Nadie la frena

La crisis política hace explotar la paz social

La inflación, el dólar, la falta de rumbo, un presidente que no habla más que con dos o tres personas, sin poder de decisión y una vice que grita a los poderes fácticos pero cada vez con menos posibilidad de generar algún cambio, hace que todo parezca peor de lo que es. Ya no quedan oficialistas.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare jueves, 21 de julio de 2022 · 11:30 hs
La crisis política hace explotar la paz social
Foto: Télam

"No hay posibilidad de progresar así. Tenemos a Cristina con la agenda propia, la Justicia, está pegando con todo lo que puede... Se lo sacó a Guzmán de encima y después no pasa nada... ¿no se da cuenta de que lo que dice y piensa cada vez importa menos?", se quejó uno de los presentes en la Casa Rosada en el día de ayer , que ya no encuentra que la crisis tenga algún tipo de salida porque tampoco notan que el presidente quiera escuchar otra salida que no fuera sin tener algún conflicto. 

Los movimientos sociales saben bien que la situación social a la que ellos ayudan a contener está al borde del colapso, o ya colapsó, pero nadie quiere motorizar ese descontento, frustración, angustia y falta de horizontes en situaciones más catastróficas aún como saqueos. Solamente que alguien de una orden inadecuada para que todo se descontrole. 

El mismo Juan Grabois lo dejó muy en claro ayer que estaba marchando "antes que vengan los saqueos" y advirtió que teme que haya sangre en las calles. Es un delirio, como la marcha que van a realizar a tribunales los movimientos sociales del oficialismo reclamando nadie sabe qué. O, más precisamente, para que no investiguen el manejo de la plata de los planes sociales que tienen en su poder. 

La población del AMBA, sin ningún tipo de información salvo partes periodísticos, está padeciendo un paro de transporte que le impide conducirse con cierta normalidad. Pero, lo que tendría que empezar a visualizar quienes reclaman y quienes subsidian es que la presencialidad laboral no sufrió ninguna modificación a los días donde sí podían subirse a un colectivo.

Para que la crisis no se desmadre ayudó que justo se inició las vacaciones de invierno y los chicos y sus padres no debían trasladarlos hasta el colegio, que, también, suele estar a un radio no mayor de diez cuadras de cada vivienda.

"Tenemos un gobierno sin oficialistas... sino construís políticas vos, otros lo hacen, y cuando te levantas te das cuenta que estas solo", expresó un operador oficialista que, como tantos otros, no sabe más como hacer para instalar discusiones y mostrar soluciones prácticas que no afecten directamente a quien tiene la centralidad del poder, Cristina Fernández de Kirchner

Los funcionarios oficialistas, desde ministros hasta secretarios de Estado, pasan sus días con una extraña mezcla de frustración, bronca e impotencia. Todos saben cuál es el problema. La radicalización dispuesta por la vicepresidenta desde hace más de un año que no paró y que todos sabían que no iba a parar. Sin embargo, en algún lugar, se aferraban de la esperanza de que Alberto Fernández reaccionara. Eso no pasó. Ni pasará, como queda claro. 

Ayer, la ministra Silvina Batakis fue directa con los intendentes y ministros bonaerenses con los que mantuvo una nueva reunión de trabajo, similar a la que viene teniendo con gobernadores y pares de Gobierno. No hay plata, les dijo. Pero también les dijo que harán lo imposible para que no pararan las obras comprometidos. Pero a todos les quedó claro que vendrán tiempos muy difíciles y nadie quiere perder nada. 

"¿Van a manotear los plazos fijos?", le preguntó a uno de los participantes del encuentro MDZ. "No, de eso no se habló... No creo", dijo, como si eso forma parte de otra realidad paralela. Nadie quiere relegar nada de lo que ya acumuló. 

En el medio de todo esto, siempre están las versiones nacidas, infundadas, promovidas desde el propio seno del poder. Pero que tienen reflejo directo con lo que sucede en el poder. Que el jefe de Gabinete haya sido vaciado de presencias cuando convocó gobernadores, como sucedió en estos días, que desnuda su fragilidad. Y desde ahí surgen los pedidos para su reemplazo por Sergio Massa, cuyos amigos sostienen que está pronto para reemplazarlo. 

"Son versiones, no hay nada. Así no se puede hacer mucho. No hay ningún criterio ni hoja de ruta", le dijo a MDZ uno de sus habituales amigos de tertulia. Sin embargo, todos quieren que haya una solución, pero la desconfianza es demasiada para que alguien se imponga. 

Nadie ya imagina una salida que no tenga algún tipo de trauma. Ninguno quiere que se asemeje a los casos del 2001 o, más allá en el tiempo, al de 1989, Pero "los estallidos siempre ayudan a ver cómo queda la tierra", dice un pensador social que trabaja para el peronismo desde que nació. Desde la renuncia presidencial, el adelantamiento de las elecciones y una asamblea legislativa, las hipótesis son todas analizadas. 

Es que cuando todo es muy oscuro, cualquiera puede ser la salida. Aunque no haya puerta ni ventana, y abajo haya gente caída, alimentos tirados o fosos lleno de mugre. 

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