Opinión
Cornejo, kirchnerista tardio (2)

Como dijéramos en una nota anterior, el Gobernador Cornejo es un excelente aprendiz de la cultura Kirchnerista.
Como buen kirchnerista, el Gobernador siente urticaria por los principios, valores y mecanismos republicanos, que entre otras cuestiones determina la división de funciones, el control cruzado de las mismas, el balance necesario y la publicidad de los actos de gobierno.
En ese sentido, entiende que el "relato épico" es una herramienta por demás eficaz para congregar adherentes, pero sobre todo para justificar las peores prácticas y disimular cualquier déficit de gestión, planificación y equipo.
Luego de una acertado diagnóstico, el Gobernador que ha prometido en su campaña electoral que acabará con la inseguridad, advierte que no podrá con ese flagelo dado que no tiene ni los equipos ni la capacidad ni el tiempo para hacerlo; y tampoco quiere terminar como sus antecesores, quienes hicieron promesas torpes e imposibles ( sin necesidad alguna, ya que el inexistente gobierno de Cobos le permitía ganar de todas formas), o bien, concesionando la conducción de la policía a un socio político del hoy Gobernador, provocando la generación de bandas multipropósitos, ninguno de ellos lícitos.
Así las cosas, el Gobernador debía construir, mediante un relato, la excusa perfecta para que otro pagara los costos de su promesa que, ya sabe, no podrá cumplir.
Para ello, como un buen Kirchnerista, el proceloso Gobernador diseña una estrategia brillante por medio de una maniobra de resultados múltiples, propia de un carambolista eximio del juego político.
La construcción del relato.
El Gobernador sabedor de que no tiene ni la capacidad ni el tiempo para diseñar una política pública que atienda y elimine las causas de la inseguridad; conocedor, también, de que no tiene ni el equipo ni la voluntad de conducir ciertamente las policías infestada por prácticas corruptas y delictuales, se propone construir un relato que supla esas falencias.
Para ello, lanza su primer ucase que determina que la prevención de los hechos de inseguridad no es responsabilidad de las fuerzas policiales, sino que es una tarea del Poder Judicial.
Agrega, que los jueces garantistas son lo que provocan la inseguridad con sus fallos laxos, blandos y abolicionistas que permiten a los delincuentes volver a la calle a cometer sus trapisondas.
Entonces, emite su segunda amonestación, que determina que hay que neutralizar aquellos jueces con otros que tengan criterios más duros, aunque no respondan a los principios generales de las normas vigentes.
Con esta simple maniobra, el Gobernador corre el eje de la discusión y sus responsables. Desde ahora, la inseguridad deja ser multicausal, el responsable no es el Estado en su conjunto y el Poder Ejecutivo en especial, la policía no tiene la responsabilidad de la prevención; en consecuencia el Poder Judicial es el único responsable de generar delincuentes, y en consecuencia , el exclusivo responsable de prevenir el delito.
La logia
Terminada la tarea de diseño del plano del relato que regirá la agenda pública de su gobierno, el Gobernador se avoca a la tarea de reunir a los albañiles que ejecutarán a la perfección la faena.
Entonces, convoca a constituir una logia que tendrá por fin no sólo justificar discursivamente desde lo técnico el relato construido, sino que también deberán poner el cuerpo a la batalla santa que se deberá librar contra los infieles jueces anarcos - abolicionistas que generan la principal causa de inseguridad.
Así es como concurren presurosos a formar la logia los que se sienten desplazados de la toma de decisiones del Poder Judicial, algunos arqueólogos de viejas y perimidas doctrinas jurídicas en desuso, otros con edad de jubilarse que ven la oportunidad de llegar al cenit de carrera poniendo a disposición del Gobernador sus últimos años útiles, y también se arrimarán aquellos que sinceramente creen que los jueces deben ser los verdaderos patrulleros de la sociedad que tienen como misión la prevención del delito.
Todos los numerarios de esta facción, le darán contenido al relato y serán los elegidos para desembarcar en los sitios neurálgicos del poder republicano a colonizar.
La ejecución del nuevo paradigma
Tal como lo describiéramos en una nota anterior, la faena oligorepublicana en relación al Poder Judicial tiene diversas etapas.
Construido el relato y seleccionados los artesanos que lo ejecutarán, comienza la tarea.
Se toma por asalto el Ministerio Público, y se les impone a sus miembros la nueva función de prevenir el delito por medio de detenciones masivas sin respetar los principios básicos que uniforman el proceso. Para ello dictan órdenes verbales ( ya que no pueden dejar prueba escrita) que determinan que todo imputado deben pasar el proceso detenido, sin importar la causa que se investiga; o bien, deben fijar fianzas altísimas de modo tal que la libertad durante el proceso sea una verdadera quimera. De ese modo, le trasladan la responsabilidad de definir la libertad procesal de los imputados a los Jueces de Garantías, que verán pender una espada de Damocles sobre sus cabezas, en caso que la resolución que dicten no se ajuste al nuevo paradigma procesal de "cárcel para todos".
Los miembros de la logia lanzan, también, una serie de bandos que determinan que "la ley no se interpreta sino se aplica sin más", tirando por la borda cientos de años de estudio y bibliotecas extensísimas; agregan que " los imputados deben esperar en prisión para garantizar la seguridad", sin distinguir funciones o fines del proceso, con las funciones de la agencia de seguridad dependiente del Poder Ejecutivo; y así una serie de proclamas que vulneran la división e independencia de poderes.
Luego vendrá el turno de copar la Suprema Corte de Justicia, para ello, como dijéramos, se presionará lo suficiente a sus más antiguos miembros para que den un paso al costado ( el próximo renunciante seguramente será el Dr. Llorente), luego de una serie de oportunas "sugerencias".
Las vacantes serán ocupadas por miembros de la logia, que entienden que es la oportunidad de su vida de llevar a cabo una Santa Cruzada contra los Infieles que han osado que se respete la independencia de un poder republicano, y no asumir la responsabilidad en la prevención del delito que el obstinado Gobernador le asignado como nueva función.
Así, está en desarrollo el nuevo juego diseñado por el Gobernador provocando el ajetreo de ese poder republicano, ocupado en peleas intestinas, sin advertir que les impondrá una ocupación extra en esta carambola magistral desatada por el ambicioso gobernante.
La carambola oculta
En este relato diseñado por el Gobernador, se esconde una jugada oculta y que será producto de un encadenamiento de acontecimientos.
Si bien es cierto que la finalidad del relato y su ejecución es sacarse de encima la promesa de campaña de terminar con la inseguridad y aprovechar la ocasión para colonizar y neutralizar un poder republicano independiente, el fin último es de mucho más interés para el Gobernador.
Lo cierto y verdad, es que la verdadera finalidad de la cooptación del Poder Judicial ( Procuración y Suprema Corte) encierra el objetivo mágico de la reelección del Gobernador.
Parece increíble, pero la jugada es tan clara que asombra que no lo hayan advertido la dirigencia política de Mendoza, y si lo advirtieron han sido convenientemente enmudecidos.
La carambola es compleja y simple a la vez. Se presentará, por parte del Gobernador o un tercero que le reporte, una declaración declarativa de certeza en relación que sólo se necesita la mayoría simple de votos afirmativos en una consulta popular que declara la necesidad de la reforma constitucional, modificando una sentencia anterior que exige la mayoría de los empadronados y no solo de los que efectivamente votaron en la consulta popular.
Para lograrlo el Gobernador necesita tener un Procurador y cuatro Jueces propios.
Por el momento ya tiene el Procurador, incorporará pronto algún miembro de la logia que se le sumará a Llorente ( que está siendo "persuadido" de acogerse a los beneficios de la jubilación) o su reemplazante. Así solo le quedaría "convencer" a dos Jueces para que voten en el sentido deseado por el Gobernador, o bien, que renuncien para ocupar sus cargos.
La carambola está en juego, y hay que estar atento a cada uno de los movimientos del proceloso gobernante