuvieron allí y miraban sus teléfonos celulares buscando algo divertido en las redes sociales. Hay fotos de ese momento con ministros conocidos, pero son recelosamente cuidadas.

Por otro lado, quien comenzó a ser catalogado de “sobrevalorado” es el socialista Roy Cortina, quien, como buen dirigente político con muchos años de experiencia, empezó a subir el perfil y a posicionarse para el cierre de listas. En Uspallata tomaron nota del tema con cara de pocos amigos. El único ego que sostienen es el de Larreta.

Mientras tanto, en La Libertad Avanza, Oscar Zago (ex radical PRO, dos veces diputado y Defensor del Pueblo con Daniel Angelici como jefe) continúa ostentando en cada reunión donde concurre que él es el diputado “más cercano” a Javier Milei y que su influencia en el armado de listas será decisiva, en especial en la Ciudad. Una buena forma de intentar ningunear al legislador más reconocido del espacio y precandidato porteño, Ramiro Marra, quien ya viene observando desde el año pasado las jugadas en las sombras de Zago.