Europa se aleja de Trump y espera que sea derrotado en noviembre

La primera señal del distanciamiento entre Europa y Estados Unidos llegó de la mano de Angela Merkel, quien rechazó la invitación a la cumbre del G7, que se celebrará en julio. Esta decisión fue entendida como un mensaje directo al presidente norteamericano de no participación en el ámbito pre-electoral de ese país. Es la primera vez en décadas en que un presidente alemán decide no trabajar con el mandatario estadounidense en funciones.

Desde el viejo continente esperan la salida de Trump de la Casa Blanca. Las relaciones están muy deterioradas luego de cuatro años de constantes enfrentamientos por las estrategias del mandatario norteamericano respecto a los conflictos israelo-palestino, los acuerdos nucleares con Irán, la lucha contra el cambio climático y las relaciones comerciales.

Convencidos de que al abusador solo se le puede responder con la misma moneda, las amenazas de Trump de sacar a su país de la OTAN o los impuestos arancelarios a Europa solo sirvieron para erosionar la poca confianza que había entre los bloques.

Trump mostró un fuerte apoyo al “Brexit” y a partidos ultraderechistas que quieren ver el fin de la Unión Europea, a la que considera se creó para explotar a Estados Unidos.

Europa ve al presidente norteamericano como un enemigo ideológico, ya que consideran que su intención es romper el bloque para poder negociar unilateralmente con cada país, mientras que como Unión Europea le pueden plantear un enfrentamiento a sus intereses., a tal punto que, en 2018, Merkel dijo: “No podemos confiar en Estados Unidos”.

La analista Susi Dennison comentó que la relación está rota y que   “los fallos en la gestión interna de la crisis del covid-19 en Estados Unidos, la falta de solidaridad con los europeos al cerrarles las fronteras de Estados Unidos el 12 de marzo y la falta de liderazgo de Estados Unidos o incluso su guerra de declaraciones contra la Organización Mundial de la Salud han marcado a los europeos”.

Si bien todavía no está claro quién será el próximo presidente de Estados Unidos, la analista estima que: “No deberíamos esperar un cambio oceánico ni con la victoria de Biden ni con la de Trump. Pero si ganara de nuevo Trump, los europeos estarán más preparados que cuatro años antes para aceptar la realidad de que necesitan defenderse a sí mismos en el escenario internacional”, pero una eventual victoria de Biden sí provocará “que vuelva a emergen algunos elementos de una agenda transatlántica común”.

Otro factor que Europa analiza es que no se pueden mantener buenas relaciones porque Trump es imprevisible y es difícil mantener compromisos con el mandatario porque puede violarlos al día siguiente.

Para colmo, la muerte de George Floyd no hizo más que alejar los bloques. El ‘canciller’ europeo, Josep Borrell, comentó que la UE estaba “en shock” por esa muerte y que apoya el derecho a manifestación pacífica y condena la violencia y el racismo: “Fue un abuso de poder. Todas las vidas importan, las vidas negras también importan”, manifestó Borrell.