Lapidaria advertencia del BID sobre la tensión social que viene
En un informe el Banco Interamericano fija las pautas que deberán seguir en la pospandemia los países del Cono Sur. Asegura que deben poner ojo en el déficit y la reactivación económica, pero sin perder de vista las tensiones sociales que "pueden descarrilar estrategias gubernamentales".
En un extenso documento, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) vaticinó que Brasil y Argentina serán los dos países más golpeados de la región y anticipa profundas recesiones para ambas economías. Pero no solo dedica especial atención a las políticas fiscales y económicas que deberían implementarse en los próximos meses, sino que también hace foco en el riesgo de que las tensiones sociales aumenten durante la etapa de transición.
"El riesgo de que las tensiones sociales aumenten durante la fase de transición es alto y puede descarrilar las estrategias gubernamentales, lo cual realza la importancia de contar con instituciones sólidas", sostiene el documento del BID. Luego, explica las causas que pueden decantar en esa situación.
"La disminución de los ingresos, el aumento del desempleo y el desaliento profesional pueden alimentar la desesperación social y la sensación de abandono, aún con la presencia de políticas de transferencias. Las desigualdades se harán más evidentes a medida que la situación de los grupos menos afectados de la sociedad contraste con la experiencia de los más vulnerables", anticipa para toda la región.
Además, agrega que "un eventual colapso de la infraestructura médica podría conducir a un rápido aumento de la tasa de muertes, mientras que la tolerancia a las restricciones estrictas de movimiento se desvanece debido a su impacto económico, lo que produce un equilibrio desafiante para los gobiernos que tienen que calibrar la transición".
En este sentido, esgrimen que se puede repetir un fenómeno que ya se vio en los últimos años en distintos países: las redes sociales. "En este contexto, las redes sociales volverían a funcionar como un poderoso catalizador de la insatisfacción", esgrimen desde el BID.
"Finalmente, algunos países del Cono Sur enfrentan dinámicas políticas internas complejas y de polarización, lo que agrega otro aspecto de complicación para mantener las tensiones sociales bajo control", subraya.
El panorama argentino
En lo que respecta a Argentina, señala que "en la etapa de recuperación será necesario una nueva agenda social basada en la adaptación productiva de los trabajadores desplazados para mejorar su empleabilidad".
"En Argentina, el 21% de las ocupaciones son no calificadas y 49% tiene un nivel de calificación de operario. Esto se refleja en que, a nivel agregado, solo el 26% de los trabajos en Argentina se puede realizar de manera remota (CEDLAS). También se refleja en la informalidad en el mercado laboral: cerca del 35% de los trabajadores asalariados son no registrados y no cuentan con aportes al sistema de protección social. En este marco, la crisis va a dejar un grupo significativo de trabajadores desplazados que, en la etapa de recuperación, necesitarán de programas de reinserción y reentrenamiento", vaticina.
"El riesgo de posibles rebrotes y de una lenta recuperación de la actividad obliga a discutir el Ingreso Básico Universal y a redefinir el seguro de desempleo para trabajadores formales, en el marco de una reforma previsional que sea consistente con la sostenibilidad financiera de la seguridad social y con la protección a la población vulnerable", agrega.
El desafío nacional
Por otro lado, el BID señala que la crisis generada por la pandemia puede significar una oportunidad para el país si se logran anticipar ciertas situaciones. "La etapa de recuperación también será una oportunidad para que Argentina se inserte en la provisión de insumos diferenciados en cadenas de suministro globales", sostiene.
"Las cadenas de valor globales van a buscar diversificar sus fuentes de suministro de insumos especializados para mitigar el riesgo de provisión por cuarentenas, abriendo una ventana para una mayor inserción de empresas argentinas en esas cadenas. La etapa de recuperación podría incluir el fortalecimiento de cadenas de valor estratégicas, como las relacionadas con insumos médicos y sanitarios, capturar oportunidades de nuevos negocios, y reconversión sectorial para la producción de bienes necesarios para enfrentar las demandas en la etapa post crisis", argumentan los especialistas Gabriel Sánchez, Agustina Schijman y Mariana Salazni.
Sin embargo, subrayan que puede cometerse nuevamente un error histórico: incurrir en el proteccionismo. "No obstante, un riesgo asociado será el proteccionismo. Si la recesión global se prolonga, hay posibilidad de resurgimiento de proteccionismo global y tentación de extenderlo a Argentina. A su vez, es probable que el gobierno , ante las necesidades de financiamiento y la caída de las exportaciones, limite aún más las importaciones con consecuencias en la productividad en el mediano plazo", sentencia.