Ceremonia

El papa Francisco canonizó al cardenal Newman

Además, fueron proclamadas santas otras cuatro religiosas en la ceremonia llevada a cabo esta mañana en la plaza de San Pedro. Se trata de las hermanas Giuseppina Vanini (de Italia), María Teresa Chiramel Mankidiyan (de India), Marguerite Bays (de Suiza) y Dulce Lopes Pontes (de Brasil).

domingo, 13 de octubre de 2019 · 12:17 hs

El Cardenal John Henry Newman (de Inglaterra) y las beatas Giuseppina Vanini (de Italia), María Teresa Chiramel Mankidiyan (de India), Marguerite Bays (de Suiza) y Dulce Lopes Pontes (de Brasil) fueron canonizados este domingo por el papa Francisco en el Vaticano.

La celebración, que se llevó a cabo esta mañana en la plaza de San Pedro ante miles de fieles, contó con el hecho inédito de proclamar por primera vez como santa a una religiosa brasileña.

Nacida en Salvador de Bahía y conocida como “Irma Dulce”, la hermana Dulce Lopez Pontes también era llamada la “Madre Teresa de Calcuta brasileña” por su dedicación a los pobres y los más necesitados.

La religiosa desarrolló una importante obra social en su estado natal, donde fundó varios hospitales de caridad y un sistema de apoyo social que dirigió hasta su muerte, el 13 marzo de 1992, cuando tenía 77 años.

Su ascenso a la santidad se produce 27 años después de su fallecimiento, lo que se convierte en el tercer proceso más rápido de la historia reciente tras San Juan Pablo II (9 años tras su muerte) y Santa Teresa de Calcuta (19 años después de su fallecimiento).

Luego de que el Papa Francisco escuchara la biografía de los cinco nuevos santos, el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal Giovanni Angelo Becciu, leyó la petición para que procediera a la canonización de los beatos.

“Beatísimo Padre, la Santa Madre iglesia pide que vuestra Santidad inscriba a los Beatos John Henry Newman, Giuseppina Vannini, Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan, Dulce Lopes Pontes y Marguerite Bays en el Libro de los Santos y, como tales, sean invocados por todos los cristianos”, señaló Becciu.

Luego, el Papa Francisco leyó la siguiente fórmula para declarar santos al Cardenal Newman y a las cuatro beatas: “En honor a la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocando muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos a los Beatos John Henry Newman, Giuseppina Vannini, Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan, Dulce Lopes Pontes y Marguerite Bays y los inscribimos en el Libro de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrada entre los Santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

Junto al altar, situado en lo alto de las escaleras de acceso a la Basílica de San Pedro, había una imagen de la Virgen a cuyos pies se situaron cinco relicarios con las reliquias de los nuevos santos.

Quiénes son los canonizados

  • Cardenal John Henry Newman: fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra, el religioso fue uno de los conversos del anglicanismo más destacados para la Iglesia Católica en el siglo XIX y fue un reconocido predicador, teólogo, y autor de 40 libros y 21 mil cartas. Nació en Londres en 1801. Fue creado cardenal en 1879 y tomó como lema “Cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón). Falleció en Edgbaston (Inglaterra), en 1890. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010 en Inglaterra. Un tradicional colegio del San Isidro fue nombrado en su honor y de él egresaron varios de los integrantes del actual gobierno.
  • Beata Giuseppina Vanini: nació en Roma en 1859, a los cuatro años perdió a su padre y tres años más tarde a su madre, separada de sus dos hermanos, fue acogida en el Conservatorio Torlonia de Roma. Decidió entrar en el noviciado de las Hermanas de la Caridad de Siena, una congregación de las hermanas vicentinas. Sin embargo, debido a su frágil salud, tuvo que regresar a Roma en 1887, donde retomó su formación religiosa. En 1892 integró una organización dedicada al cuidado de los enfermos llamada las Hijas de San Camilo y tres años después fue nombrada su directora. A partir de 1910, la salud de Giusepppona Vannini empeoró debido a problemas graves de corazón. Falleció en 1911. El 16 de octubre de 1994 fue beatificada por San Juan Pablo II gracias al milagro obrado en Olga Nuñez, de Buenos Aires, quien sufría de melanoma y se curó tra sus rezos. El segundo milagro, y el que permitirá su canonización, involucra a Arno Celson Klauck, constructor de Sinop (Brasil), quien cayó desde el tercer piso por el hueco de un elevador mientras colocaba vigas de madera. Él invocó la ayuda de la religiosa mientras caía Milagrosamente, fue hallado únicamente con moretones.
  • María Teresa Chiramel Mankidiyan: nació el 26 de Abril de 1876 en Puthenchira, en el estado de Querala (India). Desde chica le gustaba rezar el rosario varia veces por día y se entregó a la vida religiosa con apenas 10 años. En 1903 fundó una casa de retiro y oración y luego ingresó en el convento de las Clarisas Franciscanas. El día 14 de Mayo de 1914 fue erigida canónicamente la nueva Orden que se denominó Congregación de la Sagrada Familia. Durante y después de los difíciles años de la primera guerra mundial, con indómita energía y total confianza en la Providencia Divina, dio vida a tres nuevos conventos, dos escuelas, una casa de estudios y un orfanato. Maria Teresa muere con una fama de santidad el 8 de Junio de 1926.
  • Marguerite Bays: fue una laica costurera suiza, nacida en 1815, que recibió los estigmas de la Pasión de Cristo y que se curó de un cáncer tras pedir la intercesión de la Virgen, el mismo día que se proclamaba el Dogma de la Inmaculada Concepción. “Desde entonces para los Bays comenzaron otros sufrimientos y experiencias místicas: permanecía inmovilizada en cama con éxtasis todos los viernes a las 15 horas y por toda la Semana Santa. En sus manos, pies y el costado aparecieron los estigmas”, fenómeno que la beata “primero buscó esconder", pero que luego reveló al obispo. Una investigación médica “atestiguó el origen misterioso de las heridas”, relató el medio italiano Avvenire. Falleció el 27 de junio de 1879 con fama de santidad. Fue beatificada por San Juan Pablo II el 29 de octubre de 1995. Marguerite tuvo desde niña una fe ardiente, pero no se sintió llamada a la vida religiosa. Sin embargo, permaneció soltera al servicio de su familia y del prójimo como catequista.