Cuándo y cómo hacerle el mantenimiento a un aire acondicionado

La cantidad de polvo que puede llegar a acumularse dentro de un aire acondicionado afecta enormemente su funcionamiento, de esta forma terminan consumiendo más energía mientras su eficacia disminuye. Por esto es realmente importante someterlo a un mantenimiento periódico.

Pero no se trata del único aspecto a tener en cuenta ya que la acumulación de suciedad se convierte en un espacio ideal para la reproducción de ácaros y bacterias. Esto puede terminar ocasionando malos olores además de enfermedades respiratorias.

Ya sea en época de frío o calor, una limpieza o cepillado superficial permitirá que el polvo, la grasa y otras partículas no se acumule y sean más fáciles de quitar. Los filtros son las primeras barreras, por lo tanto, se debe iniciar por allí.

Si bien deben tratarse con cuidado, son fáciles de lavar con un poco de agua fría y detergente. Lo primordial es nunca hacerlo con agua caliente porque de esta forma se estropearán. En caso de que estén muy sucios, se pueden dejar en remojo durante algunos minutos.

El secado es fundamental, este tiene que hacerse en un lugar templado fuera de los rayos directos del sol. Si se usa un paño se tiene que procurar que deje pelusas.

Mientras los filtros están fuera, las rejillas quedarán expuestas. Primero hay que cepillar suavemente la zona en seco procurando que el polvo no caiga dentro del aparato, para esto se puede usar un nylon para contener lo que caiga.

Remojando una toalla con lejía, lavandina o vinagre se puede repasar las aletas de direccionamiento de aire. Esto permitirá desinfectar el aparato y eliminar los malos olores Luego de esto se tiene que secar cuidadosamente.

Finalmente, también hay que limpiar la parte superior donde está la entrada de aire.

Toda esta tarea tiene que hacerse con el aire acondicionado desenchufado y es recomendable realizarlo una vez al mes. Sin embargo, cada año es necesario un mantenimiento a cargo de un profesional.