Producción

La minería, factor para frenar la fuga de empresas a San Juan y Neuquén

Muchas empresas mendocinas que podrían resurgir y multiplicar su capacidad de producción y empleo deben trabajar en Neuquén o San Juan. Ayer se realizó una inédita visita de un contingente empresario a San Juan, para pedir auxilio y potenciar las posibilidades de que Mendoza sea un compañero de equipo minero con San Juan y no un convidado de piedra en un negocio que no se permite desarrollar.

viernes, 26 de abril de 2019 · 12:41 hs

Mendoza aparece -ante los ojos de los empresarios que creen que su despegue y el de cientos de otras actividades están atadas al desarrollo minero-  estancada entre dos futuros: uno al norte y otro al sur, San Juan y Neuquén, con un megayacimiento de Vaca Muerta que come, quiere convidar y que miramos con timidez de reojo sin saber si en Mendoza queremos, podemos o debemos aceptar el convite, en un contexto en el cual -según un informe conjunto del CEM, la FEM y la UIM- no se genera empleo genuino desde hace al menos 8 años, y en los últimos, el tiempo ha sido ocupado por la gestión pública en corregir los groseros manejos del Estado por parte de las gestiones anteriores, que llegaron en 2015 al límite de no poder pagarle a proveedores ni a su planta de personal, entre otras cosas.

Frente a esto, hay otras dos reacciones geográficas que generan tensión en el empresariado de la provincia que alguna vez quiso ser "la California argentina" y es que los gobiernos de esas dos provincias se ven atenazados por un reclamo interior de "compre local" no solo podría dejar afuera a las empresas de mayor trayectoria mendocinas que no encuentran salida aquí, subsumidas en "lo que hay".

En definitiva, hay una posibilidad de fuga de empresas para tener su sede allí, en donde hay desarrollo.

Mientras tanto, en Mendoza se vive una eterna discusión sociopolítica condicionada por supersticiones y proselitismos, pánicos basados en fake news y por qué no decirlo, en conflictos de intereses con otros tipos de producción que impiden multiplicar -no suplantar- la matriz productiva.

Un "Arca de Noé" mendocina ante el diluvio económico

Un contingente de entre 70 y 80 personas, algunos de ellos empresarios, otros emprendedores, también académicos e interesados que reunió el Clúster Energético de Mendoza a través de dos de sus mesas, la minera y la de energía, a instancias de la Unión Industrial de Mendoza (UIM) y su par sanjuanina, avanzaron en un encuentro inédito: fueron a pedirle a San Juan auxilio para poder subsistir aquí. No fueron funcionarios del gobierno de Mendoza que, en voz baja, justificaron su ausencia en una serie de entretelones en los cuales le dieron protagonismo más a cuestiones de competencia política que de competitividad productiva.

Con los brazos abiertos en una etapa no carente de un cariz político, el gobierno sanjuanino de Sergio Uñac envió a dos de sus ministros a apapachar a la delegación mendocina. Así, la voz del titular de Minería, Alberto Hensel, acompañado por el titular de Producción, Andrés Díaz Cano, dio la bienvenida al "Arca de Noé" mendocina, encabezada por el titular de la UIM, Mauricio Badaloni, quien se mostró junto a su par sanjuanino, Hugo Goransky.

Pérdida de tiempo

“Hay que hacer políticas de Estado. No nos podemos dar el lujo de privarnos de actividades productivas. Y hay algo importante: lo que no resuelva la política lo resolverá mal cualquiera”. La frase corresponde al ministro sanjuanino Hensel y tiene un destinatario claro, aunque dijo que no iba a involucrarse en cosas que deben decidir aquí: Mendoza. Lo acompañaron en esto voces mendocinas, como el exintendente de Malargüe, Juan Agulles, actual senador provincial, que levantó la voz para quejarse: “Tenemos un potencial minero enorme en Malargüe y no tenemos trabajo. La gente en la calle nos pide la posibilidad de trabajar. Tenemos que trabajar aunados para destrabar la legislación que le ha hecho daño al desarrollo”.

Dejó en claro que la crisis de decisiones en torno a cómo crecer y producir no es una carencia de un solo partido, sino un clima que se vive en nuestra provincia, ya que ni siquiera su partido (el Justicialismo) lo acompaña en bloque en decidir avanzar como lo ha hecho San Juan, más allá de que los referentes locales peregrinen a tomarse selfies con Uñac. Aquí, clausuran el debate desde todos  los sectores y se esconden ante el primer grito en contra, aunque carezca de argumentos, temerosos de su eco en las urnas.

Lecciones aprendidas

Los empresarios mendocinos reclamaron saber cómo hacer minería sin repetir errores que fogonean la ausencia de licencia social para los emprendimientos y que alimentan las posiciones que desde diversos sectores impiden que Mendoza -con la misma cordillera y piedras de potencial riqueza que Chile y San Juan- se ponga al frente de un nuevo factor de generación de riqueza y empleo. Y encontraron en San Juan el mea culpa del gobierno del mismo partido que sufrió los casos de contaminación de Veladero con la Barrick Gold y el mecanismo de sanción y rectificación, además de complementación de la legislación en materia de exploración y explotación minera, que creen que facilitó que aquello ocurriera.

Lejos de encubrir (o justificar, por usar un término más gentil)  a la gestión de José Luis Gioja y sus equipos, los funcionarios de Uñac prefirieron diferenciarse en forma contundente y reivindicaron la inclusión de la Sección 13 en la legislación minera que tiene en cuenta el factor ambiental, que siempre debió ser un punto central y que, en principio, no lo fue, en un exagerado gesto en favor de la extrema libertad de acción de las grandes compañías mineras.

De ese modo, consideran en San Juan que hay "lecciones aprendidas" y que eso ocurre porque se permitieron 11 años antes que Mendoza avanzar con la actividad para salir de una condición que -en palabras del ministro sanjuanino Hensel- "desde el Obelisco habían señalado como de 'provincia inviable'". “La licencia social es fundamental. No se puede llegar con un proyecto y después preguntar. Pero la tarea es romper mitos y mentiras y trabajar con seriedad en la policía minera y las audiencias de impacto ambiental”, subrayó el funcionario de Uñac.

Sinergia

Goraznsky y Badaloni, de los industriales de San Juan y Mendoza.

Una de las respuestas a este encuentro en el Centro Cívico de San Juan fue la decisión conjunta de empresarios mendocinos y sanjuaninos de visitar Vaca Muerta. En un país con economía abierta, consideraron que es la sinergia la que conseguirá poner en marcha factores de competitividad frente a los desafíos de Vaca Muerta y San Juan. 

“San Juan y Mendoza están destinadas a ser las dos grandes provincias mineras argentinas, complementarias, y no como competidoras. No debe haber más grieta en esto”, señaló el ministro Hensel en diálogo con la prensa mendocina. “No queremos parar, hay que hacer. Tenemos que sacarnos los rótulos políticos y trabajar juntos”, espetó el presidente de la UIM, Mauricio Badaloni ante los presentes y subrayó: “San Juan nos lleva 11 años de ventaja y a nivel empresario podríamos ir más rápido, aunque teniendo en cuenta las limitaciones que nos pone Mendoza”.

Los próximos pasos: el liderazgo

El paso que viene son las elecciones. Y el siguiente un año con autoridades ya constituidas. Y el siguiente, otra vez elecciones.

Algunos observadores consideran que hablar de minería en tiempos de proselitismo partidario es contraproducente, porque se generan posiciones extremas y planteos de algún modo fundamentalistas a ambos lados.

Sin embargo, otros creen que es mejor pedir claridad y no mensajes duales del estilo "queremos cuidar el agua y a la vez variar la matriz productiva", un clásico en el discurso político que no soluciona el problema que se siente en la piel y en los bolsillos: con lo que Mendoza hoy produce y con las actividades que hoy generan el dinero que circula, no alcanza para los dos millones de habitantes que hay. En este punto, hay que decir que muchos empresarios llenaron el camino de la explotación minera de clavos, voraces, haciéndolo intransitable.

Pero también que ser líder en la política no pasa solo por hacer solo lo que el que grita más fuerte pide, sino lo que cree correcto que haya que hacer, convenciendo y generando confianza con la sólida base de un proyecto sustentable. Ese es el testeo al cual alguna vez podríamos someter a los que quieren ser nuestros gobernantes, para vivir una realidad de los proyectos que traigan esperanza y no una fantasía de propaganda que vuelva a vendernos sonrisas que al corto, mediano o largo plazo, nos harán llorar como sociedad.