#Wok

Entre el "¿Qué se vota?" y el "Qué, ¡¿se vota?!"

En el #Wok de hoy: Tanto los cerebros de los equipos de campaña, como los propios candidatos, tienen una tarea extra para los comicios que se vienen: más que convencerlos de que los voten, primero habrá que despertarles un mínimo entusiasmo de ir a sufragar. Y si es con argumentos y proyectos, mucho mejor

sábado, 18 de mayo de 2019 · 10:45 hs

[ Maridaje / Musicaliza esta columna Rook1e con I Fell in Love with You One Night in September ]

Mientras en MDZ y en sitios dedicados al fact-checking como Chequeado.com se viene planteando la necesidad de "visibilizar" a cientos de candidatos y precandidatos que se lanzan a la puja electoral, saber quiénes son, de dónde vienen, si están o no “flojitos de papeles”, qué proponen o para qué buscan un espacio de poder; mientras se busca pasar en limpio ese mar de nombres e intenciones, el resto de los ciudadanos está, lógicamente, más preocupado en hacerle frente a sus deudas, conseguir o mantener un trabajo, pensar estrategias para no perder la pulseada con la inflación y llegar a fin de mes.  

Ergo, no hay demasiado margen e interés en saber quiénes son los candidatos, qué se vota ni cuándo. Esto, que podría ser una mera apreciación personal, se corrobora en los sondeos de las consultoras (aunque sea un dato que rara vez trascienda), en la respuesta a las encuestas diarias que proponen los medios, en los tanteos a través de las redes sociales y especialmente en la calle misma.

Nadie la tiene atada

El clima de desencanto y desconcierto generalizado por la crisis y la falta de reacción política extiende la falta de confianza en el actual gobierno a buena parte de los posibles sucesores. Nadie corre con el caballo del comisario. Ni siquiera la nostalgia por tiempos mejores garantiza hacer saltar la banca electoral.

Hoy más que nunca, los cerebros de los equipos de campaña, como los candidatos mismos, tienen una tarea extra: más que convencerlos de que los voten es despertarles un mínimo entusiasmo de ir a votar. Como todavía este ejercicio democrático es obligatorio en Argentina, al menos la presencia física está asegurada, pero no así el apoyo a ciegas, el cheque en blanco con el que sueñan todos.

Desde la recuperación de la democracia en la Argentina, allá por 1983, que no percibía esta sensación de desconcierto, de más de lo mismo, lo que abre el interrogante cuasi mesiánico de quién, una vez más, podría erigirse en el “salvador”.

Si la opción previsible es Macri o Cristina, y los terceros en discordia son reconocibles desprendimientos o viejos aliados de uno u otra, más difícil aún es que haya expectativas de cambio en cuanto a la conducción del país. 

Distinta se presenta la situación en las urnas de "cabotaje",  municipios y provincias donde las posibilidades y alternativas son otras, en cuanto a protagonistas que encarnen proyectos y virtudes diferentes para gobernar.

Primero, la política

Es más que obvio que en un año electoral los militantes acérrimos, como el gran número de argentinos que vive de -y por- la corporación política, desarrolla objetivos que no son los mismos del resto de los argentinos; léase los que no creen que los nombres que están en juego sean los que garanticen un cambio de cuaje, real y permanente.

Independientemente del desencanto personal o social, de lo que no hay dudas es de que el eterno volver a barajar y dar de nuevo no puede hacerse sin la política. Ella, como herramienta poderosísima, tiene la mayor responsabilidad para la Argentina que se venga: recuperar la capacidad de transformación y de revisión de reglas de juego de las que hace ya bastante se apropió la economía, siendo la que hoy gobierna con su propia letra chica y resultados castastróficos, como claramente está a la vista.

#Solapa

Big data. Breve manual para conocer la ciencia de datos que ya invadió nuestras vidas, de Walter Sosa Escudero (Siglo Veintiuno, 208 páginas, $490)

  • Cada vez que deslizamos los dedos por una pantalla e ingresamos a una página web para una compra o buscar una dirección, cada vez que hacemos un posteo, damos un like o subimos una foto a las redes sociales, cada vez que usamos la tarjeta de crédito, el GPS, cada vez que… estamos generando datos, cantidades espeluznantes de datos espontáneos (de hecho, en los últimos dos años la humanidad produjo más datos que en toda su historia previa). ¿Adónde van parar? ¿Quién los analiza, los procesa, los usa y para qué? ¿Acaso nos espían? En un tono coloquial, pero con rigor científico, este libro ofrece un paseo guiado por el tsunami de datos y algoritmos para el que no hace falta formación técnica, tan solo la curiosidad de saber qué promete esta batalla. 

#ElResaltador

Lo que nos va a salvar (según el filósofo)

  • "Internet es un ataque al pensamiento perpetrado por gente muy brillante, que emplea su pensamiento en explotar a otra gente. Es una manipulación malvada que convierte a la gente en criaturas sensoriales, adictas y yonquis de la información, que necesitan la siguiente dosis y que son vulnerables y por lo tanto manipulables... El proceso de extinción, de crisis ecológica es todavía reversible, pero lo único que nos puede salvar es la filosofía. No sola, sí junto a la política, a la industria… Ninguna otra forma de relacionarnos con la realidad nos va a salvar”.

[ Markus Gabriel, filósofo alemán, autor de El sentido del pensamiento ]

#LaDataFlora

  • ¿Qué red social elige cada generación? ¿Qué prefiere un nativo digital? ¿Qué un adulto o un senior? ¿Por dónde transitan los millennials (24 a 33 años) o por dónde incursionan los centennials (menores de 24)? En este estudio de Carrier & Asociados, la respuesta.
.