Un estudio reveló que los perros son celosos de sus dueños

El vínculo entre los seres humanos y sus fieles compañeros caninos es indiscutiblemente fuerte y lleno de afecto. Sin embargo, este lazo emocional también es capaz de generar sentimientos de celos en los perros, según un estudio reciente realizado por especialistas de la Universidad de Auckland. Esta investigación arroja luz sobre cómo los perros reaccionan no solo al ver a su humano acariciando a otro perro, sino incluso al imaginar tal escenario, lo que añade una nueva dimensión a nuestra comprensión de sus emociones.
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Publicado en la revista Psychological Science, el estudio explora la profundidad de los celos en los perros, demostrando que estos sentimientos no son exclusivos de los humanos. La investigación, liderada por Amalia Bastos, se enfoca en la capacidad de los perros para formarse una representación mental de situaciones que podrían provocarles celos, una facultad cognitiva compleja y reveladora.
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Para llevar a cabo el estudio, 18 perros con sus respectivos dueños participaron en un experimento diseñado para evaluar su reacción ante un rival ficticio. En presencia de sus dueños, las mascotas observaron cómo acariciaban ya sea a un perro artificial muy realista o a un objeto inanimado. A pesar de que una pantalla impedía la visión directa de la interacción, los perros mostraron signos evidentes de inquietud y celos, especialmente cuando el afecto se dirigía hacia el supuesto competidor.
Este comportamiento contrastaba notablemente cuando la atención se centraba en objetos no relacionados, como un cilindro forrado de pelo, frente al cual los perros mostraban una reacción mucho menos intensa. Estos hallazgos sugieren que los celos de los perros están específicamente dirigidos hacia situaciones percibidas como amenazas a su relación especial con sus dueños.
Amalia Bastos y su equipo concluyen que los perros no solo exhiben comportamientos celosos, sino que también poseen la capacidad de representar mentalmente situaciones sociales complejas, lo que indica un grado de autoconciencia previamente subestimado en el reino animal. Este descubrimiento abre nuevas vías de investigación sobre las experiencias emocionales de los animales y cómo estas se comparan con las humanas.
El estudio desafía las interpretaciones anteriores que podían confundir el celo con la agresión o el juego, proponiendo una mirada más profunda a la psique canina. Aunque aún queda mucho por descubrir sobre las similitudes entre las emociones humanas y animales, esta investigación marca un paso importante hacia la comprensión de que los perros, al igual que nosotros, reaccionan intensamente a las dinámicas sociales, incluso aquellas que solo existen en su imaginación.