Escuelas

En Educación estamos mal, pero para la DGE es una cuestión de estadísticas

El operativo Aprender 2018 evaluó a chicos de sexto grado y, entre otros resultados duros, en Lengua la provincia descendió del cuarto al décimo puesto y en Matemáticas del quinto al undécimo en el contexto nacional. Se amplió la brecha entre escuelas públicas y privadas y los chicos con mejor nivel socioeconómico obtuvieron calificaciones más altas. Para la Dirección General de Escuelas, la caída se debe a que se amplió la cantidad de alumnos evaluados y que además los estudiantes que agrandaron esa muestra provenían en su mayoría de escuelas albergue con bajo rendimiento.

domingo, 24 de marzo de 2019 · 09:59 hs

Para el Gobierno, el dato tuvo un efecto desolador cuando se enteró hace poco más de una semana: en comparación con los resultados obtenidos en otras provincias, los indicadores de calidad educativa obtenidos en Mendoza a través del operativo Aprender cayeron el año pasado en relación a la misma evaluación realizada en 2016.

Los números fueron duros al menos en cuatro aspectos: en Lengua la provincia descendió del cuarto al décimo puesto y en Matemáticas del quinto al undécimo. Fuimos el distrito que menos mejoró en la primera de esas materias y el que más empeoró en la otra, detrás del Chaco.

Mendoza pasó de tener en 2016 el 37% de las escuelas por encima de la media nacional, a alcanzar sólo el 30% en 2018.

También el estudio detectó dos datos aún más alarmantes. Uno de ellos fue la diferencia entre los resultados de escuelas de gestión pública con la privada. Otra vez: en Lengua, las escuelas públicas mejoraron menos que las privadas y en Matemáticas empeoraron más.

Y el otro dato impactante: la brecha entre los resultados obtenidos por el nivel socioeconómico alto y el nivel bajo aumentó 7,4 puntos en Matemática y 2,3 puntos en Lengua. Es decir, les está yendo mejor en el colegio a los chicos con mejores recursos económicos.

Estos son los números globales del Aprender 2018 que se realizó en todo el país en octubre pasado y que abarcó a 847 colegios provinciales con casi 29.000 alumnos de sexto grado en el nivel primario, quienes fueron los que rindieron. En trazos gruesos, retrocedimos.

A decir verdad, los objetivos en materia educativa del gobierno de Alfredo Cornejo nunca fueron demasiados ambiciosos. De hecho siempre estuvieron contenidos dentro de consigna “la revolución de lo sencillo”, latiguillo que prácticamente ya nadie usa dentro de la actual administración.

El propio gobernador lo dijo públicamente en su momento. El plan era que al menos los chicos volvieran a aprender a leer y a escribir en los niveles iniciales y por otro lado se apuntaba a reencontrar al docente con el alumno dentro de las escuelas, ítem aula mediante. No mucho más.

Pero lo que nadie supuso fue que esos objetivos tan mínimos iban a convertirse en un retroceso años después.

La Dirección General de Escuelas no niega los números del Aprender 2018, que incluso fueron recibidos por su titular, Jaime Correas, el mismo día en que Mauricio Macri los anunció en Jujuy el pasado 14 de marzo.

Sin embargo trazan una lectura particular al explicar el por qué de los malos resultados. Para ellos, la caída se debe a que se amplió la cantidad de alumnos evaluados entre un operativo y el otro (hecho que sostienen no ocurrió en otras provincias) y que además los estudiantes que agrandaron esa muestra provenían en su mayoría de escuelas albergue. O sea, de establecimientos con bajo rendimiento educativo.

“Nuestra muestra es más sincera y mejor que la de algunas otras provincias”, explican.

“La provincia de Mendoza ha tomado en la gestión de Alfredo Cornejo un camino sin retorno y novedoso para lo que se ha hecho durante mucho tiempo: decir la verdad. Esto pone en evidencia las dificultades reales y exige a cada funcionario el compromiso de enfrentar la realidad. Los resultados del Aprender 2018 son, los buenos y los malos, una foto de lo que nos pasa como sociedad. Muchos años de populismo escondiendo lo que nos sucedía, para evitar la incomodidad de mirarnos en el espejo, no se arreglan en un plazo corto. Si se persiste en las políticas sinceras y competentes, el tiempo mostrará los resultados”, busca explicar Correas.

Y siguió: “No será fácil, como no lo es nada de lo importante en la vida. Requiere de una corresponsabilidad de cada uno de los actores y un trabajo en conjunto armónico. Analizar aspectos pedagógicos en el corto plazo, sean mejorías o desmejorías, puede ser producto de desconocimiento o mala fe. Estos temas mejoran de a poco y empeoran de a poco. Hay que desconfiar de los cambios abruptos y confiar en el trabajo consistente”, según el encargado de las políticas educativas.

Los malos resultados, para la DGE, son cuestiones vinculadas a la estadística. En 2016 no rindieron examen 32 escuelas, mientas que el año pasado solo 8 no participaron. Hace dos años fueron evaluados el 76,7% de los alumnos de sexto grado, mientras que en 2018 se sentó a rendir el 89,5%.

¿Cómo explican el hecho de que las escuelas albergue hizo bajar el promedio, por ejemplo? Por las deficiencias en el sistema de multisala y plurigrado que allí rige y en dónde, para las autoridades educativas, se suma además el hecho de que los chicos pasan varios días fuera de su casa para asistir a la escuela y eso termina afectando su rendimiento.

¿Por qué para Correas el Aprender detectó que los alumnos de escuelas privadas están mejor que los de las públicas? Por una cuestión de muestreo: se sentaron frente a la prueba 23.358 alumnos de escuelas estatales y 5.360 de las privadas. Es decir, había más posibilidades de que salieran mal, porque rindieron en mayor cantidad.

La lectura de los cuadros comparativos del operativo que están disponibles en internet marcan una diferencia, sin embargo, de los resultados que obtuvieron provincias que también ampliaron la base de su muestreo y que evaluaron, incluso, a mas del 90 de los estudiantes de sexto. La Rioja, La Pampa, Córdoba, Jujuy, Salta y La Pampa, muestran mejoras en cuanto al los rendimientos en Lengua y Matemáticas.

José Thomas fue el especialista en temas de educación que detectó los malos resultados de 2018 y quien también cuestiona la lectura oficial por la nota obtenida. Es muy bueno lo que hace el gobierno lo que hace con el Aprender. Ahora si no se toman en serio los resultados y lo analizan sobre la mesa para lograr una mejora y quieren demostrar que de alguna forma estamos mejor, va a ser muy difícil mejorar. En el fondo los que trabajan en las escuelas saben la verdad gracias a los informes institucionales que llegan de Aprender. Entonces, para la seriedad que hace falta para estos dispositivos, es fundamental que se extienda al análisis pormenorizado y desagregado de los resultados. Hay que buscar la luz sobra las causas de los éxitos y fracasos para reafirmar o rectificar el rumbo y no buscar justificaciones para la comunidad", sostiene.

Entonces: ¿Dónde estamos parados en cuanto a calidad educativa? Más allá de las explicaciones estadísticas para referirse al retroceso, la DGE admite que “la situación es complejísima” y que hay problemas que siguen allí latentes.

En líneas generales, Mendoza acompañó los resultados que se reflejaron a nivel nacional. Aunque por debajo del promedio En Lengua se censaron particularmente tres aspectos: la capacidad de los estudiantes para extraer información explícita de los textos, la interpretación de la información referencial y las habilidades para reflexionar y evaluar esa información a través de la propia experiencia.

El 42,4% logró un resultado satisfactorio, es decir, podría haberse sacado un 7 o un 8. El 33,5 % logró entre 8 y 19. Pero el 17,8% estuvo en un nivel básico (5 o 6 puntos) y el resto, el 6,3%, no aprobó.

En comparación con el 2016, 10.300 estudiantes más pasaron del nivel básico al satisfactorio y avanzado, con lo que se registró un crecimiento del 5% entre una prueba y la otra.

Pero los alumnos de ese nivel de escolarización, sexto grado, todavía siguen teniendo problemas en cuanto a la compresión de textos porque menos de la mitad (el 48%) no pueden leer entre líneas. Es decir, no consiguieron superar el tercero de los puntos a evaluar.

En Matemáticas se evaluó la capacidad para la resolución de operaciones, el reconocimiento de conceptos y la resolución de situaciones, entre otros aspectos.

El 56,8 % obtuvo resultados entre satisfactorios y avanzados y el 43,2 % estuvo por debajo del 7. Casi el 20% de estos últimos, directamente reprobó.

Más de la mitad, el 55%, mostró niveles aceptables en cuestiones de suma y resta. Pero solo el 43% pudo resolver un problema. En Matemáticas hubo un decrecimiento del 5% con respecto al 2016 y solo 1.100 alumnos mejoraron de un Aprender al otro.

En medio de este panorama complejo, Correas busca entusiasmarse, sin embargo, con algunos resultados positivos. “Dos resultados son alentadores, que el 82% de los chicos de sexto grado digan que les gusta ir a la escuela muestra un buen clima escolar, que una enorme mayoría conteste sobre educación sexual integral es otro signo positivo, porque muestra que está sucediendo”, sostiene.

Sin embargo, si bien los resultados acompañaron la tendencia general, en síntesis estuvimos por debajo del promedio nacional. Casi 8 de cada 10 alumnos de 6° grado lograron en 2018 los más altos niveles de rendimiento en Lengua en el país, lo que implicó una mejora del 8,5% en relación con 2016. En Matemática esa mejora fue más discreta y pasó del 41% al 43% en dos años, mientras los alumnos de nuestra provincia claramente retrocedieron en este aspecto.