Por Daniel Colombo

Los propósitos de año nuevo duran… hasta febrero: ¿Cómo perseverar?

“Año nuevo, vida nueva”, dice el refrán. Con los brindis de Navidad y Año Nuevo, los deseos se multiplican; los balances dejan distinto tipo de resultados, y los anhelos de que el nuevo año sea mejor inundan las redes sociales.

Daniel Colombo sábado, 22 de febrero de 2020 · 06:58 hs

Es un hecho que prácticamente todas las personas se plantean nuevas metas y deseos para el nuevo ciclo de vida, y depositan allí su motivación y sueños. Sin embargo, sólo lo logra el 8% de la población, según algunas estadísticas. Es decir que el 92% se sentirá al menos un poco defraudado consigo mismo a finales del nuevo periodo.

Lo que sucede es que no alcanza sólo con la voluntad para alcanzar los objetivos, tal lo que ha analizado un equipo de especialistas en conductas de la Universidad de Pennsylvania, entre otros espacios científicos.

Según han revelado, las personas se ven influenciadas por su entorno para, por un lado, plantearse metas que creen que van a alcanzar, aunque no se han responsabilizado lo suficiente y no las han hecho importantes para su vida; y por otro, la realidad diaria, que los lleva a caer una y otra vez en los mismos patrones limitantes que les impiden enfocarse en obtenerlas.

Los autores son la psicóloga Angela Duckworth, y la profesora Katherine L. Milkman (ambas de la Universidad de Pennsylvania) y David Laibson, economista de la Universidad de Harvard.

Duckworth señaló que como vivimos en un mundo con estímulos fáciles de alcanzar las personas necesitan reforzar sus estrategias para aumentar el autocontrol, que es lo que les permitirá estar focalizados en lo que es valioso para ellos, y así, concretarlo.

Debilidad y tentaciones

La fecha de vencimiento de los propósitos y metas de cada diciembre es alrededor del 15 de febrero del año siguiente.

La imposibilidad de concretarlos se basa en que, para hacerlo, las personas se ven obligadas a renunciar a comportamientos que tienen arraigados hace mucho tiempo y es justamente eso lo que se les dificulta abandonar.

Como las “tentaciones” suelen estar al alcance de la mano, la mayoría desiste. Por ejemplo, hay comida rápida con acceso inmediato si tienes los medios en la mayoría de los lugares del mundo; o videojuegos en el celular que te mantendrán echado en el sillón de tu casa; o chats instantáneos y las redes sociales que, como sabemos, producen adicción.

Los 6 escalones para cambiar un hábito por otro

Esta debilidad al asumir un compromiso de cambio de hábitos se basa en la falsa creencia que con proponérselo alcanza. Y la realidad es que modificarlos lleva estos seis escalones:

  1. Proponérselo
  2. Trabajar en el subconsciente (que es donde se almacenan las creencias)
  3. Transformar el propósito en un pensamiento (que se almacena en lo consciente)
  4. Determinar el ejercicio concreto, cotidiano y permanente que se hará respecto a ese objetivo o meta elegido.
  5. Continuar hasta cambiar la vieja costumbre por el nuevo comportamiento
  6. Convertirlo en un hábito que se ha incorporado naturalmente.

Como vemos, se requiere mucho más que la fuerza de voluntad para lograrlo, ya que el punto estratégico es el hacer concreto y tangible: eso es lo que marca un nuevo resultado diferente a lo anterior.

Ya sea que quieras iniciar una dieta, dejar de fumar o incorporar algo nuevo en tu rutina diaria, son estos seis escalones que deberás transitar para lograrlo.

Como implica esfuerzo, dedicación, constancia y persistencia, la inmensa mayoría los deja a poco de iniciarlos.

La estrategia del auto control

En el estudio científico los profesionales proponen un marco de trabajo individual que organiza ciertas estrategias de auto control. Aquí las comparto, junto con herramientas que sé que funcionan porque lo he comprobado personalmente y con cientos de clientes como su coach personalizado o de empresa:

  • Para cambiar la situación, crear ayudas externas u obstáculos para tener auto control: por ejemplo, si eres adicto al celular, bajar una aplicación que restrinja su uso; o preparar en un solo día toda la comida saludable para enfocarse en sostener ese compromiso y cumplirlo. O si quieres cambiar pensamientos negativos recurrentes por positivos, necesitas entrenar el nuevo pensamiento en forma reiterada hasta que el viejo vaya perdiendo potencia en tu subconsciente y sea reemplazado por el flamante.
  • Activar el centro de recompensa del cerebro: en este caso, al estar en el proceso del cambio de comportamiento, mantendrás en mente la recompensa con la que celebrarás tus pequeños logros cotidianos. Desde darse una ducha o dormir una siesta, todo vale a la hora de indicar a la parte interna que estás en el buen camino. A la vez, “le pides” simbólicamente que te siga apoyando para lograr tu propósito.
  • Contar una red de apoyo y contención: cuando estás en un proceso habrá días desafiantes donde querrás abandonar. Es justo el momento para activar tu red de soporte, que te alentará a seguir adelante. Por ejemplo, si te has puesto como meta seguir un programa de entrenamiento físico porque eso te permitirá mejorar tu salud, puedes conseguir una persona amiga para hacerlo juntos e impulsarse mutuamente. Esta figura del “compinche” del cambio de hábitos es sumamente importante para sostener el compromiso en el tiempo.
  • Dibujar tu Mapa del Tesoro o del Éxito: la herramienta de la visualización creativa es sumamente poderosa para ayudar a cambiar hábitos y empezar a hacer funcionar tu mente en un sentido propositivo (en vez de negativo, como hace el 90% de las personas el 90% del tiempo). En este caso, en una hoja grande blanca recortarás una foto tuya que te guste especialmente, la colocarás en el centro; y, alrededor, pegarás imágenes extraídas de revistas o de Internet de unos cuatro o cinco objetivos concretos que quieras ver cumplidos. Luego, te comprometerás a hacer una primera acción (tan sólo una pequeña primera acción), y luego otra, y otra, encadenadas hasta ver que lo vas concretando.

Una clave es no limitarte respecto al “sueño” o meta que estás plasmando, porque no necesitas tener total claridad sobre cómo lo harás: sólo es preciso “saber” que ese objetivo es relevante y prioritario para ti. Coloca este collage en un lugar visible donde lo observes todos los días; tómale una foto con tu móvil, y lleva una copia impresa en tu agenda: en definitiva, necesitas poner a trabajar el poder interno de tu intención enfocada en esa gráfica que has creado. Muévete un paso a la vez en cada meta, por pequeño que sea. Y verás como, en el plazo que hayas establecido (otro aspecto fundamental para medir el resultado), gran parte de esos objetivos se irán transformando en realidad si lo haces lo suficientemente importante desde el pensamiento, la emoción interna y las pequeñas acciones sostenidas en el tiempo.

Fuentes del estudio citado:

Beyond Willpower: Strategies for Reducing Failures of Self-Control. Angela L. Duckworth et al. Psychological Science in the Public Interest, 13 February 2019. DOI: https://doi.org/10.1177/1529100618821893

Self-Control and Its Discontents: A Commentary on Duckworth, George Loewenstein. Psychological Science in the Public Interest, 13 February 2019. DOI: https://doi.org/10.1177/1529100619828401

Daniel Colombo

Facilitador y Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 30 libros. LinkedIn Top Voice América Latina 2019.

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