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Saber perder: una de las claves para ser presidente tras las PASO

Es una elección trascendente a pesar de que no se decide nada formal. Pero va a poner una base para lo que viene. Cómo Kirchner y Macri ganaron, luego de perder. 

domingo, 11 de agosto de 2019 · 10:25 hs

Las elecciones PASO de hoy son las terceras en la historia de Argentina que se hacen para elegir candidatos a presidente desde que entró en vigencia la reforma electoral y esta vez no hay ninguna competencia interna. Es decir, los candidatos a presidente solo compiten para conseguir el mínimo del 1,5% de los votos que exige la ley para competir en las elecciones generales.

Por el contexto, se especula con que las elecciones serán una “primera vuelta” en realidad, donde puede marcarse una tendencia o una base que haga repensar el voto de cara a octubre. Nadie gana, pero sí importa la competencia retórica. Más, cuál es la diferencia entre uno y otro (en una elección que se presume polarizada). Y en una elección de varias instancias es importante no solamente tratar de ganar, sino también "saber perder". Para entenderlo, hay que repasar la historia reciente de los presidentes; particularmente de Néstor Kirchner y de Mauricio Macri. 

En las PASO presidenciales anteriores hubo situaciones diversas.

Las primarias de 2011 tuvieron un resultado arrasador a favor de Cristina Fernández de Kirchner, que era acompañada por Amado Boudou. La elección fue el 14 de agosto y el Frente para la Victoria obtuvo más de 10 millones de votos, seguido por la alianza UDESO, que estuvo casi 8 millones de votos abajo. Fue una elección “formal” que ya marcó el camino, pues Cristina luego ganaría en segunda vuelta con más del 54% de los votos.

Las PASO 2011

La segunda experiencia de PASO presidenciales tuvo muchos más matices. En 2015 el escenario electoral estaba dividido en tres, con Daniel Scioli como el “heredero” elegido del kirchnerismo y sin competidor interno; el frente Cambiemos que sí tenía competencia interna (aunque con fuerzas desproporcionadas) entre Mauricio Macri y Ernesto Sanz y Segio Massa, que terciaba en la disputa.

La elección tuvo un resultado favorable al Frente para la Victoria. Pero el escenario no parecía cerrado. Scioli fue el candidato más votado, Macri fue elegido en Cambiemos y Massa quedó tercero. En las generales ningún candidato consiguió los números necesarios para ganar (45% de los votos o 40% y una diferencia de 10 puntos) y hubo balotaje. Macri había perdido en octubre, pero se convirtió en presidente en la segunda vuelta.

Las PASO 2015

Argentina tuvo cambios en su sistema electoral desde que se reformó la Constitución nacional en 1994. La elección directa, el distrito electoral único y sobre todo el balotaje, sentaron las bases del nuevo sistema que tardó en ponerse en funcionamiento debido a la dinámica política de Argentina. La mayoría de las elecciones se resolvieron por "abrumadora mayoría". Le ocurrió a Menem en su reelección. También a De La rúa en 1999. Ambos ganaron en primera vuelta.

En 2003, tras el caos institucional y la explosión de los partidos, se dieron las condiciones para que haya balotaje. Menem había ganado la primera vuelta y Néstor Kirchner salió segundo (con los votos de Duhalde). Pero el ex presidente tenía pésima imagen y todo indicaba que la segunda vuelta sería arrasadora. El riojano se bajó, no hubo segunda vuelta y Kirchner se convirtió en el presidente que asumió con el menor caudal de votos de la historia y habiendo salido segundo. 

2003

Cristina Fernández, con Julio Cobos como compañero de fórmula, también ganó en primera vuelta en 2007, lo mismo en 2011, ya con las PASO como sistema para elegir candidatos. 

La segunda vuelta del 2015 marcó un punto de inflexión y quien lo capitalizó fue Mauricio Macri, alguien acostumbrado a ese sistema. Es que ya tenía el entrenamiento electoral de la Ciudad de Buenos Aires, donde la segunda vuelta es casi una constante (para ganar hace falta la mitad más uno de los votos y no los más laxos requisitos de la Nación).

Ese expertis es una de las ventajas de Macri: saber perder una elección y reconstruir estrategias.