Pastéis de nata: el postre portugués que encantará tu paladar

Los pastéis de nata son uno de los postres más emblemáticos de la gastronomía portuguesa, conocidos por su delicada combinación de una base crujiente de hojaldre y un relleno cremoso de natillas. Su historia se remonta al siglo XVIII, cuando fueron creados por monjes del Monasterio de los Jerónimos en Belém, Lisboa. En sus orígenes, los pasteles se elaboraban con claras de huevo, utilizadas por los monjes para blanquear la ropa, y las yemas sobrantes se empleaban en la preparación de dulces. Con el tiempo, la receta se popularizó y comenzó a venderse en la famosa Fábrica dos Pastéis de Belém, donde el dulce adquirió su nombre actual.
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A lo largo de los años, los pastéis de nata han trascendido las fronteras de Portugal, convirtiéndose en un símbolo de la repostería portuguesa que se disfruta en todo el mundo. Su sabor único, que equilibra la suavidad de la crema con la textura crujiente de la masa, ha cautivado a miles de personas, desde turistas hasta locales. Prepararlos en casa es una forma perfecta de recrear esa experiencia, permitiendo saborear el auténtico sabor de Portugal en cada bocado. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
Para la masa: 250 gramos de harina de trigo, 1 cucharadita de sal, 125 ml de agua, 200 gramos de mantequilla fría, 1 cucharadita de vinagre blanco.
Para el relleno: 500 ml de nata líquida (crema de leche), 200 gramos de azúcar, 6 yemas de huevo, 2 cucharadas de fécula de maíz (maicena), 1 rama de canela, piel de un limón (sin la parte blanca), 1 cucharadita de extracto de vainilla, 1 pizca de sal.
Procedimiento
Prepara la masa de hojaldre
- En un bol grande, tamiza la harina junto con la sal. Agrega el agua y el vinagre, y mezcla hasta obtener una masa que no se pegue. Si la masa está muy pegajosa, añade un poco más de harina.
- Coloca la masa sobre una superficie plana y enharinada, y estírala con un rodillo formando un rectángulo. Luego, coloca la mantequilla fría en el centro de la masa. Asegúrate de que la mantequilla esté bien envuelta por la masa, pero sin que se rompa.
- Doble los extremos de la masa hacia el centro, formando un sobre. Gira la masa 90 grados y vuelve a estirarla con el rodillo.
- Repite este proceso de doblar y estirar al menos 4 veces para crear las capas del hojaldre.
- Cubre la masa con film plástico y déjala reposar en la nevera durante al menos 30 minutos.
- Una vez que la masa haya reposado, estírala de nuevo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 1-2 mm.
- Corta círculos de masa con un cortador de galletas o un vaso grande (aproximadamente de 10 cm de diámetro). Engrasa un molde para muffins o moldes de tartaletas con un poco de mantequilla.
- Coloca cada círculo de masa en el molde, presionando suavemente para que se adapten a la forma de cada cavidad. Reserva.
Prepara el relleno
- En una cazuela, calienta la nata líquida a fuego medio. Añade la rama de canela y la piel de limón. Cuando empiece a hervir, reduce el fuego y deja infusionar durante unos minutos, removiendo ocasionalmente.
- Mientras tanto, bate las yemas de huevo con el azúcar y una pizca de sal en un bol grande, hasta que la mezcla se vuelva suave y ligeramente espumosa.
- Disuelve la fécula de maíz en un poco de agua fría y agrégala a la mezcla de yemas y azúcar. Esto ayudará a espesar el relleno.
- Retira la rama de canela y la piel de limón de la nata y añade poco a poco la mezcla de nata caliente a las yemas, batiendo constantemente para evitar que se coagulen.
- Vuelve a colocar toda la mezcla en la cazuela y cocina a fuego lento, sin dejar de remover, hasta que la mezcla espese y se convierta en una crema suave y espesa (aproximadamente 5-7 minutos).
- Una vez que esté lista, agrega la vainilla y retira del fuego. Deja enfriar durante unos minutos.
Rellena los pasteles
- Precalienta el horno a 220°C (425°F).
- Rellena cada molde con las natillas, llenando hasta casi el borde. No te preocupes si el relleno se derrama un poco, ya que durante la cocción se asentará.
Hornea
- Coloca los moldes en el horno y hornea durante 15-20 minutos o hasta que la parte superior de las natillas esté dorada y ligeramente caramelizada. La masa debe estar crujiente y dorada en los bordes.
- Si deseas un acabado más dorado en la parte superior, puedes usar el grill del horno los últimos minutos de cocción, vigilando cuidadosamente para evitar que se queme.
Deja enfriar los pastéis de nata durante unos minutos antes de desmoldarlos. Puedes espolvorearlos con un poco de canela en polvo o azúcar glass antes de servir para darles un toque extra de sabor.
Los pastéis de nata son ideales cuando se saborean frescos y ligeramente tibios, pero también se pueden guardar en un recipiente hermético por un par de días. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a [email protected] te contestaremos a la brevedad.